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Evitar el agotamiento familiar para una relación sana entre padres e hijos

Evitar el agotamiento familiar para una relación sana entre padres e hijos

El agotamiento y el estrés crean un malestar psicológico profundo e incontrolable.

Es lo que se conoce como agotamiento familiar.

El agotamiento familiar es un fenómeno del que se habla poco.

Sin embargo, sus consecuencias pueden ser devastadoras para la pareja como tal, pero también para la relación entre padres e hijos.

A menudo, los padres y las madres están tan atrapados en la rutina diaria que no se dan cuenta de que no pueden más.

Pero hay señales a las que sin duda hay que prestar atención.

Si en algún momento sientes que no puedes seguir, que quieres hacer justicia a todo el mundo, que no puedes seguir el ritmo de lo que todos hacen y que estás pisando el agua, eso es malo.

Y eso es un agotamiento familiar inminente.

Lo primero que hay que entender es que se está volviendo demasiado intenso para ti.

Quien ignora estas sensaciones se arriesga a tener problemas de salud: fatiga, dolores de cabeza, náuseas, etc.

Esto no quiere decir que cada dolor de cabeza sea un signo directo de agotamiento familiar; hay que tener una visión más amplia.

Pero el cuerpo sólo dispone de una cierta cantidad de recursos, y cuando éstos se agotan, acaban produciéndose problemas de salud.

Agotamiento familiar: cuando la vida cotidiana se vuelve demasiado pesada

¿Recuerdas la primera vez que viste a tu bebé?

¿Cuando tus familiares y amigos vinieron a visitarte después del parto y te trajeron regalos?

Y de repente todo fue diferente.

Has vuelto al trabajo, tus amigos te han dicho que debes estar contenta, después de todo tienes un hijo tan bonito.

De repente te das cuenta de que tu jefe mira el reloj con reproche, mientras tú piensas en la montaña de ropa sucia en el baño que no se hace más pequeña.

Tu pareja no aprecia tu trabajo y no hay tiempo para citas románticas juntos.

Esto conduce al agotamiento mental general, de ahí el agotamiento parental y luego familiar.

¿Simplemente estresado o ya enfermo?

Sé sincero conmigo…

¿Cuántas veces has oído a tus padres quejarse de estrés y agotamiento?

¿Cuántas veces tus padres te pidieron que te calmaras porque no se oían pensar?

Por supuesto, en ese momento no les entendías.

Ahora todo tiene sentido.

De hecho, tú mismo utilizas estas palabras.

Pero, ¿dónde acaba la exigencia excesiva y empieza la depresión o el agotamiento familiar?

¿Sólo necesitas tiempo para ti o necesitas tomarte en serio tus síntomas físicos y mentales y pedir ayuda a un experto?

¿La falta crónica de sueño y la falta de tiempo están a la orden del día y te preguntas cómo compaginar los niños, las tareas domésticas y el trabajo y mantener el equilibrio?

Tus hijos te dan mucho, pero también te exigen mucho.

La imagen ideal de la familia tal y como debería ser en el exterior conduce a menudo a un exceso de compromiso y perfeccionismo.

Estas exigencias son factores clave del agotamiento familiar.

¿Cuáles son los signos del agotamiento familiar?

Burn out es un término acuñado por el psicoanalista Freudenberger en 1974. Traducido, significa “síndrome de agotamiento” y originalmente se refería al estado de estrés laboral en las profesiones de ayuda.

En la actualidad, el término burnout está más extendido, aunque no se basa en un diagnóstico generalmente reconocido y científicamente examinado.

El síndrome de burnout está clasificado como un problema relacionado con las dificultades de gestión de la vida en la Clasificación Internacional de Diagnósticos, CIE 10.

Contrariamente al diagnóstico de Freudenberg, ahora sabemos que el burnout no es sólo el resultado de un exceso de compromiso idealista.

Es lo que ocurre cuando el dar y el recibir están desequilibrados en el trabajo, en la vida privada, en la vida cotidiana.

Es el exceso de energía que una persona puede manejar física y mentalmente.

El agotamiento parental o familiar se expresa en un sentimiento de distanciamiento de los hijos y en la creencia de que los padres están fracasando en su papel

El agotamiento puede conducir a pensamientos de erupción, irritabilidad, desatención de los hijos y, en el peor de los casos, maltrato psicológico y físico.

Cuando cada día empieza con los niños holgazaneando o gritando, continúa con peleas por los deberes y comidas fastidiosas, y termina con peleas a la hora de acostarse, el agotamiento de los padres acaba por amenazar.

Los síntomas del agotamiento familiar aparecen gradualmente.

El principal síntoma del agotamiento parental o familiar es una sensación de profundo agotamiento.

