Erotomanía…
Hmm…
¿Qué es esa palabra tan traviesa?
Este término un tanto escurridizo es, de hecho, una psicosis paranoide o delirio, si lo prefiere, que sufre una persona que está convencida de que está enamorada.
En pocas palabras, la erotomanía es un delirio en el que alguien está convencido de que otra persona está enamorada de él o ella.
Es una patología que se engloba dentro de los trastornos sexuales.
Se trata de una forma rara de desilusión que se desarrolla y persiste a pesar de las numerosas pruebas que demuestran lo contrario.
En general, este trastorno afecta más a las mujeres que a los hombres, y el objeto del afecto es muy a menudo una persona inalcanzable, como alguien mayor o con un estatus social muy superior.
Además, la mayoría de las veces, la persona objeto de esta desilusión ha tenido poco o ningún contacto con el individuo que padece erotomanía.
Esta desilusión, también conocida como síndrome de Clerambault, suele ir acompañada de otros trastornos mentales, aunque no es el caso de todos.
¿Cuáles son las causas de la erotomanía?
¿Cómo puede detectarse?
Y, sobre todo, ¿cómo se puede curar este trastorno?
¿Cuáles son las causas de la erotomanía?
La erotomanía puede ser el resultado de otras enfermedades psicológicas como la esquizofrenia, la depresión, el comportamiento bipolar o la enfermedad de Alzheimer.
Es un trastorno delirante, al igual que la persecución, el sentimiento de superioridad o los celos.
Pero, como ocurre con muchos trastornos delirantes, los expertos tienen grandes dificultades para precisar las causas reales de la erotomanía.
La hipótesis más obvia es la falta de afecto durante la infancia.
Si bien en un principio se pensó que esto estaba relacionado con carencias afectivas en la figura paterna (debido al predominio de esta enfermedad en las mujeres), hoy en día los expertos creen que el origen de este trastorno está en carencias afectivas en la figura materna durante la infancia.
Como la persona que sufre este desengaño busca sobre todo el componente femenino, esta explicación parece mucho más lógica.
Las redes sociales tampoco son inocentes en el desarrollo de esta enfermedad.
Los estudios han demostrado que pueden exacerbar o incluso desencadenar las creencias delirantes asociadas a la erotomanía.
Desde que las redes sociales son herramientas que eliminan las barreras entre las personas, resulta más fácil observar, contactar, espiar e incluso acosar a las personas que despiertan nuestra curiosidad.
En este contexto, la privacidad preocupa mucho menos, lo que facilita el comportamiento obsesivo.
La erotomanía también puede ser el resultado de un estrés extremo o de un trauma.
En este caso, la desilusión es un mecanismo de defensa contra el dolor o el miedo que sentimos.
Pero su origen también puede estar vinculado a la genética.
Los estudios han demostrado que los trastornos delirantes suelen transmitirse de generación en generación.
Así que podemos ver que las causas de la erotomanía pueden variar de una persona a otra.
Para algunos, es el resultado de la modernización de la sociedad, que está erradicando gradualmente la intimidad.
Para otros, se trata de una desilusión ligada a trastornos mentales o a una herencia genética poco envidiable.
Aunque cada vez hay más personas que padecen el síndrome de Clérambault, ¡no se habla lo suficiente de ello!
Sin embargo, los trastornos sexuales son cada vez menos tabú.
El problema es que la ausencia de una causa real hace que los síntomas sean difíciles de reconocer.
¿Cuáles son las tres fases de la erotomanía?
Los síntomas de esta enfermedad están presentes en todas las fases.
Cuando aparece este delirio pasional, lo primero que se piensa es en el enamoramiento.
Simplemente nos decimos que la persona se ha enamorado locamente, pero que ya se calmará.
Al fin y al cabo, todo el mundo experimenta un amor no correspondido.
Pero la erotomanía va mucho más allá, porque es un trastorno psicológico.
Se desarrolla en tres fases.
Un episodio erotomaníaco sigue siempre el mismo patrón: esperanza, despecho y resentimiento.
Los síntomas son reconocibles si se conocen de antemano.
Estas tres fases son las que distinguen el amor apasionado de la erotomanía.
1. La esperanza de dar vida al delirio pasional
El ser querido dice o hace algo que desencadena una forma de esperanza en el erotómano.
No creen que nada vaya mal y, desde luego, no piensan que estén enviando señales.
