Contrariamente a la creencia popular, la diástasis no es una hernia abdominal.
La diástasis (o diástasis de rectos), que parece una protuberancia o cresta descendente en el centro del abdomen, es la separación entre los lados izquierdo y derecho del músculo recto abdominal.
La parte inferior del abdomen está flácida.
A medida que el abdomen crece durante el embarazo, el tejido conjuntivo entre los músculos reumáticos abdominales se debilita, provocando la hinchazón del contenido abdominal.
Aunque algunas mujeres notan este abultamiento durante el embarazo, muchas no se dan cuenta de que padecen diástasis hasta después de haber dado a luz.
Cualquier persona (incluidos los hombres) puede tener una diástasis.
Sin embargo, un estudio de 2016 reveló que hasta el 60 % de las mujeres pueden sufrir diástasis abdominal rectal durante el embarazo o después del parto.
Además de la separación, otros signos comunes de la diástasis son:
- Ombligo blando
- Parte inferior del abdomen flácida
- Barriga blanda de embarazada imposible de perder
- Flatulencias después de las comidas
Muchas personas buscan una solución por motivos visuales, pero hay que centrarse en lo siguiente:
- Fortalecer los músculos abdominales (sobre todo los inferiores)
- Aliviar el dolor abdominal y de espalda
- Minimizar la disfunción del suelo pélvico
- Aliviar el dolor de sínfisis en el pubis
¿Qué aspecto tiene la diástasis abdominal?
Los médicos llaman diástasis de rectos a un espacio palpable en la pared abdominal, una dilatación de la llamada línea alba de más de dos centímetros.
La línea alba es una línea vertical de tejido conjuntivo en el abdomen.
La línea alba suele tener de uno a dos centímetros de anchura y surge del entrelazamiento de las estructuras de tejido conjuntivo de los músculos rectos abdominales que enmascaran la superficie del abdomen anterior.
La diástasis de rectos no es una verdadera hernia del abdomen, aunque se asemeja a una hernia cuando se está de pie o cuando aumenta la presión en el abdomen debido a la protuberancia.
La diástasis de rectos se produce principalmente alrededor del ombligo.
Puede medir de uno a diez centímetros de longitud.
A veces se extiende desde el arco costal hasta el pubis.
Si los músculos abdominales son débiles, es posible que los filamentos musculares se separen más de la anchura de una mano.
Esto altera la función de sujeción, soporte y transporte de los músculos abdominales.
En este caso, a pesar de la pérdida de peso, queda una protuberancia en la pared abdominal anterior después del embarazo.
Pero, ¿cuáles son las causas de la diástasis abdominal?
1. Diástasis de rectos adquirida
El embarazo es un desencadenante típico de la diástasis de rectos.
Durante el embarazo, a medida que el bebé crece en el útero, los músculos abdominales se estiran y pierden tensión.
Además, la hormona del embarazo, la relaxina, tiene un efecto relajante y favorece el estiramiento de la línea alba.
La diástasis de rectos suele aparecer durante el último trimestre del embarazo, cuando el abdomen aumenta de tamaño.
Para evitar sobrecargar el vientre, se recomienda a las embarazadas que no levanten objetos pesados, por ejemplo.
Los embarazos repetidos o múltiples aumentan el riesgo de diástasis de rectos.
En algunos casos, la obesidad también conduce a la diástasis de rectos, ya que también puede provocar un estiramiento excesivo de la pared abdominal.
Además, el entrenamiento con pesas y el estreñimiento crónico a veces provocan diástasis de rectos.
2. Diástasis de rectos congénita
La diástasis de rectos rara vez es congénita.
En estos casos, los músculos abdominales (músculos abdominales inferiores) no son paralelos, sino que divergen hacia arriba.
La línea alba se ensancha, lo que puede provocar la hinchazón de la pared abdominal.
3. Diástasis de rectos en recién nacidos
La diástasis de rectos también se produce en recién nacidos y lactantes, ya que la distancia entre los dos músculos rectos abdominales es relativamente amplia.
Sin embargo, la diástasis de rectos desaparece cuando los niños empiezan a andar.
