Problemas de concentración: ¿puede mejorar su función cerebral?
Todo el mundo sufre de vez en cuando falta de concentración. Esto significa que ya no eres capaz de procesar algo con atención y concentrarte en ello.
La falta de concentración puede tener varias causas.
El término problemas de concentración o trastorno de concentración describe la capacidad reducida de una persona para hacer frente a una determinada tarea durante un largo periodo de tiempo.
Las personas que no pueden concentrarse adecuadamente se distraen fácilmente con estímulos externos y sus pensamientos divagan rápidamente.
En general, se distingue entre trastorno de la concentración y falta de concentración.
La diferencia radica en que los problemas de concentración sólo se producen temporalmente, mientras que la falta de concentración dura más tiempo o incluso persiste.
En los niños también hay dos tipos de problemas de concentración, que se manifiestan o bien como un trabajo motor inquieto y apresurado, o bien como un trabajo silencioso, muy lento y arrastrado.
Concentrarse en algo que lleva más tiempo al cerebro es un logro mental que requiere energía extra del cuerpo. Por lo tanto, es normal que la atención decaiga al cabo de un rato.
El tiempo de concentración varía de una persona a otra y también depende en gran medida de la edad.
En los niños de primaria, por ejemplo, la concentración decae después de unos 15 minutos de media, mientras que los adolescentes llegan a los 30 minutos.
En los adultos, el límite está en torno a una hora. Si, después de cierto tiempo, la concentración en el trabajo se desvanece, no se trata de un trastorno de la concentración.
Sólo cuando la capacidad de concentración está muy por debajo de los tiempos guía especificados o si la afección persiste durante días y semanas, puede tratarse de un trastorno patológico de la concentración o falta de concentración.
Los signos de problemas de concentración en adultos o niños son :
- Mayor distracción
- Pensamientos vagabundos frecuentes
- Finalización prematura de tareas y actividades
- Cambios frecuentes de una actividad a otra
- Se pierde rápidamente el interés por una tarea
Posibles síntomas que acompañan a los problemas de concentración: fatiga, inquietud interior, irritabilidad, problemas de memoria, pérdida de rendimiento, problemas de sueño
¿Cuáles son las causas de los problemas de concentración?
La falta de concentración puede ser temporal e inofensiva o indicar una enfermedad grave. Las posibles causas de un problema de memoria y concentración son, por ejemplo
1. Sobrecarga psicológica
Las exigencias profesionales y privadas excesivas, el estrés elevado y la presión del tiempo hasta el agotamiento son posibles causas de los problemas de concentración.
A corto plazo, la tensión puede hacerle más productivo; a largo plazo, sin embargo, agota las reservas propias (de concentración) de su organismo.
2. Falta de sueño o trastornos del sueño
Cualquiera que, por la razón que sea, no duerma lo suficiente tiene que luchar con problemas de concentración durante el día. Esto se debe a que la falta de sueño reduce, entre otras cosas, la actividad de ciertas áreas del cerebro que controlan la atención.
3. Alimentación incorrecta o inadecuada
El cerebro necesita suficientes hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua para funcionar de forma óptima.
La ingesta irregular o insuficiente de hidratos de carbono (por ejemplo, en la anorexia) provoca fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre. Esto puede reducir el rendimiento y disminuir la concentración en los adultos.
La carencia de otros nutrientes, como vitaminas del grupo B, hierro o magnesio, también puede provocar problemas de concentración.
4. Estilo de vida sedentario
La falta de actividad física puede provocar falta de concentración. Porque si no te mueves, privas al cuerpo de una importante oportunidad para una mejor circulación de la sangre – y por lo tanto también al cerebro de un mejor suministro de oxígeno.
5. Síndrome de abstinencia del alcohol
Los problemas de concentración, así como la agitación motora e interior, son síntomas comunes de la abstinencia de drogas.
6. Deterioro del flujo sanguíneo cerebral
La falta de concentración también puede desencadenarse por una falta de oxígeno y nutrientes debida a trastornos circulatorios en el cerebro.
Una razón común de este flujo sanguíneo insuficiente en el cerebro es la “calcificación” (arteriosclerosis) de los vasos cerebrales.
7. Demencia
Las enfermedades demenciales como el Alzheimer se asocian, entre otras cosas, a alteraciones de la memoria, la orientación y la concentración, por ejemplo porque el cerebro deja de recibir un riego sanguíneo adecuado, las células cerebrales mueren o se depositan proteínas en el cerebro.
8. Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad
No sólo los niños, sino también los adultos pueden padecer TDA o TDAH. La enfermedad está asociada a problemas de concentración, como ciertos circuitos de control en el cerebro que, entre otras cosas, controlan la atención.
9. Presión arterial baja (hipotensión)
Los problemas de concentración son síntomas típicos de la hipotensión, ya que se reduce el flujo sanguíneo al cerebro.
Del mismo modo, un bajo rendimiento, fatiga, palpitaciones y manos y pies fríos pueden indicar una presión arterial baja.
10. Otras enfermedades y problemas de salud
La falta de concentración puede ser un síntoma acompañante de diversas enfermedades y problemas de salud, como el hipotiroidismo, la insuficiencia renal, la depresión y la hiperglucemia.
11. Medicamentos contra el cáncer
Los fármacos que inhiben el crecimiento celular, como los utilizados en quimioterapia, pueden causar problemas de pensamiento y concentración como efecto secundario.