Así, la sensación de estar agotado se manifiesta en primer lugar emocional y psicológicamente y con una disminución de la capacidad de rendimiento.

Sólo las molestias psicosomáticas, como dolores de cabeza o problemas estomacales, motivan a buscar ayuda de un terapeuta.

Cuanto antes busque atención médica, más posibilidades tendrá de controlarlo rápidamente.

La señal de alarma número uno es que cuando no puedes calmarte, no te recuperas adecuadamente y, por tanto, eres menos eficaz.

Entonces tienes que gastar aún más energía para realizar tus tareas.

Se convierte en un círculo vicioso.

Los síntomas del agotamiento familiar pueden dividirse en fases

Los síntomas del agotamiento familiar en la fase inicial son

  • sentimiento de indispensabilidad
  • falta de tiempo
  • negación de las propias necesidades
  • evitación del fracaso y la decepción
  • restricción de los contactos sociales

1ª fase del agotamiento familiar: signos de agotamiento

  • inquietud
  • falta de energía
  • falta de sueño
  • mayor riesgo de accidentes
  • mala salud

2ᵉ fase de agotamiento parental o familiar: el exceso de compromiso se convierte en una actitud de derecho

Los padres implicados se toman descansos más largos de lo habitual.

Entran cada vez más en un estado de “resignación interior”.

La fuerte reticencia a hacer cualquier cosa hace que sólo hagan lo absolutamente necesario, si es que lo hacen.

Disminuye la capacidad de sentir compasión y de preocuparse por los demás.

En el trato con sus hijos, la frialdad emocional y el cinismo están muy extendidos.

  • desvanecimiento del idealismo
  • cese del compromiso por estrés psicológico percibido
  • sentimiento de falta de aprecio
  • resignación interna: sentirse explotado
  • prosperar en el tiempo libre en solitario
  • aumento del desapego
  • disminución de la capacidad de empatizar con los demás
  • frialdad emocional y cinismo
  • sentimientos negativos
  • exigencias excesivas a la pareja sin dar nada a cambio
  • falta de fuerza y paciencia para dedicar tiempo a los hijos

3ᵉ fase de agotamiento familiar: reacciones emocionales como depresión y agresividad

Cuando el exceso de compromiso se convierte poco a poco en frustración, suele aparecer la desilusión.

La realidad no es la deseada.

O los padres culpan al entorno o se culpan a sí mismos.

Es más probable que lo primero conduzca a la agresividad. Lo segundo contribuye a un estado de ánimo depresivo.

  • Sensación de impotencia
  • sensación de vacío interior
  • hundimiento de la autoestima
  • pesimismo
  • estados de ansiedad
  • abatimiento
  • apatía
  • falta de eficacia
  • culpar al mundo exterior
  • irritabilidad, impaciencia
  • conflictos frecuentes con los demás, intolerancia
  • ira

4ᵉ fase de agotamiento parental o familiar: deterioro, disminución del rendimiento

La disminución de la motivación y el elevado estrés emocional también se traducen en un peor rendimiento al cabo de un tiempo.

Los afectados cometen con más frecuencia errores por descuido u olvidan citas.

  • menor creatividad
  • incapacidad para realizar tareas complejas
  • dificultad para tomar decisiones
  • pensamiento indiferenciado en blanco y negro
  • rechazo a aceptar cambios

5ᵉ fase de agotamiento familiar: aplanamiento, desinter

Debido al agotamiento, te sientes como si estuvieras solo en el mundo.

  • La falta de energía conduce al retraimiento emocional.
  • Las personas afectadas se vuelven cada vez más indiferentes y aburridas.
  • Abandonan sus aficiones.
  • Se alejan de amigos y familiares.

6ᵉ fase del burnout: sufrir reacciones psicosomáticas (consecuencias físicas del burnout)

El enorme estrés mental se refleja en dolencias físicas.

Los signos psicosomáticos pueden aparecer ya en la fase inicial.

  • trastornos del sueño y pesadillas
  • tensión muscular, dolor de espalda, dolores de cabeza
  • aumento de la tensión arterial, palpitaciones y opresión en el pecho
  • náuseas e indigestión (vómitos o diarrea)
  • problemas sexuales
  • aumento o pérdida significativa de peso debido a cambios en los hábitos alimentarios
  • aumento del consumo de nicotina, alcohol o cafeína
  • aumento de la susceptibilidad a las infecciones

7 ᵉ fase de agotamiento parental o familiar: el síndrome de desesperación (consecuencias psicológicas del agotamiento)

Los afectados caen en una grave depresión de agotamiento.