Por lo general, no es necesario operar.
¿Cuáles son los síntomas de la diástasis abdominal?
La diástasis de rectos provoca diversos síntomas.
La mayoría de las veces, hay pocos o ningún síntoma, sobre todo en las primeras fases.
En las personas afectadas, puede notarse un espacio en medio del abdomen.
Bajo tensión, a veces se produce un abultamiento visible y palpable.
A medida que la línea alba se hace más fina, aumenta el riesgo de hernias abdominales reales.
El aspecto psicológico también es estresante para los afectados.
Para algunas pacientes, el sufrimiento estético provoca una disminución de la autoestima, lo que, sumado al estrés físico, se traduce en una reducción de la calidad de vida.
A medida que avanza el embarazo, la diástasis de rectos puede manifestarse como dolor en la zona lumbar, las nalgas y las caderas durante el esfuerzo físico.
En particular, sufren esta afección las mujeres que ya han tenido varios embarazos y partos, puesto que los músculos abdominales ya se han estirado varias veces.
Como resultado, algunas mujeres experimentan una debilidad grave del suelo pélvico, que a veces conduce a la incontinencia urinaria.
Entonces son incapaces de retener la orina.
Puede haber un exceso de tejido y piel en la zona abdominal anterior.
Durante el último trimestre del embarazo, la parte superior del útero sobresale de la pared abdominal.
En el caso de una diástasis de rectos muy grande, a veces pueden verse incluso los contornos del feto.
En algunos casos, la diástasis de rectos complica el parto.
Esto se debe a que los músculos abdominales no pueden utilizarse con fuerza suficiente para empujar al bebé hacia fuera.
Existen medidas sencillas para compensarlo.
Por ejemplo, es útil que la parturienta se siente erguida y utilice los músculos de la espalda.
Los problemas intestinales o el dolor abdominal no son signos típicos de la diástasis de rectos.
Son más bien signos de una auténtica hernia de la pared abdominal.
El dolor se produce cuando los órganos (por ejemplo, un trozo de intestino) quedan atrapados en el espacio de la pared abdominal; por lo demás, las hernias verdaderas no suelen ser dolorosas.
¿Cómo puede saber si tiene diástasis abdominal?
Durante la prueba de la diástasis de rectos, hay que comprobar dos cosas:
- La distancia entre los músculos separados (cuántos dedos hay entre los músculos abdominales inferiores separados).
- El estado del tejido conjuntivo que une los músculos separados del abdomen.
Cómo comprobar la diástasis usted mismo:
Túmbate boca arriba para ponerte cómodo.
A continuación, flexiona las rodillas mientras mantienes los brazos y la cabeza apoyados en el suelo.
Compruebe tres lugares: (1) la zona abdominal; (2) por encima del ombligo, a medio camino entre el ombligo y el esternón; y (3) por debajo del ombligo, a medio camino entre el ombligo y el hueso púbico.
Coloque los dedos o una o dos manos sobre el abdomen y relaje los músculos abdominales.
A continuación, levanta ligeramente la cabeza y comprueba cuántos dedos caben entre los dos músculos separados.
Debes comprobar cuál es el hueco más ancho.
Al levantar la cabeza, fuerzas los músculos del abdomen para que se junten.
Compruebe los tres puntos.
Comprueba ahora el estado del tejido conjuntivo.
Pon un dedo en el ombligo.
Esta vez no levantes la cabeza.
Comprueba hasta dónde llega el dedo.
Cuanto más profundo llegue, más débil será el tejido conjuntivo.
Compruebe los mismos tres lugares que antes.
Si ves que los músculos abdominales se cubren cuando te levantas después de estar tumbado, debes utilizar las dos manos.
¿Cómo comprueba el médico la existencia de diástasis de rectos?
En primer lugar, probablemente le aconsejará que utilice un cinturón abdominal.
En segundo lugar, ante la sospecha de diástasis de rectos, el ginecólogo o el médico de cabecera suelen ser los primeros interlocutores.
