¿Cómo ser inteligente?
¿Cómo ser sociable?
Hay una serie de características que pueden utilizarse para describir la inteligencia social en psicología.
En pocas palabras, la inteligencia social y emocional es la capacidad de comprender a los demás y de interactuar con éxito con ellos en beneficio propio, pero también en beneficio de la otra persona o de un grupo.
Las interacciones también pueden ser manipuladoras en un sentido positivo. Otros psicólogos creen que la inteligencia social incluye una serie de habilidades para relacionar los propios objetivos de acción con los de los demás.
Las personas con una inteligencia social y relacional elevada tienen una gran sensibilidad social, emocionalidad y perspicacia social.
Tienen habilidades empáticas y sociales y pueden adoptar la perspectiva de los demás.
En resumen, se caracterizan por su afecto y calidez y están abiertas a nuevas ideas y experiencias.
¿Cuáles son las distintas formas de inteligencia?
¿Cómo ser inteligente?
Para responder a esta pregunta, hay que comprender que la inteligencia existe en siete formas.
- Inteligencia lógico-matemática
Capacidad para analizar problemas de forma lógica, realizar operaciones matemáticas e investigar cuestiones científicas.
- Inteligencia verbal-lingüística
La sensibilidad al lenguaje hablado y escrito y la capacidad de aprender idiomas y utilizar el lenguaje con fines específicos.
- Inteligencia espacial
Para dimensionar grandes espacios, como los que necesitan los marineros y pilotos, pero también para captar espacios estrechos y reducidos, como los que necesitan los escultores, cirujanos, ajedrecistas, ingenieros, diseñadores gráficos o arquitectos.
- Inteligencia musical
Esencial para hacer música, componer y tener sentido de los principios musicales.
- Inteligencia físico-kinestésica
Utilización del cuerpo y de partes individuales del mismo (como la mano o la boca) para resolver problemas o diseñar productos.
- Inteligencia social
Se refiere a la capacidad de empatizar y comprender las motivaciones, sentimientos e intenciones tácitas de otras personas (comparable a la empatía) y así influir en sus estados de ánimo y emociones.
- Inteligencia intrapersonal
Es la capacidad de comprender e influir en los propios sentimientos, estados de ánimo, debilidades, impulsos y motivaciones.
Entonces, ¿cómo ser inteligente? ¿Cómo ser sociable?
Bueno, tienes que trabajar para desarrollar tus habilidades en cada una de estas categorías.
Inteligencia social: definición
El concepto de inteligencia social fue introducido en 1920 por el psicólogo estadounidense Edward Lee Thorndike, que en sus numerosos estudios sobre el comportamiento de los animales investigó la cuestión de cómo aprenden los seres vivos y fundó así la teoría del condicionamiento instrumental.
Según Thorndike, la inteligencia social es la capacidad de comprender a los demás y de actuar sabiamente en el trato con ellos.
Esto incluye el éxito en la vida, especialmente el éxito profesional.
Llegó a la conclusión de que incluso los especialistas perfectamente formados que carecen de inteligencia social no consiguen ascender a puestos directivos.
Puso el ejemplo del mecánico técnicamente competente que no tendrá éxito como capataz si carece de inteligencia social.
David Wechsler, también psicólogo estadounidense, que estudió con Thorndike, entre otros, desarrolló un concepto de inteligencia social que, además de las capacidades intelectuales, también incluía la capacidad del individuo para gestionar su entorno con eficacia.
La razón de este nuevo concepto fue su observación de que los jóvenes reclutas estadounidenses fracasaban completamente en diversos procedimientos de prueba, a pesar de que eran bastante competentes en su vida cotidiana.
El concepto de inteligencia social se ha generalizado gracias a Daniel Goleman y su libro homónimo, publicado en 2006.
Daniel Goleman es un psicólogo y periodista científico estadounidense que también escribe como neurocientífico para el New York Times.