Aun así, esto proporciona al erotómano la afirmación necesaria de que la persona a la que adora está intentando hacerle reaccionar.
Este es el principio del amor ilusorio.
Los síntomas suelen ser la obsesión y la búsqueda de atención.
El erotómano imagina situaciones que no existen, lo que conduce inevitablemente al siguiente punto.
2. Infelicidad por no ser amado
A pesar de sus esfuerzos, los erotómanos no consiguen el amor que buscan.
El enfermo mental envía mensajes, regalos e intenta atraer la atención de la persona amada por todos los medios posibles.
Pero no ocurre nada.
Al contrario, el objeto de su afecto parece incluso disgustado por ellos.
Tarde o temprano, la persona amada pronunciará las fatídicas palabras que echarán por tierra todas las esperanzas.
No me interesa.
¡Es despecho total!
Los síntomas suelen ser ansiedad y aislamiento.
3. El rencor entra en juego
Aquí es donde el erotómano puede volverse peligroso.
A pesar de todos sus esfuerzos, no consigue nada de la persona que ama.
Entonces, el erotómano se vuelve celoso de todos los que comparten la vida de la persona con la que está obsesionado.
Entonces quiere vengarse del sufrimiento que está experimentando.
Aunque la otra persona no tenga nada que ver.
Comienzan la violencia y el acoso: estos son los principales síntomas.
Estas tres fases de la patología pueden indicar el grado de la enfermedad.
¿Cuáles son los síntomas de la erotomanía?
El principal síntoma de la erotomanía es, por supuesto, la creencia delirante persistente de que alguien está enamorado de uno.
Esta creencia lleva a la persona delirante a actuar de forma totalmente excesiva.
De hecho, una persona que sufre erotomanía tiene una necesidad constante de establecer contacto con el objeto de su afecto a través del espionaje, la comunicación escrita y cualquier otra forma de acoso.
Esta necesidad incontrolable de comunicación suele ir acompañada de la creencia, o más bien certeza en este caso, de que la persona objeto del afecto responderá afirmativamente a estos avances.
El delirante se convence entonces de que el individuo que le obsesiona le envía mensajes secretos y personales que demuestran que siente lo mismo que él.
E incluso si la persona en cuestión afirma alto y claro que no está interesada, el erotómano paradójicamente ve esto como un desafío.
Piensa que es una forma de que el objeto de su afecto compruebe si los sentimientos son reales.
Por desgracia, la erotomanía puede llegar muy lejos y sus síntomas pueden ser peligrosos.
De hecho, el síndrome de Clérambault es la causa de muchos casos de violencia o cosas peores.
Los erotómanos pueden ser un peligro para el objeto de su afecto.
Seguro que ya has oído hablar de personas que presentan denuncias porque alguien les acosa.
Probablemente ya has oído hablar de personas que presentan denuncias porque alguien les acosa.
Luego, de un día para otro, encuentran un trágico final.
¿Y eso por qué?
Porque, muy a menudo, la policía subestima la enfermedad y el factor de riesgo.
Quien padece erotomanía habla constantemente del objeto de su afecto y está obsesionado con la idea de conocerlo.
Existen ocho síntomas principales de la erotomanía que todos deberíamos conocer:
1. Pérdida de interés personal y síntomas de aislamiento
Al erotómano ya no le apetecerá hacer nada aparte de hablar del objeto de su afecto o participar en actividades relacionadas con él.
Por ejemplo, si a la persona en cuestión le encanta bailar, el erotómano se apuntará a las mismas clases que ella.
Aunque no tenga ningún interés en bailar, la persona que sufre delirios pasionales hará cualquier cosa para atraer la atención de la persona con la que está obsesionada.
Este es uno de los primeros síntomas que aparecen.
2. Celos
Las personas que sufren delirios pasionales sentirán celos, porque estarán convencidas de que el objeto de su afecto está en contacto con otros amantes y es infiel.
Por supuesto, esta persona está en contacto con otras personas.
Incluso puede estar casada.
Por un lado, rara vez es consciente de que alguien está obsesionado con ella.
Por otro lado, no es realmente su problema que alguien esté locamente enamorado de él, porque no es un sentimiento que compartan.
Este es uno de los síntomas más fáciles de reconocer.
3. Acoso público y síntomas obsesivos
Seguir y espiar al objeto de su afecto es la actividad favorita del erotómano y puede incluso meterle en problemas con la policía.
