¿Su bebé padece conjuntivitis?
Veamos las causas de esta afección y las distintas opciones de tratamiento de la conjuntivitis.
Si tu hijo tiene ardor o escozor en los ojos, debes consultar a un médico.
Porque el ardor y el escozor de ojos suelen ser un signo de conjuntivitis.
En muchos casos, la conjuntivitis en un bebé es completamente inofensiva.
Sin embargo, los ojos arden y pican, lo cual es muy desagradable, sobre todo para los niños.
Los síntomas típicos de la conjuntivitis son enrojecimiento, picor y lagrimeo.
Esta enfermedad ocular es especialmente frecuente en lactantes y niños pequeños.
La conjuntiva es, por así decirlo, el escudo protector de los ojos.
Es la membrana mucosa fina y transparente que cubre el interior de los ojos y la parte frontal del globo ocular.
También contiene células inmunitarias que combaten los agentes patógenos.
Sin embargo, si la conjuntiva está sometida a un estrés excesivo por influencias externas o agentes patógenos, primero se produce irritación, seguida de inflamación.
Los ojos de los niños pequeños suelen ser muy sensibles a las influencias ambientales, como las corrientes de aire o el frío.
Pero los cuerpos extraños (polvo, suciedad) o los alérgenos también pueden penetrar en el ojo y desencadenar una conjuntivitis.
Las bacterias o los virus suelen ser los culpables, sobre todo en los niños pequeños.
Es lo que se conoce como conjuntivitis infecciosa.
Para los padres es difícil distinguir entre las formas infecciosas y no infecciosas.
En caso de duda, siempre hay que acudir al médico.
Dependiendo de la causa, se requieren tratamientos muy diferentes
Conjuntivitis del lactante: causas y síntomas
Hasta un tercio de los lactantes desarrollan conjuntivitis en las primeras semanas de vida.
La causa suele ser la obstrucción del conducto lagrimal.
En los bebés, el conducto nasolagrimal suele estar todavía cerrado por una fina membrana.
Como consecuencia, el líquido lagrimal no puede drenar y, en consecuencia, el borde del párpado se llena de costras y las secreciones purulentas forman un caldo de cultivo ideal para las bacterias.
Recomiendo masajear regularmente con el dedo meñique en movimientos circulares desde el punto de lagrimeo (en el interior del párpado inferior) en diagonal hacia abajo, en dirección a la nariz.
Además, los párpados deben limpiarse regularmente de fuera hacia dentro con gasas estériles y una solución salina.
Al cabo de unas semanas o unos meses, el conducto lagrimal suele abrirse por sí solo.
Los síntomas de la conjuntivitis son bastante claros.
Si la irritación conjuntival de los ojos pasa desapercibida o no se trata, la conjuntivitis se desarrolla rápidamente.
La conjuntivitis va acompañada de los siguientes síntomas:
- Ojos rojos
- Ojos llorosos
- Impresión de tener algo en los ojos
- Sensación de tener un cuerpo extraño en los ojos
- Ardor en los ojos
- Párpados pegajosos y márgenes de los párpados hinchados
- Ojos sensibles a la luz
Las posibles causas de la conjuntivitis pueden ser variadas.
En los lactantes, puede producirse una infección ocular (conjuntivitis) poco después del nacimiento.
Esto sólo ocurre si la madre está infectada por la bacteria.
La bacteria se transmite al bebé al nacer.
En niños mayores o bebés un poco más desarrollados, las siguientes causas pueden ser motivo de aparición de conjuntivitis:
- Bacterias y virus
- Irritación física por corrientes de aire y humo
- Irritaciones químicas como el agua de la piscina
- Objetos extraños en el ojo
- Reacción alérgica
Sólo la conjuntivitis infecciosa, causada por bacterias y virus, es contagiosa.
Las conjuntivitis víricas y bacterianas son muy contagiosas.
Los agentes patógenos se transmiten principalmente por frotis en manos y objetos, pero también por gotitas, por ejemplo al estornudar.
Por tanto, es especialmente importante prestar atención a una buena higiene para combatir el desarrollo de la conjuntivitis.
En este caso, evite en la medida de lo posible el contacto ojo-mano con el niño y lávese las manos con la mayor frecuencia posible.
Cambie el paño después de cada uso y utilice toallas y paños diferentes para el niño afectado.
Los niños con conjuntivitis no deben acudir a establecimientos comunitarios.
¿Cómo debe tratar la conjuntivitis en los ojos de su bebé?
La duración de la conjuntivitis es muy variable.
Cada bebé reacciona de forma diferente al tratamiento.
Normalmente, la inflamación debería curarse al cabo de una semana.
Si no lo hace, hay que acudir al médico inmediatamente.
Muchos padres se preguntan cuándo deben acudir al médico, ya que a menudo se recomiendan remedios caseros para ayudar a tratar la conjuntivitis.
La conjuntivitis en los bebés puede ser peligrosa si no se trata.
Por eso hay que consultar al pediatra en cuanto aparezcan los primeros signos y síntomas de conjuntivitis.
La regla más importante para la conjuntivitis en los ojos de los bebés es: ¡NO TOCARSE LOS OJOS!
Frotarse los ojos puede propagar gérmenes fácilmente.