Se dio a conocer internacionalmente con su libro “EQ: Emotional Intelligence”, publicado en 1995, y dio forma así a una nueva comprensión del vínculo entre este nuevo tipo de inteligencia y el éxito en la vida.
En su libro “Inteligencia social”, Goleman analiza la importancia de las buenas relaciones interpersonales y cómo pueden utilizarse las habilidades de la inteligencia social para crearlas y mantenerlas.
Se basa en principios neurofisiológicos y acerca al lector a los vínculos entre la biología y la investigación cerebral en un lenguaje fácil de entender.
La inteligencia social se caracteriza por las siguientes habilidades
- escuchar a los demás
- ser capaz de mostrar simpatía por ellos
- percibir sus sentimientos
- interpretar las señales no verbales
- actuar en función de la situación
Definición ampliada de inteligencia social por Weis y Süss
Comprensión social, memoria social, percepción social: esto es lo que define la inteligencia social según Weis y Süss.
La Dra. Susanne Weis, psicóloga, y el Dr. Heinz-Martin Süss, catedrático, definieron la inteligencia social como un constructo multidimensional en 2005.
Su modelo explicativo incluye conceptos como la comprensión social, que se utiliza para evaluar correctamente la información en una situación determinada.
También incluye la memoria social, con la que se puede almacenar y recordar información, la percepción social, con la que se asimila la información lo más rápidamente posible y la flexibilidad social y el conocimiento social.
Test de Magdeburgo de Inteligencia Social
A diferencia de las llamadas habilidades duras, como ciertas capacidades cognitivas, que pueden evaluarse de forma fiable, las habilidades blandas y la inteligencia social no pueden medirse de forma completamente fiable según el estado actual de la investigación.
Con los métodos de medición habituales, los encuestados sólo podían presentar su propia autoevaluación mediante un cuestionario, con el riesgo de que no respondieran abierta y honestamente, sino que dieran respuestas socialmente deseables o se juzgaran mal a sí mismos.
El Test de Inteligencia Social de Magdeburgo, desarrollado por un grupo de investigación dirigido por el psicólogo Prof. Dr. Heinz-Martin Süss, pretende eliminar estos problemas en la medida de lo posible.
Muestra situaciones reales en un entorno social determinado y capta así la comprensión social, la memoria social y la percepción social del sujeto.
¿Qué relación hay entre inteligencia social y empatía?
Las explicaciones demuestran que un comportamiento socialmente inteligente no puede prescindir de cierta empatía.
La siguiente definición de empatía va más allá del concepto de empatía o ponerse en el lugar de los demás.
De hecho, hay tres tipos de empatía: emocional, cognitiva y social.
La empatía emocional consiste en comprender y sentir los sentimientos de los demás.
La empatía cognitiva se refiere a comprender y descodificar los pensamientos, intenciones y motivaciones del otro.
Por último, la empatía social se refiere a sistemas más complejos y se utiliza para navegar e influir en clubes, empresas u otros grupos sociales más amplios.
Habilidades sociales
El concepto de competencias sociales incluye una multitud de comportamientos y habilidades que se consideran la base de una acción social de éxito.
Para una mejor comprensión, puede dividirse en competencias en el trato con uno mismo, en el trato con los demás, en el trabajo en equipo y en las posiciones de liderazgo.
En las relaciones con uno mismo, esto se manifiesta, entre otras cosas, por un buen sentido de la autoestima, la responsabilidad personal y la capacidad de autorreflexión.
En las relaciones con los demás, son importantes el reconocimiento, la empatía, las habilidades lingüísticas, un cierto nivel de pensamiento crítico, las habilidades lingüísticas y la mirada del otro.
La capacidad de trabajar en equipo, la cooperación y la capacidad de aceptar críticas son la base del éxito del trabajo en equipo.
Por último, el ejercicio de las funciones directivas incluye la responsabilidad, la flexibilidad y la capacidad de actuar como modelo.