  • el sentimiento de impotencia se convierte en desesperación
  • la vida parece no tener sentido
  • surgen pensamientos suicidas
  • ya nada es divertido
  • indiferencia total
  • Con el agotamiento familiar ocurre lo mismo que con muchas otras enfermedades y trastornos: cuanto antes se identifique y trate el problema, más fácil será corregirlo.

Sobre todo porque los síntomas del burnout pueden solaparse con otros trastornos como el síndrome de fatiga crónica (cansancio) o la depresión.

Esto complica el diagnóstico y requiere una anamnesis competente por parte de un especialista.

¿Cómo se puede prevenir o tratar el burnout familiar?

Precisamente porque no existe un tratamiento estándar para el agotamiento parental o familiar, el tratamiento debe adaptarse a los padres y a su situación vital.

En los casos leves, a menudo se puede hacer mucho con la gestión del estrés, la gestión del tiempo, las técnicas de relajación y la clarificación de los propios objetivos:

1. Abandonar – alcanzar

Ayuda a examinar con detenimiento las propias expectativas y a desprenderse de expectativas poco realistas.

Los padres afectados por el agotamiento familiar deberían intentar fijarse objetivos alcanzables para motivarse y relajarse.

2. Cambiar – mejorar

En casa, es útil intercambiar ideas más intensamente, resolver o asignar tareas a todos los miembros de la familia.

Siga practicando y empiece con una nueva motivación.

Anime a todos a asumir nuevas responsabilidades, aunque la situación no siempre ofrezca margen de maniobra en este sentido.

3. Fracasar – hacer frente

El miedo al error o al riesgo es una fuente de estrés.

La búsqueda de reconocimiento y elogio puede desactivarse en el coaching y la terapia conductual con estrategias alternativas para afrontar con calma los conflictos y destacar de forma adecuada.

4. Distraerse – relajarse

Las personas que se sienten agotadas necesitan pausas más largas, que es mejor incorporar a su horario.

Distracción con música, fotos de la familia o los amigos o una vista del campo.

El entrenamiento autógeno, el yoga, la relajación muscular progresiva o un terapeuta ayudan a reducir y relajar las fases estresantes.

5. Salir – participar

La pareja, los amigos o la familia pueden ayudar a reencontrarse con el mundo exterior.

6. Vivir – moverse

Comer bien y dormir lo suficiente, combinados con una buena cantidad de ejercicio y deporte, devuelven el equilibrio a la vida.

Las terapias ayudan a superar viejos patrones de agotamiento familiar

El requisito previo para cualquier terapia es la conciencia de que realmente existe un problema de burnout.

El objetivo es aprender estrategias para afrontar el estrés actual, reforzar la confianza en uno mismo y encontrar perspectivas realistas.

Por ejemplo, los padres aprenden a percibir y expresar sus sentimientos con más claridad.

Se entrenan para resistir mejor la presión externa.

Practican la gestión de conflictos y del estrés.

1. La relajación es la mejor técnica contra el agotamiento familiar

El entrenamiento autógeno o relajación muscular progresiva puede reducir y apoyar los síntomas del burnout.

2. Psicoterapia para el burnout parental

Como las razones de este trastorno son muy diferentes, el enfoque de la terapia y el método también son diferentes para cada individuo.

3. Terapia conductual

Con la ayuda de la terapia cognitivo-conductual pueden resolverse las ideas erróneas y los patrones de comportamiento que los pacientes quemados suelen haber interiorizado.

Para muchas personas que sufren burnout, el objetivo es desarrollar una autoestima más estable.

4. Terapia de grupo

Para muchos padres, al principio resulta extraño compartir sus propios problemas con un grupo de desconocidos. Pero tiene un efecto aliviador.

5. Terapia corporal, de salud y deportiva

Los padres aprenden a percibir la tensión física causada por el miedo y el estrés.

Si la tensión física se libera deliberadamente, la psique también se relaja.

6. Terapias en clínicas de burnout

En caso de burnout grave, la estancia en una clínica puede tener sentido.

Además de los enfoques psicológicos en profundidad, la terapia cognitivo-conductual, la terapia sistémica y la terapia de grupo, a menudo se incluyen la terapia corporal, la terapia artística o la terapia ocupacional.

7. Medicación para el agotamiento familiar

En casos graves, el médico también puede recetar medicamentos, llamados antidepresivos, por ejemplo del grupo de los inhibidores de la recaptación de serotonina.

Estos fármacos aumentan el efecto de la sustancia mensajera serotonina.

Los efectos secundarios incluyen náuseas, diarrea, trastornos del sueño, pérdida de apetito, disminución de la libido, disfunción eréctil y trastornos de la eyaculación, así como inquietud y excitación interior.

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