El fluido menstrual está formado por sangre del útero y partes del revestimiento del útero.
Los órganos sexuales internos de la mujer constan de dos ovarios y trompas de Falopio, el útero y la vagina. La función de los ovarios es desarrollar óvulos maduros y fértiles.
Cuando el ovario es estimulado por hormonas, madura. Hacia la mitad del ciclo, el óvulo maduro se separa del ovario y es captado por la trompa de Falopio.
El óvulo acaba descendiendo por la trompa de Falopio hasta el útero. El revestimiento uterino se prepara para absorber el óvulo gracias a los efectos de las hormonas mencionadas y la progesterona.
La progesterona se libera poco después de la ovulación. Cuando el óvulo es fecundado, se adhiere al revestimiento del útero.
Si no se produce la fecundación, se reduce la liberación de progesterona, lo que provoca la rotura del revestimiento del útero y la eliminación de los residuos durante el periodo menstrual.
Una mujer pierde unos 150 mililitros de sangre durante cada periodo
El ciclo completo dura unos 28 días. A menos que la mujer esté embarazada, vuelve a empezar. El ciclo es el tiempo que transcurre entre el primer día de sangrado menstrual y el último día antes del siguiente sangrado menstrual.
Se consideran normales los ciclos de 25 a 35 días.
La primera menstruación suele producirse entre los 11 y los 14 años. También se conoce como menarquia.
Las mujeres menstrúan hasta la edad de 45 a 55 años y comienza la menopausia.
¿Qué protección sanitaria elegir?
¿Debería cambiar a una compresa lavable?
En resumen, cuáles son los puntos importantes a la hora de protegerse.
¿En qué debes fijarte a la hora de elegir tu protección sanitaria?
Cuando tienes la regla, debes estar segura de que tu compresa ofrece una absorción fiable y sin pérdidas.
Después de todo, ¿qué puede ser más embarazoso que mancharse la falda o los pantalones?
La comodidad es de suma importancia, así que asegúrate de que tu compresa sea cómoda y no provoque picores ni irritaciones.
Aquí tienes tres puntos importantes que debes tener en cuenta a la hora de elegir una protección sanitaria:
1. Una compresa debe tener una buena capacidad de absorción
Uno de los elementos más importantes de una buena compresa es su capacidad para absorber un gran volumen de sangre en poco tiempo.
Además, la sangre absorbida debe quedar encerrada en el núcleo central, lo que elimina el riesgo de reflujo cuando se ejerce presión sobre la compresa (por ejemplo, al sentarse).
Una forma de saber si la sangre descargada está siendo absorbida por el núcleo central es observar el color de la sangre en la superficie de la almohadilla.
Cuanto más brillante o frío sea el color, más cerca está la sangre de la superficie, lo que puede provocar reflujo y humedad.
Por el contrario, si el color es un rojo más apagado, significa que la sangre ha sido absorbida eficazmente, por lo que te sentirás seco, confiado y podrás seguir con tus quehaceres diarios sin preocuparte por las pérdidas.
2. Longitud y flujo: dos palabras que deben describir tu compresa
El flujo de sangre suele ser más abundante al principio del periodo, por lo que es esencial elegir una compresa que pueda absorberlo de forma rápida y eficaz.
Las compresas se clasifican en compresas de día y de noche, siendo las de día más cortas (17-25 cm) y las de noche de 35 cm o más.
Cuanto más larga sea la compresa, más líquido podrá absorber.
Los absorbentes nocturnos también tienen características adicionales, como protectores anchos de cadera, para evitar eficazmente las fugas por la espalda cuando te acuestas.
Algunos absorbentes también tienen fruncidos laterales para adaptarse al contorno de tu cuerpo y evitar las fugas laterales durante la noche.
3. El material elegido para la protección sanitaria debe ser cómodo
Las compresas son de algodón o de malla de plástico.
Como la piel de cada persona es diferente, el nivel de comodidad de ciertos materiales también varía.
Algunas chicas prefieren un tacto suave, mientras que otras prefieren una capa superior. El tipo de material también afecta a su transpirabilidad.
Según un estudio realizado por los Laboratorios Kao de Japón, cuando te pones una compresa, el contenido de humedad de esta zona del cuerpo aumenta hasta un 85% o más.
Este cambio puede hacer que la piel esté húmeda, sensible y muy delicada.
El propio flujo menstrual puede ser la causa de tus molestias. En los días de poco flujo, los niveles de humedad son más bajos, pero el roce constante de la piel contra la compresa puede causar abrasiones, enrojeciendo e irritando la piel.
Una idea errónea muy extendida entre las mujeres es que las erupciones en la zona púbica son un problema al que se enfrentan todas las mujeres durante el periodo.
En realidad, basta con cambiar a compresas de algodón para aliviar el problema.
¿Cómo cuidar la intimidad durante la menstruación?
La zona genital es la parte más sensible del cuerpo femenino y, por tanto, requiere cuidados especiales.
Una buena higiene no tiene por qué ser complicada.