Inteligencia social: todas sus formas
Las personas con una buena inteligencia social tienen las siguientes cualidades:
- alta sensibilidad social
- gran perspicacia social
- buena comunicación social
- actitud prosocial
- capacidad de empatía
- habilidades sociales
- alta sensibilidad emocional
- buena capacidad para tomar perspectiva
- alta adaptabilidad social
- buen conocimiento de las reglas y normas sociales
- buena comprensión de los demás
- llevarse bien con los demás
- ser afectuoso y cálido
- abierto a nuevas ideas y experiencias
La inteligencia social puede dividirse en dos categorías: inteligencia social y emocional e inteligencia social y relacional.
¿Qué es la inteligencia social y emocional?
El término inteligencia social y emocional se refiere a la capacidad de reconocer los sentimientos propios y ajenos, clasificarlos correctamente y actuar en consecuencia.
Es similar a la capacidad de empatizar, pero va un paso más allá.
En términos prácticos, la empatía es sólo una parte de la inteligencia emocional: si uno es emocionalmente inteligente, no sólo puede percibir los sentimientos de la otra persona, sino también reaccionar adecuadamente.
Básicamente, la inteligencia social y emocional describe una inteligencia de los sentimientos.
Se trata de actuar de forma reflexiva y lógica. Pero también percibir los propios sentimientos y las emociones de los demás.
Las habilidades asociadas a la inteligencia social y emocional son
- Autoconciencia: ser consciente de los propios sentimientos.
- Autorregulación: controlar y dirigir los impulsos de las propias emociones.
- Empatía: percibir y comprender los sentimientos de los demás.
- Motivación: voluntad de llevar a cabo las acciones requeridas
- Habilidades sociales: verse a uno mismo como parte de un sistema, pensar en las relaciones y comportarse con consideración.
- Todas las personas social y emocionalmente inteligentes registran su propio nerviosismo y utilizan técnicas, como un método de relajación, para salir activamente de ese sentimiento.
¿Qué es la inteligencia social y relacional?
El término inteligencia social y relacional fue acuñado por Esther Perel, autora de renombre y experta en relaciones, y se define como la capacidad de conectar y generar confianza mutua con los demás en el lugar de trabajo.
Es la capacidad de conectar con las personas para establecer límites, comprender los hábitos de un individuo y aprender a gestionar los desacuerdos y las rupturas de confianza.
Esto se aplica tanto a la vida personal como a la profesional.
Por ejemplo, a algunas personas les gusta trabajar solas, mientras que otras disfrutan con las dinámicas de grupo.
Algunos quieren celebrar los pequeños pasos, otros simplemente quieren ponerse manos a la obra sin darle demasiada importancia.
La inteligencia social y relacional no debe confundirse con la inteligencia social y emocional.
Por un lado, la inteligencia social y emocional se centra en la capacidad de controlar las propias emociones mientras se gestionan con madurez las relaciones interpersonales y se navega por las emociones de los demás.
Por otro lado, la inteligencia social relacional tiene más que ver con estar conectado y ser capaz de mantenerse conectado en las tareas.
Ayuda a crear las conexiones personales que salvan la distancia entre el enfoque de un miembro del equipo o grupo de amigos ante un problema y el de otro, creando confianza mutua para superar el problema.
Establecer conexiones y ser capaz de gestionar las relaciones con eficacia es cada vez más importante en el mundo empresarial actual.
En el pasado, la inteligencia social y relacional se consideraba una “habilidad blanda”.
Sin embargo, a medida que el lugar de trabajo moderno evoluciona para abarcar culturas más diversas, la inteligencia social y relacional se está volviendo más importante que las habilidades técnicas a la hora de crear una plantilla de éxito.
Y es más probable que estos empleados adopten nuevas ideas e innovaciones, compartan sus pensamientos e integren la información para mejorarse mutuamente y mejorar la empresa.
¿Cómo se puede estimular la inteligencia social?
¿Se puede aprender inteligencia social?
