Verdaderos viciosos.
Mi ex marido era violento: física, sexual y, sobre todo, psicológicamente.
(A cualquiera que piense en la expresión: “Palos y piedras podrán romper mis huesos, pero las palabras nunca me alcanzarán”: ¿sientes algo en absoluto?).
En resumen, mi ex era un pervertido narcisista, un completo sociópata.
Cuando nos separamos, después de casi 8 años de matrimonio, se fue con pedazos de mí: mi orgullo, mi autoestima, mis esperanzas y sueños.
No se llevó estas cosas con sus manos, sino con sus palabras.
Los pervertidos narcisistas son astutos: son muy buenos dando la impresión de que son exactamente lo contrario de lo que realmente son, a veces tan buenos que cuesta darse cuenta de que te están maltratando psicológicamente.
Abre por fin los ojos, gracias a las pistas que he conseguido aislar:
1. Te hace creer que todo es culpa tuya.
Los pervertidos narcisistas no siempre son directamente maliciosos. La mayoría de las veces son incluso encantadores y compasivos.
Un minuto estás en medio de una discusión y al siguiente te dice con voz amable: “Escucha, cariño, no quiero pelearme contigo.
Sé que no has podido evitar arruinarnos la velada y que te cuesta ser menos emocional”.
¿Ves lo que está intentando hacer hablándote así?
En lugar de centrarse en el verdadero problema, te está inculcando la idea de que, de hecho, de alguna manera, tú eres la responsable de la discusión.
Eso es porque los pervertidos narcisistas están constantemente pasándose la pelota y diciendo que nunca nada es culpa suya.
2. Te duerme
Un hombre abusivo te duerme cambiando, distorsionando e inventando cosas con la intención de hacerte dudar de tus propios recuerdos, de tu percepción e incluso de tu salud mental.
Esta es también una de las “famosas” tácticas utilizadas por los pervertidos narcisistas.
Nunca olvidaré el momento en que descubrí que mi marido me engañaba después de que dejara accidentalmente abierta su bandeja de correo electrónico.
Cuando me enfrenté a él, en lugar de disculparse, explotó y empezó a gritarme.
“Los leíste mal. No puedo creer que no confíes en mí; es propio de ti no confiar en mí.
¡No puedo creer que tenga que aguantar esto! Estás arruinando nuestro matrimonio”.
Después de varios días de insistir implacablemente en que no me estaba engañando, me encontré preguntándome si me lo había inventado todo o no.
Cuando un pervertido narcisista sabe que no tiene excusa, se inventa una (y te obliga a preguntarte si no eres tú la que está delirando).
3. Todo es culpa tuya.
Este punto parece ser el mismo que el punto 1, pero créeme cuando te digo que es muy diferente.
Aquí nos referimos a la tendencia de los pervertidos narcisistas a culpar a los demás de todos los problemas que encuentran en su vida.
¿Le va mal en el trabajo? Pues es culpa tuya, porque le estresas cuando está en casa.
¿Problemas con la justicia? Le enfadas tanto que se deja llevar y acaba provocando un accidente.
¿Infeliz en tu matrimonio? Sin duda es porque eres una esposa terrible.
En resumen, todas las cosas desafortunadas que le ocurren, le ocurren por tu culpa. Nunca es culpa suya.
Él es perfecto, tú eres estúpida, fin de la historia.
4. Te destroza.
Los pervertidos narcisistas son conscientes de que no tienen mucho a su favor, así que ejercen su dominio sobre sus víctimas, intentando controlar su forma de pensar.
(Porque si pudieras pensar por ti mismo, te darías cuenta de lo mucho mejor que te mereces).
Si consiguen inculcarte la idea de que eres fea/inservible/pática/estúpida, empezarás a creértelo y te aferrarás más a él porque pensarás (erróneamente) que no puedes mejorar.
Y una vez que te hayas convencido de que no tienes autoestima, el pervertido narcisista podrá hacerte creer lo que quiera.
Y lo que te haga creer sólo servirá a una persona: a él mismo.
5. Te aísla.
Te desanimará y te impedirá ver a tus amigos porque -¡PORQUE! – podrían descubrirlo y convencerte de que le dejes.
Si está intentando “arreglarte”, no puede permitir que tus amigas estropeen su duro trabajo, y menos con sus consejos equivocados.
También te convencerá de que tus amigas no “entienden” lo mucho que te quiere y que, de todas formas, no las necesitas porque le tienes a él.