El delirio erotomaníaco elimina todo sentido del respeto y de los límites.
El erotómano no suele ser consciente de que su comportamiento es inapropiado.
Está atrapado en esta pasión y no puede salir de ella.
Este es uno de los síntomas más peligrosos.
4. comunicación escrita omnipresente
Un erotómano no podrá dejar de escribir cartas o correos electrónicos al objeto de su afecto y, lo que es más, incluso le hará numerosos regalos con la esperanza de atraer su atención.
Si es introvertido, no admitirá que esos mensajes o regalos son suyos.
Así, la persona objeto de esta pasión piensa que tiene un admirador secreto.
Y eso es todo.
Pero rara vez es así.
Es uno de los síntomas que conducen a la violencia.
5. Comunicación verbal obsesiva
La persona que sufre delirios erotomaníacos llamará a la persona que ama, día y noche, porque necesita establecer un contacto real con ella.
Si es alguien conocido, no le parecerá extraño.
Si se trata de un amigo, incluso le parecerá normal.
Pero si es un colega o un desconocido, es acoso.
Esto pondrá al ser querido en una situación extraña, incluso peligrosa.
Este es también uno de los síntomas que conducen a la violencia.
6. Consumo de medios de comunicación
Si el objeto de afecto es una celebridad o un personaje público, el erotómano seguirá obsesivamente todas las publicaciones relacionadas con esa persona.
De hecho, la fuerza de esta patología es poderosa.
La persona afectada puede pensar que el famoso le está enviando mensajes secretos a través de su música o sus películas.
Si nota este tipo de síntoma, debe buscar tratamiento inmediatamente.
7. Comunicación secreta
Esto nos lleva al siguiente punto lógico de esta patología.
La persona que sufre erotomanía estará convencida de que el objeto de su afecto le envía señales secretas a través de breves miradas intercambiadas, gestos, mensajes codificados, noticias, películas o redes sociales.
Y esto no sólo se aplica a los famosos.
Por ejemplo, si el erotómano sale con un grupo de amigos, entre los que se encuentra la persona a la que ama, puede pensar que cada gesto de esta persona es una indicación de su amor compartido.
El erotómano busca señales por todas partes y las encuentra.
Aunque no existan.
Este también es uno de los síntomas que se convierte en obsesión.
8. Planes elaborados
El erotómano inventará situaciones delirantes en las que es el objeto de su afecto el que le persigue, acosa o intenta ponerse en contacto con él.
Este es, por ejemplo, el tipo de situación en la que él o ella envía flores con un mensaje.
O imaginan que alguien ha entrado en su casa porque ciertos objetos no están en su lugar habitual.
Por supuesto, este síntoma también es peligroso y debe tratarse rápidamente.
Es uno de los síntomas más difíciles de reconocer, ya que a menudo está oculto.
¿Cómo se cura la erotomanía?
Una vez reconocidos los síntomas, ¡es hora de actuar!
Antes de curar la erotomanía, hay que hacer un diagnóstico.
Pero como se trata de un trastorno muy poco frecuente, esto puede resultar difícil.
Sobre todo porque muchas personas desconocen los síntomas asociados.
Así pues, ante todo, para afirmar con certeza que una persona padece esta enfermedad, deben cumplirse las cuatro condiciones siguientes:
1. La desilusión debe estar presente sólo en el aspecto emocional de la vida de la persona.
Todas las demás áreas de la vida del individuo (profesional, familiar, amigos) deben ser funcionales y «normales».
2. La descripción de la desilusión ligada a la erotomanía debe incluir acontecimientos, aunque no hayan ocurrido en la vida real.
3. Deben estar presentes otros trastornos como la esquizofrenia, los cambios bruscos de humor y la intoxicación.
4. Si la persona que padece erotomanía también experimenta episodios de depresión o comportamiento maníaco, la duración de la desilusión debe ser mayor que la duración de estos episodios.
Una vez realizado el diagnóstico, puede comenzar el tratamiento de los síntomas y de la enfermedad.
Pero la recuperación llevará mucho tiempo, ya que los enfermos de erotomanía son incapaces de ver que sus creencias son infundadas.
De hecho, muy pocas personas que padecen este trastorno buscan ayuda especializada.
Por lo general, es alguien cercano o el tribunal (si el erotómano ha ido demasiado lejos en su búsqueda de afecto) quien les incita.
Y por eso puede ser muy difícil seguir una terapia con éxito.