Esta pregunta se la pueden hacer quienes quieren tener más éxito en su trabajo, quienes quieren tener más voz en determinados grupos o situaciones sociales, o quienes quieren dar a sus hijos un buen comienzo en la vida.
¿Cómo se puede entrenar algo que es tan difícil de medir y comprobar?
Mediante un entrenamiento regular se pueden adquirir ciertas habilidades o capacidades de inteligencia social.
Este entrenamiento se realiza preferentemente en un grupo en el que se simulan determinadas situaciones sociales.
Se pueden experimentar y practicar comportamientos deseados, como hablar con facilidad delante de un grupo o ser asertivo en determinadas situaciones.
Por lo tanto, es muy posible entrenar la inteligencia social.
El entrenamiento en habilidades sociales y el entrenamiento en inteligencia social utilizan a menudo los mismos métodos y conceptos.
De hecho, muchos padres y profesores se enfrentan a la cuestión de cómo fomentar la inteligencia social en los niños.
Por un lado, esto puede hacerse en casa modelando cómo actuar con éxito en las relaciones.
Por otro, los padres pueden asegurarse de que haya tantas actividades extraescolares como sea posible.
En grupos deportivos o musicales o en un club de fútbol, el niño se familiariza con diferentes situaciones sociales en las que tiene que actuar.
La práctica regular por sí sola fomenta o aumenta la inteligencia social.
¿Es posible desarrollar la inteligencia social?
¿Cómo desarrollar su inteligencia social?
Antes de embarcarte en un trabajo profundo de desarrollo personal, deberías hacerte las siguientes preguntas:
- ¿Me conozco bien?
- ¿Sé cómo reacciono en determinadas situaciones y por qué?
- ¿Puedo influir yo mismo en mi estado de ánimo o estoy a merced de mis emociones?
- ¿Hasta qué punto puedo manejar la agresividad, la ira, la alegría, el afecto y otros sentimientos, en mí mismo y en los demás?
- ¿Y mi capacidad de comunicación?
- ¿Puedo expresarme con claridad y hacerme entender?
- ¿Soy capaz de escuchar atentamente a los demás?
- ¿Me siento bien con los demás?
- ¿Sé motivar a los demás?
- ¿Me gusta trabajar con los demás?
- ¿Sé guiar a los demás?
- ¿Soy popular entre los demás?
- ¿Les gusta estar conmigo?
Todas estas preguntas son sólo para reflexionar.
¿Cómo ser sociable?
¿Cómo ser inteligente?
Si sabes lo que hay detrás de la inteligencia social, también sabrás lo que es importante y podrás plantearte las preguntas cruciales para averiguar dónde puedes seguir teniendo carencias.
Así que aquí tienes cómo desarrollar tu inteligencia social:
1. Desarrollar la inteligencia social consiste en comprender quién eres
La inteligencia social exige conocernos bien a nosotros mismos.
Conocernos a nosotros mismos no siempre nos resulta fácil, ya que a veces tenemos que ahondar en nuestra historia y en lo más profundo de nuestro ser.
Aquí te hemos preparado algunas preguntas que puedes responder con calma y repetidamente para saber más de ti mismo:
- ¿Quién soy realmente?
- ¿Qué me hace especial?
- ¿Quién y qué me ha formado?
- ¿Qué papeles desempeño en mi vida?
- ¿Qué necesito?
- ¿Qué quiero, qué espero?
- ¿Cuáles son mis objetivos?
- ¿Qué es importante para mí?
- ¿Cuáles son mis puntos fuertes y débiles?
- ¿En qué soy realmente bueno?
- ¿Qué valoro?
- Qué determina mis acciones, mis pensamientos, mis sentimientos?
2. Desarrollar la inteligencia social significa aprender a gestionar las emociones
Los sentimientos son algo muy humano y natural.
Cuanto menos temamos nuestros sentimientos y los de los demás, y cuanto mejor sepamos gestionar esos sentimientos, más capaces seremos de comportarnos adecuadamente en situaciones emocionales.
Y para eso sirve la inteligencia social.