Los errores en la limpieza y el cuidado de la zona íntima de la mujer pueden tener consecuencias desagradables: las infecciones de vejiga, las infecciones bacterianas y la candidiasis vaginal pueden evitarse tomando medidas sencillas.
El pH natural de la piel de la vagina y la vulva no debe verse alterado de forma significativa por la higiene íntima. Esto es especialmente importante cuando se utilizan protectores higiénicos.
Una buena ropa interior y un manejo adecuado de los piercings genitales y la depilación púbica también contribuyen a mantener sana la zona sensible de la mujer.
Una buena limpieza: basta con agua
Aunque en las farmacias se venden diversos productos desarrollados especialmente para la higiene íntima, no son en absoluto necesarios para una higiene íntima saludable.
Basta con enjuagar los genitales externos (vulva) en la ducha con agua tibia una vez al día.
Internamente, la vagina no necesita limpieza. Es un órgano autolimpiable cuyo funcionamiento sólo se vería perturbado por productos de limpieza agresivos.
Si quieres utilizar un producto de limpieza, debes asegurarte de que sea suave.
Higiene íntima durante la menstruación y uso de protección sanitaria
Incluso durante la menstruación, no es necesario lavar la zona íntima.
Si te sientes incómoda, puedes lavar la zona más de una vez al día, pero siempre debes evitar los jabones fuertes.
Las compresas y los tampones deben cambiarse al menos cada 8 horas y, si es necesario, más a menudo.
Elegir la ropa interior adecuada
Cambiarse de ropa interior todos los días es obligatorio para una higiene íntima saludable.
También debes tener en cuenta lo siguiente:
Lavado en caliente: para eliminar las bacterias, la ropa interior debe lavarse siempre a 60 grados o más.
Compra de la forma adecuada: la ropa interior normal suele ser mejor que los tangas, que “friegan” las bacterias.
Material: el algodón es el mejor tejido para la ropa interior, la piel puede respirar mejor. Las fibras sintéticas sólo se recomiendan si pueden lavarse con calor.
Depilación púbica: médicamente segura
Desde el punto de vista de la higiene íntima, no hay nada malo en depilarse la zona púbica.
Al afeitarte, debes utilizar una cuchilla limpia y sin filo para no inflamar las raíces del vello.
No se deben utilizar geles de afeitar ni depilatorios en seco, ya que pueden irritar la zona sensible.
A la hora de depilarse, es esencial que el salón de belleza elegido cumpla las normas de higiene.
¿Perforación íntima?
Siempre que se haga correctamente, un piercing íntimo no supone un gran riesgo para la salud. Es importante informarse previamente sobre un estudio adecuado para garantizar un proceso limpio.
En segundo lugar, es lógico desinfectar regularmente la zona afectada para mantener bajo el riesgo de infección.
¿Qué debe evitarse en la higiene íntima?
Debes evitar absolutamente las siguientes cosas
Detergentes fuertes: los jabones y geles de ducha no son necesarios para limpiar los genitales y alteran el pH de la piel.
Lavar el interior de la vagina: cuando te duches, no salpiques la vagina con agua. Basta con limpiar la vulva (por fuera).
No limpiarse bien después de ir al baño: limpiarse siempre de delante hacia atrás y utilizar una hoja nueva de papel higiénico.
No orinar después de mantener relaciones sexuales: las mujeres deben orinar a más tardar 30 minutos después de mantener relaciones sexuales para evitar que las bacterias entren en la uretra y prevenir las infecciones de vejiga.
En resumen, hay que interferir lo menos posible en el proceso natural de limpieza de la vagina.
El lavado cuidadoso de los genitales externos y medidas de apoyo como la ropa interior adecuada y los cambios regulares de protección higiénica garantizan una higiene íntima óptima.
Protección higiénica: las preguntas más frecuentes
Hay tantas opciones en el mercado en cuanto a protección sanitaria que es fácil perderse.
He aquí las preguntas y respuestas más comunes que puede estar buscando.
1. ¿Cuál es la mejor compresa higiénica?
No hay respuestas concretas a esta pregunta.
Necesitas encontrar una protección sanitaria que sea capaz de absorber tu flujo. Pero también necesitas sentirte cómoda.
Por mi parte, suelo optar por :
2. ¿Debería cambiar a compresas lavables?
Personalmente, no me gustan nada.
Me resultan difíciles de lavar y creo que el olor es mucho más fuerte.
Al mismo tiempo, es mejor para el medio ambiente.
Así que si quieres probar las compresas lavables, ésta es una buena opción para ti:
3. ¿Cuál es la mejor compresa bio?
Si te preocupa tu salud íntima y quieres cuidar tu piel, puedes utilizar una compresa ecológica.
Es menos agresiva para usted. Y es menos probable que desarrolle infecciones.
4. ¿Es realmente necesario utilizar una compresa nocturna?
Si el flujo es escaso, no es necesario.
Pero si tienes un flujo moderado o abundante, debes utilizar una compresa nocturna. ¿Por qué necesitas una compresa de noche? Porque es más ancha y tiene laterales protectores.
Esto evitará que te despiertes mojada o sucia.