Hay todo tipo de padres, y la paternidad adopta muchas formas.
Algunos son muy estrictos y controlan todos los aspectos de la vida de sus hijos, mientras que otros son más flexibles y dejan que sus hijos tomen sus propias decisiones y cometan sus propios errores.
Lo cierto es que, aunque hay miles de enfoques, todos quieren lo mejor para sus hijos.
Por desgracia, algunos padres no apoyan a sus hijos ni les dan buen ejemplo. Por supuesto, todos cometemos errores y no hay una forma correcta o incorrecta de educar a un niño. Pero algunos errores tienen más peso que otros y pueden dejar huellas permanentes en la psicología de un niño.
Averigua si tus padres cometieron este tipo de errores. Y si eres padre, intenta evitar 13 comportamientos perjudiciales para tu hijo:
1. No crear un entorno seguro y propicio
Algunos padres piensan que amando mucho enseñan a sus hijos a descubrir el mundo tal como es. Por supuesto, es una forma de hacer que su hijo sea más independiente, pero también puede acarrear problemas de compromiso y dificultades para crear un vínculo más adelante.
Todos necesitamos amor y afecto. Necesitamos esa seguridad, saber que, digamos lo que digamos o hagamos lo que hagamos, nuestros padres nos quieren incondicionalmente.
Así es como encontramos el valor para probar cosas nuevas y entender quiénes somos realmente (porque sólo aprendemos de nuestros errores). El amor duro no es malo en sí mismo, pero debe ir acompañado de un enfoque diferente.
2. Criticar cada pequeña cosa que hacen tus hijos
Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos, pero decirles que siempre se equivocan no es sano. Demasiada negatividad hace que los niños pierdan confianza y los desmotiva. Es normal que los niños cometan errores y aprendan de ellos.
Los padres deben entenderlo. Juzgar no es la forma correcta de proceder. Los padres deben encontrar un equilibrio entre los comentarios positivos y los negativos. Necesitan animar a sus hijos en lugar de menospreciarlos.
3. Exigir toda la atención
Los padres tóxicos suelen sentir que sus hijos les deben algo por la energía y el tiempo que les han dedicado. No entienden que sus hijos tienen su propia vida y no están disponibles todo el tiempo.
Lo mejor que puede hacer un padre es dar a sus hijos su propio espacio. Así, de forma natural, querrán mantener un vínculo con ellos. Ninguna relación puede forzarse, ni siquiera la que existe entre padres e hijos.
4. Hacer bromas hirientes
Se parece bastante a las relaciones abusivas, en las que un miembro de la pareja menosprecia al otro, pero con una sonrisa. Acosar a los niños y señalarles todo lo que hacen mal es perjudicial para su confianza en sí mismos y su autoestima.
Si eres padre o madre, nunca te burles de tu hijo por cualquier comportamiento o actitud que haya adoptado. Si tiene verdaderas preocupaciones, aíslese con su hijo y hable con él en privado, utilizando un enfoque maduro.
5. Echar toda la culpa al niño
Algunos padres culpan a sus hijos del modo en que éstos les tratan. Si tus padres eran violentos (verbal o físicamente), no es culpa tuya, aunque te lo hayan hecho creer. Como todos admiramos a nuestros padres y creemos todo lo que dicen, esto puede ser muy perjudicial para el niño.
Creer que merecemos los insultos o golpes que recibimos nos hace dudar de nuestra valía como personas. Puede entonces acabar en relaciones violentas, pensando que este tipo de comportamiento es normal y que no merece nada mejor.
6. No permitirles expresar sus pensamientos y emociones
Todos pasamos por buenos y malos momentos. Es vital poder hablar de todo tipo de sentimientos y no guardarnos para nosotros las emociones negativas. Conversaciones de este tipo pueden prevenir patologías físicas y mentales.
No es sano educar a los niños con la idea de que “los chicos no lloran”. Llorar y expresar los sentimientos ayuda a los niños a desarrollar la empatía, la generosidad, etcétera. Reprimir los sentimientos puede conducir a la depresión y la soledad.
Así que si eres padre, anima a tu hijo a expresar sus emociones.