Para elaborar el historial médico, el médico mantendrá primero una conversación detallada con la persona afectada.
Hará preguntas sobre posibles factores de riesgo.
Por ejemplo, si ha habido varios partos anteriores.
En el caso de la diástasis de rectos, el médico realiza el diagnóstico con relativa facilidad a partir de la palpación.
Para ello, túmbese boca arriba y estire la pared abdominal, por ejemplo levantando la cabeza.
El médico puede palpar con los dedos el espacio de la pared abdominal entre los músculos tensos por encima del ombligo.
En muchos casos, la diástasis de rectos se hincha como un “bulto” entre los dos músculos rectos erectos cuando la persona afectada se ríe o tose.
En las mujeres con embarazos múltiples o un aumento patológico de la cantidad de líquido amniótico (hidramnios), a menudo puede percibirse una musculatura abdominal claramente estirada.
Rara vez es necesario realizar una ecografía para detectar la diástasis de rectos.
Sin embargo, el médico puede ver hasta qué punto ha progresado la diástasis de rectos.
¿Cómo se trata la diástasis?
Para remediar la diástasis de rectos, primero se recurre al entrenamiento de los músculos abdominales.
Si es necesario, el médico recomendará una reducción de peso si tiene sobrepeso.
Cuando hay pocos síntomas, los médicos rara vez sugieren la cirugía.
En la mayoría de los casos, la cirugía de la diástasis de rectos no es necesaria, ya que las diástasis de rectos en particular desaparecen por sí solas después del embarazo y pueden tratarse con medidas fisioterapéuticas.
En algunos casos, sin embargo, la diástasis de rectos puede provocar problemas físicos o psicológicos, o complicaciones como hernias abdominales.
Por eso los médicos recomiendan la cirugía.
En caso de exceso de tejido cutáneo, un cirujano plástico suele formar parte del equipo quirúrgico.
Durante la operación de diástasis de rectos, el cirujano se asegura de que los músculos abdominales vuelvan a su posición correcta.
Algunas de las intervenciones pueden realizarse por vía endoscópica, es decir, con incisiones mínimas que no requieren una incisión abdominal abierta.
El cirujano aplica suturas internas que fijan los músculos del estómago en la posición correcta.
Los médicos también estabilizan la pared abdominal con una malla de plástico.
Debido al mínimo daño tisular durante este procedimiento endoscópico, la fase de recuperación tras la operación es más corta.
Tras una operación de diástasis de rectos, el paciente suele llevar una faja abdominal elástica que comprime el abdomen y ropa interior especial de compresión durante unas seis semanas.
Debe evitarse el ejercicio intenso durante unas cuatro a seis semanas.
En la vida cotidiana, esto significa, por ejemplo, asegurarse de que sólo se levanta tumbado de lado.
Para ello, primero gire sobre un lado y luego apóyese con el brazo para incorporarse.
Ejercicios de fisioterapia para combatir la diástasis
Existen varios ejercicios de diástasis de rectos para fortalecer los músculos abdominales y reducir la brecha.
Al menos al principio, debes hacerlos bajo la supervisión de un fisioterapeuta o una matrona con experiencia.
En algunos casos, los médicos recomiendan a los pacientes con diástasis de rectos los ejercicios Angela Heller para acercar los músculos abdominales.
El entrenamiento puede iniciarse poco después (= unos días) de un parto espontáneo o tras un periodo algo más largo (= unas semanas) después de una cesárea.
Con unidades de ejercicio dirigidas y regulares, la diástasis de rectos retrocede y suele tener sólo un centímetro de anchura.
Incluso la diástasis de rectos existente desde hace varios años puede verse influida positivamente por determinados ejercicios.
Los mejores ejercicios para combatir la diástasis: trabajar los abdominales en el bajo vientre
Más del 30% de las francesas sufren diástasis abdominal después del embarazo.
Afortunadamente, se puede seguir un programa de ejercicios que ayuda a las mujeres a prevenirla.
Es aconsejable utilizar una faja abdominal para evitar lesiones.
Estos son los ejercicios que pueden ayudarte a fortalecer los músculos abdominales.
