Todos buscamos el amor. Esa sensación de plenitud que tenemos cuando amamos a alguien incondicionalmente y nos corresponde. Es quizá la emoción más hermosa que existe. Sin embargo, estar enamorado también puede dar mucho miedo. Para algunos es sólo aprensión, mientras que para otros es un verdadero miedo: la filofobia.
En pocas palabras, la filofobia es el miedo al amor o, más concretamente, el miedo a estar emocionalmente cerca de alguien. Como todas las fobias sociales, se presenta en forma de síntomas específicos que pueden afectar gravemente a la vida de quien la padece.
Muy a menudo se oye decir a alguien: “Todo iba bien y de repente él o ella se fue”. Este es un ejemplo perfecto de una persona que sufre de filofobia. La relación funcionaba siempre que los sentimientos no estuvieran demasiado presentes. Pero tan pronto como el amor estaba allí, él o ella huyó porque no quiere hacer un compromiso serio. El miedo al abandono y al desamor se apoderó de él o ella.
Así, en lugar de dar una oportunidad a su pareja, esta persona le ha dejado porque ya prevé el fin de la relación y las dolorosas consecuencias de una ruptura. En su mente, el amor y el apego sólo están vinculados a las emociones negativas. Para estar seguro de vivir feliz, elige el desapego emocional porque para esta persona es la única manera de protegerse (al menos en su mente).
Pero, ¿cómo surge la filofobia, cuáles son los síntomas y cómo se cura? Si usted o su pareja sufren este trastorno, siga leyendo para conocer sus orígenes y las mejores formas de combatirlo. Aunque pienses que no puedes aprender a gestionar tu miedo para vivir una vida más positiva y feliz, debes saber que, como cualquier otra fobia, la filofobia se puede combatir.
Todo depende de tu voluntad de aprender a amar sin miedo a las consecuencias negativas y de tu capacidad para identificar los orígenes de tu trastorno. No hay que avergonzarse de pedir ayuda, especialmente si sientes que la filofobia está empezando a controlar toda tu vida.
¿El origen de la filofobia?
Hay varias cosas detrás de esta fobia. La rigidez de las estrictas normas familiares, por ejemplo, crea un sentimiento de inferioridad. Las personas que padecen filofobia piensan que enamorarse les hace débiles, por lo que, para no perder el control, se alejan de todas las personas que puedan provocarles emociones íntimas.
Del mismo modo, la pérdida de un ser querido o el divorcio de los padres pueden dejar profundas heridas interiores. Así, para evitar sentir el dolor asociado al alejamiento o la desaparición de alguien cercano, estas personas adoptan una actitud fría y distante. Y, la sociedad actual también tiene un papel importante en el desarrollo de este trastorno.
Efectivamente, vivimos en la era de los caprichos. Queremos esto, queremos aquello… Y en cuanto lo conseguimos queremos seguir adelante. Así, a medida que la tecnología facilita las citas, la gente ya no quiere perder el tiempo desarrollando conexiones íntimas y prefiere la emoción de los nuevos encuentros y la “caza”. Pero en cuanto empiezan a desarrollarse conexiones más románticas, huyen.
Aunque algunas mujeres tienen miedo a enamorarse, la filofobia es sobre todo una cuestión masculina. Mientras que las muestras de afecto en público son aceptadas por las mujeres, son menos indulgentes con los hombres porque, al ser el sexo más fuerte, no deben mostrar sus emociones.
Así, para evitar el enamoramiento, estos hombres utilizan y abusan de todos los subterfugios posibles para evitar este sentimiento. En particular, encuentran todos los defectos posibles en su pareja y se empeñan en contárselos a los demás. Es su forma de protegerse.
¿Cuáles son los síntomas de la filofobia?
Este trastorno irracional hace que las personas se sientan petrificadas ante la sola idea de enamorarse. Más allá de la aprensión normal que sienten la mayoría de las personas que han experimentado una decepción amorosa o que han visto las consecuencias de una relación tóxica, esta fobia es incontrolable y perjudica la vida social de las personas que la padecen.
La mera idea de enamorarse puede provocar reacciones físicas y emocionales en estas personas. Aunque los síntomas pueden variar de una persona a otra, en general esta fobia provoca intensas sensaciones de pánico, problemas respiratorios y náuseas. Las personas afectadas por este trastorno sudan mucho y les resulta difícil funcionar con normalidad. También intentan evitar todas las situaciones íntimas.
Aunque las personas que padecen filofobia son conscientes de que se trata de un miedo irracional, no pueden controlar sus reacciones. La huida es su defensa. Si el sexo es aceptable para ellos, el amor no lo es. Además, estas personas suelen tener una vida sexual muy activa porque creen que eso les impide crear una conexión íntima con sus parejas.
Lógicamente, las personas que sufren de filofobia no hacen planes de futuro con su pareja y no buscan profundizar en sus relaciones amorosas. Siguen siendo superficiales y no se comprometen mucho porque están convencidos de que no durará y por eso buscan protegerse.
Si no se trata a tiempo, la filofobia puede dar lugar a complicaciones más graves, como el aislamiento social, la depresión, la ansiedad, el abuso de sustancias o incluso el suicidio. Por lo tanto, es importante reaccionar en cuanto se noten los primeros síntomas de este trastorno. Por su propio bienestar y el de sus seres queridos, debe tomarse en serio su fobia.
¿Cómo combatir la filofobia?
Dependiendo de la intensidad de la fobia, los tratamientos varían. Puede someterse a terapia, tomar medicamentos o cambiar su estilo de vida. Por supuesto, también puede optar por combinar estas opciones para conseguir un resultado más duradero.
La terapia ayuda a las personas que padecen filofobia a identificar y cambiar los pensamientos, creencias y reacciones negativas que están en el origen del trastorno. Por lo tanto, para sanar, es importante entender de dónde viene el miedo. ¿Qué te hace huir del dolor? Una vez identificados los orígenes del problema, el terapeuta propone imaginar escenarios concretos.
Por ejemplo, ¿qué pasaría si tu relación no funcionara? Muy a menudo, tendemos a amplificar los problemas en nuestra cabeza. Así, cuando tenemos la oportunidad de articular las consecuencias reales, nos damos cuenta de que al final una ruptura (en el escenario actual) no es el fin del mundo. Es simplemente el fin de la relación, no el fin de tu vida o de tu capacidad de amar o ser amado.
La mayoría de las veces, si hay otros trastornos mentales, el médico le recetará medicamentos, como antidepresivos, en combinación con una terapia con un especialista.
Por último, un cambio de estilo de vida puede ser una forma eficaz de combatir el miedo. Las técnicas de relajación, los ejercicios para aprender a controlar sus emociones y las estrategias de visualización pueden ser métodos útiles para combatir su filofobia.
Si usted o su pareja padecen este trastorno, deben saber que pueden aprender a gestionar su miedo. Puede parecer una tarea desalentadora en este momento, pero con las herramientas adecuadas, puedes entender el origen de tu miedo y cómo afrontarlo.
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