Para ser realmente capaz de manejar los sentimientos de los demás con confianza, no debes tener miedo de tus propios sentimientos.
Por tanto, conoce tu propio mundo emocional con curiosidad y acepta cada uno de tus sentimientos como algo inseparablemente tuyo.
Para ello, hazte las siguientes preguntas varias veces al día:
- ¿Cómo me siento y en qué parte exacta del cuerpo tengo esa sensación?
- ¿Qué desencadena la sensación en mí?
- ¿Cómo lo hago?
3. Desarrollar la inteligencia social significa comprender que cada uno tiene su propia personalidad
Todos somos diferentes.
Pero ser diferente no significa automáticamente ser “mejor” o “peor”.
Cuanto más aceptes que los demás ven el mundo de forma diferente a la tuya, más fácil te resultará ver su punto de vista.
Y al hacerlo, aumentarás tu inteligencia social.
Las personas emocionalmente inteligentes no consideran que otros puntos de vista o percepciones sean amenazantes, sino interesantes; de hecho, los ven como una oportunidad para aprender algo.
4. Desarrollar tu inteligencia social significa mejorar tus habilidades de comunicación
La comunicación es un tema complejo, con múltiples capas y muy importante para todo ser humano.
Hay que tratarlo intensamente.
Comprender las teorías de la comunicación, como el análisis transaccional de Eric Berne o la interacción centrada en temas de Ruth von Cohn, puede mejorar mucho nuestro propio comportamiento comunicativo.
Si notas que te faltan habilidades comunicativas, puedes hacer mucho por mejorarlas.
Hay varios seminarios en los que puedes aprender a comunicarte más eficazmente.
En cualquier caso, asegúrate de que se trate sobre todo de aplicación práctica y de que tengas muchas oportunidades de practicar repetidamente.
A veces no tenemos las expresiones adecuadas.
Entonces puede que no tengamos las palabras adecuadas y sólo cuando la situación termina recordamos lo que podríamos haber dicho o hecho.
Por tanto, adquiere un vocabulario lo más amplio posible.
Sigue aprendiendo palabras nuevas, sobre todo las que tienen que ver con sentimientos y acontecimientos interpersonales.
Piensa también en los distintos canales sensoriales a los que puedes dirigirte.
Ten el valor de expresarte de diferentes maneras: a veces, un gesto o una acción concreta pueden decir mucho más que las palabras.
5. Desarrollar la inteligencia social es aprender a gestionar los conflictos.
La capacidad de afrontar los conflictos de forma constructiva y resolverlos eficazmente forma parte directa de la inteligencia social.
Puedes practicar sistemáticamente esta habilidad enfrentándote al mayor número posible de enfoques diferentes del conflicto y adquiriendo esas alternativas de actuación.
Quien ve los conflictos como oportunidades, por ejemplo, ya tiene una gran ventaja para superarlos bien.
6. Desarrollar la inteligencia social significa estar abierto a la crítica
En la capacidad de crítica intervienen los mismos ingredientes que en la inteligencia social: se trata de uno mismo, por un lado, y de los demás, por otro.
Aprenda a aceptar las críticas abiertamente sin sentirse derribado o desestabilizado de inmediato.
Comprueba hasta qué punto la crítica está justificada y qué puedes aprender y mejorar de ella.
Aprende a criticarte de forma constructiva sin desanimar o incluso herir a los demás.
7. Desarrollar la inteligencia social significa aprender a tratar con la gente
La inteligencia social es la inteligencia relacionada con uno mismo y con los demás.
Por eso nuestro último consejo es: trata con la gente.
Busca a otras personas y haz cosas con ellas.
Ve a lugares donde puedas conocer a tanta gente diferente como sea posible.
Observa a los demás, abierta y atentamente.
Conoce otras culturas.
Aprende todo lo que puedas sobre la psique humana.
Trata temas que conmuevan a los demás.
Lee las historias de vida de los demás.
Descúbrete a ti mismo y a los demás.