Hemos oído hablar de las almas gemelas por todas partes. De hecho, es probable que hayas leído montones de artículos que hablan de las distintas señales físicas, emocionales y psicológicas que demuestran que has encontrado a la tuya.
Pero al final, ¿no es tu alma gemela simplemente la persona con la que te entiendes, sin decir una palabra?
¿No es la persona con la que te sientes más a gusto?
¿No es tu alma gemela simplemente la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida, aunque vuestra relación no sea perfecta?
En realidad, creo que nos estamos obsesionando demasiado con esta definición de alma gemela. Para mí, los gestos cotidianos son los más reveladores.
Y en particular, ¡lo que ocurre en la cama! De hecho, para saber si has encontrado a tu alma gemela, sólo tienes que fijarte en lo que ocurre bajo las sábanas.
Y no hablo sólo de sexo. Los mimos y las conversaciones íntimas son igual de importantes.
Así que, en mi opinión, puedes estar seguro de que has encontrado a tu alma gemela si las siguientes 16 situaciones son frecuentes en tu copa:
1. Tanto si estás en la cama como tumbado en el sofá, sabes cuál es la postura más cómoda para los dos.
2. No te sientes incómoda cuando te pone las manos en el pecho, porque sabes que no está tratando necesariamente de iniciar el sexo. Simplemente es más feliz cuando su mano está en contacto con tu piel desnuda.
3. De hecho, puedes apretarte contra él completamente desnuda, sin preocuparte de que pueda convertir la situación en algo más sexual.
Esto no significa que ya no os sintáis atraídos el uno por el otro. Sólo significa que os habéis visto tantas veces que ya os sentís cómodos con la idea de ser vulnerables.
4. Si quieres tener sexo, no tienes ni que decir una palabra. Simplemente mueve el culo contra él y sabrá qué hacer. Estáis en la misma página.
5. Si eres perezoso, no tienes que mover un dedo. Haréis el amor como si os estuvierais abrazando, con él en la posición de la cuchara grande y tú en la pequeña.
De hecho, es la postura perfecta, porque facilita que él te acaricie a ti y a tu clítoris….
6. Después del sexo, podéis reanudar la sesión de mimos como si nada hubiera cambiado. Sigues teniendo ganas de un poco más de intimidad.
7. Cuando estáis abrazados, puedes hablar con él de cualquier cosa. Puedes hacerle preguntas relacionadas con un hipotético fin del mundo, preguntas estúpidas del tipo “¿prefieres X o Y?” y hablar de todas las tonterías que habéis visto en Tumblr.
8. Si tienes frío en los pies, busca la forma de meterlos bajo sus piernas. No se quejará, porque está más que acostumbrado a tu piel fría.
9. Te besa en todos los lugares inocentes posibles, en la frente y en el dorso de la mano. No espera nada a cambio.
10. Se burla de ti por ocupar toda la manta e invadir su lado de la cama, pero tú sabes que sólo son quejas falsas. Si no estuvieras, se perdería todo esto.
11. Te duermes más rápido cuando tu cabeza descansa sobre su pecho. Te hace sentir segura, tranquila y deseada. Nunca duermes tan profundamente cuando estás solo.
12. A veces no siente la pierna o el brazo, pero te quiere tanto que no se mueve. Es como abrazar a un cachorro dormido. Molestarte es impensable.
13. Nunca se avergüenza de una erección incontrolada. O se ríe de ello, lo ignora o se gira para besarle.
14. Te deja hacer la postura de la cuchara grande de vez en cuando. Le gusta sentir tus brazos a su alrededor, tanto como a él rodearte a ti.
15. Cuando se acaba la sesión de mimos y tienes que volver a tu vida cotidiana, sientes que te han quitado un trozo de corazón.
Puede ser un poco tópico, sobre todo porque eres una mujer independiente, pero odias estar lejos de él.
16. Cuando os abrazáis, sientes que estás exactamente donde quieres estar. No sólo en ese momento, sino para toda la vida.
¿Has encontrado a tu alma gemela?
La intimidad y la confianza que creas con tu pareja son la mayor prueba de la fortaleza de vuestra relación. Así que sí, si es tu alma gemela, ¡te espera una historia de amor épica!