Los médicos lo denominan “quimiocerebro”. La razón de este efecto secundario aún no está clara. Algunos fármacos pueden dañar determinadas células cerebrales, afectar a ciertas zonas y actividades del cerebro o interferir en la producción de determinadas hormonas.
Enfermedades que causan problemas de concentración:
- Inflamación de la glándula tiroides
- Uveítis
- Intoxicación etílica
- Alcoholismo
¿Cuáles son las consecuencias de los problemas de concentración?
Los trastornos de la concentración provocan una disminución del rendimiento mental. Esto afecta a todos los ámbitos de la vida cotidiana. Si los problemas en la familia o en la escuela suponen una distracción adicional, la falta de concentración aumenta, lo que se traduce en problemas en el entorno social.
Se crea un círculo vicioso.
Muchas actividades se vuelven cada vez más difíciles para los adultos afectados y la calidad de su trabajo disminuye cada vez más.
Por regla general, ya no pueden utilizar sus capacidades mentales normales. Esto conduce a la insatisfacción. Además, sufren una creciente insatisfacción por parte de sus familiares y colegas.
El desánimo y la frustración pueden acabar teniendo consecuencias psicológicas.
¿Cómo resolver sus problemas de concentración?
Hay una serie de cosas que puede hacer usted mismo para prevenir o mejorar los problemas de concentración inofensivos (no relacionados con enfermedades).
Estos son algunos consejos generales para prevenir los problemas de concentración:
- Dieta equilibrada para garantizar que el cerebro recibe todos los nutrientes que necesita
- Cantidad suficiente de bebida al día
- Dormir lo suficiente, el cansancio provoca dificultades de concentración
- Reducción del estrés o estrategias para afrontar adecuadamente las situaciones estresantes
- Cuando se trabaja con concentración, es mejor hacer pausas cortas que seguir trabajando sin concentración
- Limitar el consumo de medios de comunicación (televisión, ordenador, etc.)
- Limitar el consumo de cafeína, alcohol y nicotina
- Evitar sedantes y estimulantes
- Los remedios herbales u homeopáticos pueden ayudar con los problemas leves de concentración
¿Cuándo hay que ir al médico por problemas de concentración?
Cualquier problema inexplicable de memoria y concentración que aparezca de forma aguda, empeore o dure días o semanas debe ser siempre aclarado por un médico.
Esto también se aplica en particular si surgen otras molestias. Los niños con dificultades de concentración evidentes deben ser examinados siempre por el pediatra.
¿Qué médico es responsable?
- Médico de familia
- Neurólogo
- Pediatra
- Psiquiatra o psicólogo
Para hacerse una idea precisa de las molestias actuales y de las posibles causas, primero se realiza la historia clínica (anamnesis) y una exploración física con medios sencillos (visión, palpación, audición, golpeteo, pruebas funcionales, etc.).
Sobre esta base, pueden realizarse otras investigaciones especiales.
Recopilación de la historia clínica (anamnesis)
- Preguntas sobre el síntoma del trastorno de concentración en sí
Aquí se hace hincapié en las condiciones de vida: ejercicio, dieta, sueño, alimentos de lujo (café, tabaco, alcohol, drogas), consumo de medios de comunicación, estrés o tensión psicológica (escolar, privado, laboral), entorno profesional y social, etc.
En el caso de los niños, también intervienen los padres, educadores y profesores.
- La capacidad de concentración, la distracción y otras áreas del rendimiento intelectual pueden determinarse mediante diversas pruebas y cuestionarios estandarizados, en función de la causa sospechada, incluidos cuestionarios especiales sobre el TDAH para niños y adultos o pruebas para aclarar la demencia o la depresión.
- Síntomas asociados
- Enfermedades preexistentes y concurrentes, incluidas operaciones o accidentes
- Enfermedades importantes y causas de muerte en la familia
- Alergias
- Toma de medicamentos
Examen físico para detectar problemas de concentración
A continuación se realiza un examen general de todo el cuerpo en el que, entre otras cosas, se miden el pulso y la tensión arterial, se controlan el corazón y los pulmones y se palpa la tiroides.
Además, se comprueban el oído y la vista.
Otros diagnósticos/pruebas especiales
- Análisis de sangre, por ejemplo, niveles tiroideos
- Pruebas auditivas y oculares avanzadas
- COEFICIENTE INTELECTUAL
- Procedimientos de diagnóstico por imagen: radiografías, tomografía computarizada o resonancia magnética si se sospecha que la causa es una enfermedad física
Tratamiento médico de los problemas de concentración
El tratamiento de los trastornos de concentración depende de la causa. Se centra en ajustes del estilo de vida y en el tratamiento específico de las enfermedades subyacentes.
Tratamiento de las enfermedades subyacentes
Si los problemas de concentración son el resultado de una enfermedad tratable, por ejemplo la enfermedad tiroidea, la depresión o el TDAH, ésta se trata principalmente.
Esto también mejora los problemas de concentración. La terapia puede incluir medicación adecuada, medidas psicoterapéuticas o cirugía.
Entrenamiento espiritual y ejercicio para los problemas de concentración
En algunas enfermedades, como la demencia senil o la enfermedad de Alzheimer, el tratamiento de la enfermedad subyacente y, por tanto, de los problemas de concentración, sólo es posible hasta cierto punto.
Con ejercicios específicos de memoria y concentración, por ejemplo en forma de crucigramas o juegos de memoria, se puede ralentizar el deterioro del rendimiento.
El ejercicio regular también tiene un efecto beneficioso, ya que el rendimiento físico y mental están estrechamente relacionados.