¿Quieres la fea verdad?
Vale, allá vamos: todo lo que te han vendido sobre el amor es falso.
Peor aún, te han vendido una visión deseable del amor que en realidad es tóxica.
Las historias de amor apasionado son envidiables, las discusiones acaloradas deben acabar en sexo tórrido y el amor?
El amor tiene que consumirlo todo o nada, y «vivieron felices para siempre», con mariposas y todo.
No podría estar más lejos de la realidad.
Las cosas que hacen que una relación sea realmente real, estable y satisfactoria no son en realidad muy emocionantes.
No venden y, desde luego, no son lo suficientemente dramáticas para la gran pantalla.
Por eso a menudo confundimos «amor» con «comportamiento tóxico» y manipulación.
He aquí 11 hábitos que parecen normales en nuestra sociedad, pero que en realidad podrían estar dañando tu relación.
1. Soltar «pistas
Has tomado prestado su ordenador y «accidentalmente» has dejado abierta una página en la que aparecían unos pendientes que te harían taaaan feliz.
O has pensado falsamente en voz alta: «Vaya, se me ha vuelto a olvidar pedir esa funda protectora para el móvil, pfff», con la esperanza de que tu pareja entienda tus intentos y te ofrezca lo que quieres.
Es bonito, PERO es peligroso si esperas que entienda tus indirectas.
Es más, empieza inocentemente con regalos y acaba con necesidades más generales e importantes.
Tu novio no puede leerte la mente.
Si no puedes comunicarle abiertamente tus sentimientos o deseos (por ejemplo, que te gustaría que te piropeara más o que te gustaría probar algo nuevo en la cama), demuestra que tu comunicación necesita trabajo.
2. «Resolver problemas con el sexo
El cine nos muestra a menudo abundantes ejemplos de discusiones feroces y dramáticas que se convierten en apasionadas escenas de sexo.
Eso está muy bien, pero esa «pasión» que desemboca en discusiones tan fuertes suele tener su origen en problemas más profundos, como la inmadurez, las dificultades de comunicación o incluso características abusivas como el narcisismo o el control.
Por muy buen sexo que haya después, este comportamiento nunca solucionará nada.
3. No ser capaz de vivir sin la otra persona
Si te dice que significas tanto para él que se moriría sin ti, ¡ay!
Es de todo menos romántico, la verdad.
No quieres ese peso sobre tus hombros.
Algunas personas no dudan en tomar a sus parejas como rehenes emocionales, amenazándolas con el suicidio como forma de controlarlas cuando no se salen con la suya.
Nadie debería ser presionado para ser todo lo que tiene.
En una línea similar, pero menos dramática, tenemos el «qué haría yo sin ti». Pero eso es igual de malo.
Nadie, y me refiero a nadie, puede vivir una vida plena con la convicción de que necesita a otra persona para ser feliz.
Esta mentalidad puede conducir a dinámicas tóxicas como la codependencia, la inseguridad y el comportamiento controlador.
4. Que todo en la relación esté equilibrado en todo momento
Obviamente, la justicia y el equilibrio parecen dos cualidades admirables.
Pero a veces, en las relaciones, la justicia y el equilibrio son una forma indirecta de llevar la cuenta.
Si calculas mentalmente cuánto esfuerzo hace tu pareja y cuánto esfuerzo haces tú, sólo para echárselo en cara durante una discusión, eso no está bien.
A veces las cosas no cuadran y no pasa nada, siempre que luego cuadren.
Es imposible que ambas partes hagan siempre el mismo esfuerzo. Así que si uno de los dos lleva un marcador de quién ha metido más la pata o quién le debe más al otro, hazte algunas preguntas.
5. Compruébalo… todo el tiempo.
Llevas veinte minutos fuera de su casa y tu teléfono no para de vibrar.
Pobrecito, ¡te echa tanto de menos!
Por eso te llama o te manda 30 mensajes.
Y si no contestas enseguida, se enfada o se preocupa.
Es genial tener a alguien que se preocupa tanto por ti, ¿verdad?
Pues no.