1. El ejercicio del perro contra la diástasis
Ponte a cuatro patas.
Asegúrate de que tus manos están separadas a la anchura de tus hombros y tus rodillas a la anchura de tus caderas.
Mira directamente a tus manos y mantén la columna vertebral neutra.
Mantenga esta posición.
Desde esta posición, apriete los músculos abdominales inferiores y mantenga la contracción durante un momento hasta que sienta que el estómago se acerca a la columna vertebral.
Haga una pausa y relájese.
Haz 2 series de 5 minutos al día.
2. El ejercicio de la pared de diástasis
Colóquese a medio metro de la pared, con los pies separados a la anchura de las caderas.
Dobla las rodillas y las caderas para ponerte en cuclillas de modo que la espalda quede plana contra la pared.
Mantenga esta posición.
Partiendo de la posición anterior, apriete los músculos abdominales inferiores y mantenga la contracción durante un segundo hasta que sienta que el estómago se acerca a la columna vertebral.
Haga una pausa y relájese.
Haz series de 2 a 3 minutos al menos 2 veces por semana.
3. El ejercicio de la plancha para combatir la diástasis
Utilizando el antebrazo, colócate en posición de plancha lateral, asegurándote de que el codo está justo debajo del hombro.
Dobla la rodilla para que el pie quede detrás de ti y te sirva de apoyo adicional.
Los pies y el cuerpo están completamente en línea recta.
Mantenga esta posición.
Desde esta posición, apriete los músculos abdominales inferiores y manténgalos durante un segundo hasta que sienta que el estómago se acerca a la columna vertebral.
Haz una pausa y relájate.
Dos o tres veces por semana, haz una serie de 30 segundos, luego una de 60 y finalmente una de 90 para cada lado.
4. Ejercicio de piernas para combatir la diástasis
Túmbate boca arriba con la planta del pie izquierdo sobre la esterilla de yoga o el suelo.
La pierna derecha debe estar estirada delante de ti y las manos ligeramente detrás.
Inhala, luego mueve el pie derecho ligeramente hacia fuera, exhala y levanta la pierna hacia el techo, manteniendo la rodilla recta.
Intenta mantener el ombligo inhalado y hacia la columna para obtener una compresión central.
Haz 20 repeticiones y luego cambia de lado para un total de 2 series.
5. El ejercicio de tríceps para combatir la diástasis
Los pies deben estar separados a la anchura de las caderas y debes sujetar una mancuerna pequeña en cada mano.
Dobla ligeramente las rodillas e inclínate ligeramente hacia delante, echando los codos hacia atrás para que las manos queden a la altura de la cintura.
Esta es la posición inicial.
Extienda los brazos hacia atrás con una exhalación forzada mientras las palmas de las manos se miran entre sí.
No olvides inspirar desde el ombligo hasta la columna.
Por último, flexiona los codos para volver a la posición inicial.
Haz 20 repeticiones y 2 series.
CONSEJOS DE EJERCICIOS PARA COMBATIR LA DIÁSTASIS DE RECTOS
Antes de realizar los ejercicios, es importante realizar un movimiento de compresión del tronco.
Se trata de una contracción pulsátil del músculo transverso profundo del abdomen.
Para realizar la compresión, hay que apretar el tronco de manera que el ombligo penetre en la columna vertebral y se eleve hacia ella, al tiempo que se espira con fuerza.
Para ello, te aconsejo que sigas los pasos que se indican a continuación:
- Siéntate con la espalda recta, las rodillas dobladas a 90 grados y la columna recta.
Las costillas no deben sobresalir.
- Ponga las manos sobre el estómago y respire normalmente.
Luego, simultáneamente y con energía, exhale un poco para tensar los músculos abdominales y elevar el suelo pélvico.
Debe sentir que el abdomen se aplana hacia la columna al exhalar.
- A continuación, relájese inspirando.
Repítalo a un ritmo lento y controlado, exhalando cada vez que active los músculos abdominales inferiores.
Cuando domines esta técnica, podrás realizar eficazmente los 5 ejercicios anteriores.