Además, irrita el ojo y retrasa el proceso de curación.
1. Colirios para tratar la conjuntivitis en bebés
Si notas irritación conjuntival en tu bebé, es importante actuar de inmediato.
En este caso, puedes utilizar colirios a base de plantas para que la irritación conjuntival no provoque inflamación.
Cuando utilices colirios, es importante que contengan ingredientes a base de plantas.
Los colirios también pueden ayudar a curar la conjuntivitis.
Especialmente para los niños menores de 6 meses, los preparados no deben contener conservantes.
Aplicar colirios en los ojos de los bebés no siempre es fácil, ya que los más pequeños a veces se resisten y lloran violentamente.
Unos sencillos consejos facilitan la aplicación de colirios para combatir la conjuntivitis:
Lo mejor es tumbar al niño boca arriba y estirarle un poco el cuello (con un cojín, por ejemplo).
Pon la mano sobre la frente del niño.
Lávate y desinféctate las manos antes y después para evitar la propagación de gérmenes de la conjuntivitis.
Baja suavemente el párpado inferior y vierte una gota en el saco conjuntival.
Asegúrate de no tocar el ojo con el aplicador, de lo contrario podrías propagar gérmenes.
Después, lo ideal es que el niño cierre el ojo durante unos 30 segundos y mueva el globo ocular bajo el párpado cerrado.
De este modo, los principios activos se distribuyen mejor y se combate la conjuntivitis.
Al mismo tiempo, presione suavemente el ángulo interno del párpado para evitar que el colirio salga por el conducto lagrimal.
También puede verter el colirio en el ángulo interno del ojo con los ojos cerrados.
Cuando el niño vuelva a abrir los ojos, las gotas fluirán automáticamente hacia el lugar correcto.
2. Leche materna para prevenir la conjuntivitis en bebés
Si tu hijo tiene conjuntivitis, la visita al médico es inevitable.
El médico podrá determinar la conjuntivitis basándose en diversas pruebas.
Para el tratamiento puede prescribir varios medicamentos.
En primer lugar, muchos médicos utilizan colirios (véase más arriba).
La pomada ocular también es adecuada para tratar la conjuntivitis.
Pero el mejor tratamiento (y el preferido por las madres) es la leche materna.
Como alternativa a los colirios tradicionales, que te recetará el médico, puedes utilizar leche materna para la conjuntivitis del bebé.
La leche materna tiene un efecto antiinflamatorio y puede ayudar a curar la conjuntivitis.
El té negro también es adecuado.
También se recomienda descansar los ojos para combatir la conjuntivitis.
Es especialmente importante descansar los ojos del bebé si tú padeces conjuntivitis.
En este caso, debes asegurarte de que no se produce ninguna otra irritación.
En particular, hay que evitar la luz y las corrientes de aire.
¿Cómo puede prevenirse la conjuntivitis en niños y bebés?
He aquí algunos consejos para ayudar a reducir el riesgo de conjuntivitis en su hijo:
- Lávate las manos y las de tu bebé con la mayor frecuencia posible, ya que así reduces el riesgo de infección.
- Ventila regularmente las habitaciones: el contenido de oxígeno del aire actúa como un “humectante natural para los ojos”. Por la misma razón, los niños deben salir al aire libre lo más a menudo posible.
- Su hijo debe llevar gafas de sol: protegen los ojos sensibles de los niños de los rayos UV en verano, pero también del fuerte reflejo de la luz de la nieve en invierno.
- Evita las corrientes de aire para prevenir la conjuntivitis: asegúrate de que tu hijo no tenga corrientes de aire en el coche, por ejemplo.
- Productos de puericultura compatibles: utiliza únicamente productos de puericultura dermatológicamente probados y compatibles.
- No dejes a tu hijo/bebé/infante mucho tiempo delante de la televisión: las pantallas pueden cansar rápidamente los ojos. Así que asegúrate de que tu hijo no pasa demasiado tiempo frente al ordenador, la televisión, etc.
Conjuntivitis: ¿cuándo es inevitable ir al médico?
Si hay una secreción purulenta y amarillenta o si los síntomas no mejoran por sí solos en dos días, es absolutamente necesaria una visita al pediatra o al oftalmólogo.
El tratamiento de la conjuntivitis depende siempre de la causa.
Si la causa son bacterias, el médico suele recetar colirios antibióticos.
Si, por el contrario, son los virus los causantes de los síntomas, los antibióticos no tienen sentido, ya que sólo actúan contra las bacterias y no contra los virus, hongos y otros patógenos.
La conjuntivitis vírica suele estar provocada por adenovirus, y también se conoce como gripe ocular.
Esta forma de conjuntivitis suele presentarse con infecciones febriles.
En la infancia, la mayoría de los casos de conjuntivitis se curan sin complicaciones.
Sin embargo, los padres siempre deben consultar a un médico para que pueda administrar el tratamiento adecuado para la inflamación.
En caso de conjuntivitis vírica o bacteriana, es importante que el niño no vaya a la guardería ni al colegio.
Además, los ojos necesitan mucho reposo en casa para curarse rápidamente.
Si los ojos están permanentemente inflamados, es absolutamente necesario aclarar las causas orgánicas de la conjuntivitis (como un conducto lagrimal estrecho).