Los síntomas están maliciosamente entrelazados.
Por tanto, el tratamiento debe ser específico para cada caso.
Pero las prioridades siguen siendo siempre las mismas: mantener el funcionamiento social, minimizar el riesgo de conductas de riesgo y mejorar la calidad de vida de la persona que padece erotomanía.
En función de las causas de la enfermedad y de su implicación en la vida de la persona afectada, pueden prescribirse medicamentos, terapia u hospitalización.
El objetivo de la terapia es hacer comprender al erotómano en qué consiste su enfermedad y animarle a aceptar el tratamiento por voluntad propia.
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com
Debe reconocer sus síntomas.
Si resulta ser un peligro para sí mismo o para el objeto de su afecto, será hospitalizado.
Pueden recetarse medicamentos, como antipsicóticos, para controlar los síntomas.
Y cuando se instaura el tratamiento, los médicos siempre tienen cuidado de incluir las redes sociales y su influencia en el comportamiento problemático de la persona que padece erotomanía.
¿Qué debe hacer si está tratando con un erotómano?
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com
Si reconoce estos síntomas en alguien que conoce, ¡cuidado!
La erotomanía es un trastorno sexual de riesgo para la persona que es objeto del amor obsesivo.
Al tratarse de una enfermedad patológica, si eres víctima de alguien que padece erotomanía, no debes intentar hacerle frente en solitario.
Debe rodearse de las personas adecuadas y no entrar nunca en un debate cara a cara con el erotómano.
En primer lugar, puedes recurrir a la justicia para que te proteja y limite los arrebatos violentos y el acoso.
En segundo lugar, puedes intentar derivar al erotómano a servicios de salud psiquiátrica competentes.
Indícales que has notado síntomas preocupantes.
Decidas lo que decidas hacer, no intentes razonar con él o ella.
Perderás el tiempo y los nervios.
Es más, le estarás dando señales positivas (al menos, en su mente), porque estás iniciando una conversación con él o ella.
No olvides nunca que la persona que padece erotomanía ve todo tipo de comunicación o contacto como una señal de aprobación por tu parte.
Eres el objeto de su afecto, así que todo lo que hagas por él o ella es una prueba de que estás enamorado.
Así que mantén las distancias y llama a las personas adecuadas.
No se pueden controlar los síntomas de la erotomanía de otra persona.
¿Por qué tú y no otro?
¡Nunca podrás responder a esa pregunta!
No has hecho nada para provocar la ira de un erotómano.
De hecho, esta enfermedad es una ilusión.
Es un trastorno obsesivo del amor y la sexualidad que no tiene nada que ver con el comportamiento de la persona afectada.
No importa lo que hicieras o dijeras, no habrías podido cambiar el resultado.
Al fin y al cabo, las supuestas señales de amor que el erotómano percibía son inexistentes.
Tal vez te sentaste a su lado en el autobús porque era el único asiento libre.
Tal vez le dijiste «gracias» cuando te abrió la puerta en el supermercado.
Son gestos inofensivos para ti, pero son una muestra de amor para la persona que padece este trastorno.
Así que no tienes por qué sentirte culpable.
Nada podría haber cambiado esta situación.
Sigue siendo tú misma y deja de pensar en lo que has pasado por culpa del erotómano.
La terapia podría ayudarte a comprender y aceptar toda esta loca situación.
Conclusión
El amor es de algún modo intocable.
En todo caso, está por encima de la crítica por ser excesivamente malo.
Más bien, la opinión unánime es que nuestra sociedad adolece de falta de amor verdadero y muchos ya no están dispuestos a trabajar intensamente por el amor ni a luchar por él para salvar el amor.
Pero demasiado también puede causar un problema que puede convertirse en la llamada adicción al amor.
Al fin y al cabo, la dosis lo envenena todo.
Una cosa es cierta: cuando el amor se convierte en una tortura, algo va mal.
Si los síntomas son dolorosos, ¡nunca es buena señal!
Pero, ¿cómo reconocer una obsesión por el amor?
La mascarada de los adictos al amor tiene muchas caras: servidumbre, autosacrificio malsano, enamoramiento irresistible durante un tiempo inadecuado, codependencia, idolatría inalcanzable y dependencia sexual.
Esto suele dar lugar a la erotomanía.
Este trastorno de la pasión sexual puede llegar a ser grave si no se trata y si los síntomas no se reconocen a tiempo.