Si tu pareja envía mensajes de texto frenéticamente, es una mala señal.
Está intentando hacerlo pasar por amor, mientras que al mismo tiempo te hace sentir culpable si no satisfaces su desmesurada necesidad de atención.
Es más probable que tenga el control que que esté enamorado, porque el amor también significa dar espacio a la otra persona para que recargue las pilas, sin tener que estar pendiente de ella todo el tiempo.
6. «Es por tu propio bien
Nos preocupamos tanto los unos por los otros que queremos ayudar en todo lo que podamos.
A lo mejor le aconsejas a tu amorcito que trabaje menos, que hable más a menudo con su mejor amigo, que beba té en vez de café y que empiece a ir al gimnasio porque, bueno, esa barriguita no está muy bien.
Pero al hacer esto, no es REALMENTE por su propio bien, es una forma de controlar su vida para que se ajuste a lo que tú quieres de la relación.
Y eso, por desgracia, es tóxico.
7. Ser (demasiado) amable para no herir a la otra persona
El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones.
Es algo que hacemos a menudo, no decirle a nuestra pareja toda la verdad, sólo porque sabemos que podría herirle.
Pero, de una forma u otra, se nos volverá en contra (por ejemplo, como en el punto 4 anterior).
Está muy bien querer proteger a la otra persona, pero en algún momento, si tienes miedo de decir lo más mínimo porque crees que va a hacerle daño, eso va a crear otros problemas.
8. Ofrecer regalos
Que extrañamente a menudo están fuera de lugar…
«La intención es lo que cuenta», salvo que en realidad es más bien una forma indirecta de cambiar quién eres.
Si tu novio sólo te regala cosas que le hacen feliz, eso es una mierda y no es muy considerado.
No te dejes engañar y no te dejes comprar.
Lo único que significa es que está intentando convertirte en alguien que no eres. O puede que simplemente sea muy malo eligiendo regalos, pero en ese caso, demuestra una falta de escucha y atención por su parte, lo que tampoco está muy bien.
9. Comparar positivamente con ex
Puede que veas como un cumplido que diga que todas sus ex eran psicóticas pero tú no.
Puede ser un cumplido, cierto, pero todo depende de cómo hable de sus ex en general.
Si dice cosas como «las mujeres pueden ser muy manipuladoras… pero tú estás bien» o «todas mis ex me han puesto de los nervios, eso es cosa de mujeres… pero tú eres diferente», pues sí.
Es sexista y misógino y lo más probable es que pronto te conviertas en una de sus ‘ex psicóticas’.
10. Forma una familia (muy rápido porque te quiere mucho)
Obviamente, es agradable oír que a tu pareja le gustaría tener un hijo contigo, pero no te dejes engañar por estas bonitas palabras.
Tener un hijo es algo maravilloso, pero requiere una base sólida para la pareja.
¿Qué motiva su deseo de tener un hijo?
Si su objetivo es tener una familia para que puedas dejar de trabajar y quedarte en casa con el bebé, en una casa lejos de tus seres más queridos, esto podría formar parte de su plan para aislarte y tomar el control de tu vida.
Por desgracia, no es raro que algunos manipuladores extremadamente narcisistas utilicen esta estratagema para crear un vínculo con su víctima (tú) para siempre.
Así que asegúrate de que tienes un plan claro, que has sopesado los pros y los contras y que no te has lanzado sin pensar bien las cosas.
11. «Es porque te quiero que…».
¿Te pasa que cada vez que tu novio hace algo que te molesta, como mostrar celos extremos, rápidamente te dice que su mal comportamiento es sólo porque te quiere mucho?
Podría ser una forma de desviar la atención y volver a ganarse tu simpatía.
Pero no ignores este tipo de comportamiento porque es una auténtica señal de alarma.
Del mismo modo, dirá que se burla de ti «amablemente» porque «el amor duro requiere un castigo duro».
Te llamará «loco» o «estúpido», pero sólo en broma, supuestamente.
A los demás. Es su forma de fingir que bromea, pero esperando que sus comentarios se alojen en tu mente para que empieces a creértelos.
Mantente alerta.