7. Dar miedo y asustar
Imponer un marco y una forma de disciplina es importante, pero tu hijo nunca debe tenerte miedo. Si le educas en un entorno así, en el que todo lo que ocurre es culpa suya y se le castiga constantemente, puede acabar teniendo miedo a confiar en ti. Esto es algo que les afectará hasta bien entrada su vida adulta y puede que nunca lleguen a estar cerca de ti.
Hay una gran diferencia entre respetar a tus padres y tenerles miedo. Es importante crear un entorno seguro y afectuoso y que tu hijo sepa que, pase lo que pase, siempre puede recurrir a ti para pedirte consejo.
8. Pensar sólo en uno mismo
Todos los padres deben tener en cuenta las ideas y opiniones de sus hijos. Por supuesto, uno de los padres tiene más experiencia y sabe lo que es mejor (la mayoría de las veces), pero es importante que toda la familia participe en el proceso de toma de decisiones.
Tanto si se trata de dónde vamos a cenar como de dónde nos vamos de vacaciones, tu hijo también debe poder opinar. Y si eliges la opción que va en contra de los deseos de tu hijo, es importante que le expliques los motivos de esta decisión con calma y de forma sencilla.
9. El deseo de realizar tus sueños a través de tus hijos
Es egoísta obligar a tu hijo a hacer las cosas que tú querías hacer de niño. Por ejemplo, no le obligues a estudiar ballet si tú querías ser bailarina. Del mismo modo, no le obligues a estudiar Derecho porque tú soñabas con convertirte en un brillante abogado. Tu hijo es un individuo por derecho propio, con sus propias ideas y su propio mundo.
Deja que tome sus propias decisiones, de lo contrario ninguno de los dos seréis felices.
10. Controlar a sus hijos mediante el dinero y la culpa
Cuando los padres dan dinero a sus hijos, no deben esperar nada a cambio. Como padre, nunca debes intentar comprar el amor y el respeto de tus hijos. Son cosas que hay que ganarse de otra manera.
Del mismo modo, no intentes compensar tus errores con dinero o regalos. Es importante que admitas tus errores y te disculpes, porque a menudo los hechos hablan más alto que las palabras.
Es importante admitir que te equivocas y pedir disculpas, porque las acciones a menudo hablan más alto que las palabras.
11. Imponer la ley del silencio
¿Quién de vosotros es el niño? Es infantil y estúpido “resolver” un problema o una discusión guardando silencio. Como en cualquier relación, la comunicación es clave y hay que hablar las cosas. Esta actitud pasivo-agresiva no enseña a tu hijo a comunicarse de forma sana.
12. Ignorar los límites
Si los padres quieren que sus hijos les respeten, ellos tienen que respetarles a su vez. Esto significa que tú también debes respetar los límites que le impones a tu hijo. Si usted, como padre, nunca llega a tiempo, ¿cómo puede esperar que su hijo sea diferente? También es importante darle a tu hijo su propio espacio, un espacio privado.
Por ejemplo, llama antes de entrar en su habitación, ¡sobre todo cuando son adolescentes!
13. Haga a sus hijos responsables de su propia felicidad
No te conviertas en uno de esos padres que sólo hablan de los sacrificios que hicieron por sus hijos y del hecho de que ahora sus hijos tienen que cuidar de ellos. Convertirte en padre fue tu elección, es tu responsabilidad. No puedes esperar que tus hijos se olviden de su vida sólo para mantenerte.
No te conviertas en una carga para tus hijos porque entonces no querrán pasar tiempo contigo en absoluto. Si no eres feliz, haz algo al respecto y no culpes a tus hijos. Recuerda que cada uno es responsable de su propia felicidad.
Ciertos tipos de crianza pueden ser tóxicos y perjudiciales. También pueden dejar una impresión duradera en tus hijos y, por tanto, tener un impacto negativo en sus futuras relaciones. Sé el mejor padre que puedas ser, ofreciendo a tu hijo un hogar seguro, pero también un espacio personal.
Hable con ellos de las cosas importantes y también de sus sentimientos, pero no deje que se conviertan en una obsesión. Deja que cometan sus propios errores y hazles saber que siempre estarás ahí para apoyarles.