Muchas personas sufren depresión. Y sin embargo, aunque esta enfermedad va en aumento en la sociedad moderna, sigue siendo un tema tabú.
Además, se han realizado muy pocos análisis y estudios sobre las consecuencias de la depresión y los cambios que provoca.
Contrariamente a lo que piensan las personas que nunca han padecido esta enfermedad, no es algo que te impongas conscientemente para situarte como víctima.
La depresión es insidiosa por naturaleza y muy a menudo conduce a la autodestrucción.
Afecta a todos los aspectos de tu vida. No puedes concentrarte en tu bienestar ni en tu carrera. Tus relaciones con la familia, los amigos y los amantes se deterioran, pues ya no eres capaz de mantener los lazos que te unen a las personas que te rodean.
La depresión mata a miles de personas cada año, pero como es un asesino silencioso, la gente prefiere no hablar de ella.
En realidad, este trastorno mental nunca tiene cura. Si hoy sufres depresión y consigues salir de la depresión, eso no significa que hayas acabado con ella para siempre (por desgracia).
Tu bienestar y tu salud mental dependen de tu inversión personal en la lucha contra la depresión. Y no es tan fácil luchar contra ella.
Al principio, la depresión te pone de mal humor, luego e
La cara oculta de la depresión
Muy a menudo, la depresión también va acompañada de ansiedad. Y estos problemas crónicos pueden repercutir en la capacidad de una persona para atender sus necesidades básicas y hacer frente a sus responsabilidades cotidianas.
Afortunadamente, en los últimos años la salud mental se ha convertido por fin en un tema de interés para médicos e investigadores.
Pero a pesar de ello, las personas que padecen este trastorno a menudo se sienten incómodas hablando de ello. Aunque tengan amigos o familiares que les apoyen y sean plenamente conscientes de su estado mental, el estigma asociado a la depresión les impide revelar sus problemas.
Aunque los problemas sean reales y estén presentes, el hecho de que la depresión no siempre sea visible en los rostros de quienes la padecen lleva a los demás a pensar que se trata de un estado imaginario de ansiedad.
Para ayudarte a entender cómo es la depresión, he elaborado una lista de diez secretos bien escondidos de los que nadie quiere hablar.
1. “Siempre estoy sobreanalizando y planificando”.
Aunque les absorba toda su energía, las personas deprimidas analizan en exceso cada situación y planifican cada actividad, porque quieren que todo sea perfecto para satisfacer a sus seres queridos o a su jefe.
Es como si la aprobación de los demás pudiera ayudarles a resolver sus problemas mentales.
Por ejemplo, si organizan una fiesta, lo dan todo desde el principio y acaban agotados cuando tiene lugar el gran acontecimiento.
Entonces ni siquiera pueden disfrutar de lo que han pasado semanas organizando. Para las personas deprimidas, esto es un fracaso. Y para castigarse, optan por aislarse y dar un paso atrás, a veces durante varios meses.
2. “No quiero hablar de ello porque tengo miedo de que me malinterpreten.
Las personas con depresión necesitan la empatía de sus allegados. Necesitan a alguien que sepa escuchar.
Por desgracia, muy pocas personas tienen este talento. La paciencia también es un elemento clave, porque muy a menudo las personas que sufren este trastorno son incapaces de explicar por qué les ocurre.
También tienen miedo de ser una carga para sus seres queridos, y este sentimiento se ve agravado por el juicio constante o la falta de comprensión de la persona que escucha.
Muy a menudo, cuando se da una explicación, la persona deprimida puede entrar en un torbellino de emociones incontrolables, ya que la persona que se supone que está escuchando adopta una actitud defensiva o burlona.
3. “No quiero hablar de ello porque siento que nadie me escucha”.
Cuando uno se siente tan negativo sin poder explicar por qué, puede resultar muy frustrante. Es más, la mayoría de las personas deprimidas no buscan una solución milagrosa a su trastorno, simplemente quieren que se les escuche sin juzgarles.
Necesitan un oído comprensivo sin que les llamen locos.
Muy a menudo, cuando las personas deprimidas deciden hablar con alguien, oyen frases como “No te esfuerzas lo suficiente”, “Es sólo una fase” o “Búscate un novio o una novia y todo irá bien”.
Esto les da la impresión de que nadie les escucha y de que su estado mental es motivo de burla.
4. “Me avergüenzo porque no siento lo mismo que los demás”.
Mientras el resto del mundo sigue funcionando con normalidad, las personas deprimidas se sienten como en stand-by. Se sienten culpables porque no pueden satisfacer las expectativas de los demás ni cumplir con sus responsabilidades.
Sienten que nunca están motivados ni son capaces de llevar a cabo sus actividades cotidianas.
La depresión tiene un efecto profundo: los afectados se sienten constantemente inadecuados e insuficientes.
Realmente desearían poder ser tan positivos como los que les rodean pero, a pesar de sus mejores esfuerzos, no pueden desprenderse de su negatividad.
5. “Si pudiera, sería más positivo”.
Deja de decirles a las personas deprimidas que tienen que ser más positivas. Créeme, si fuera tan sencillo, ya lo habrían hecho hace mucho tiempo.
Además, ¿puedes ser siempre positivo? Si tu respuesta es “sí”, significa que estás eligiendo estar en ese estado de ánimo. Pero recuerda: ¡la depresión no es una elección!
Las personas deprimidas pierden la capacidad de construir su futuro, el optimismo, la esperanza y el sentido mismo de la vida. Así que si crees que la positividad es tan simple como una sonrisa, te equivocas. La depresión no funciona así.
6. “Ojalá hubiera algo que pudiera hacer para controlar mi depresión”.
Algunas personas creen que tienen el poder de controlar todo lo que les ocurre y proyectan esta actitud en las personas deprimidas diciendo algo así como “Tú has creado esta situación”.
Que quede claro: ¡la depresión no es una elección! Hay tanta negatividad y malestar asociados a este trastorno que les hace creer que son culpables de los problemas de los demás.
Cuando alguien que sufre esta enfermedad se da cuenta de lo difícil que es para sus allegados lidiar con el trastorno, se dice a sí mismo que es la causa de todos los problemas de los que le rodean.
Lo único que esperan es poder controlar su depresión. Sin embargo, esta persona sigue sintiéndose impotente, porque es consciente de que salir de esta oscuridad es mucho más complicado de lo que parece.
7. “Aunque nadie me diga que no valgo nada, sigo un fracasado”.
La incapacidad para levantarse de la cama, cuidar de uno mismo o mantener relaciones estables y duraderas son sólo algunos de los síntomas de la depresión.
Las personas con depresión tienen tanto miedo a ser juzgadas o malinterpretadas que se aíslan, lo que provoca una autoestima muy baja.
Por eso, aunque tengan amigos cariñosos, familia o pareja, siguen pensando que son unos fracasados que no merecen tener ni hablar de nada con nadie cercano.
La falta de participación es uno de los mayores peligros de la depresión, porque es un mal oculto.
8. “Siento que nadie me quiere”.
Aceptar una invitación a una fiesta para cancelarla en el último momento es el modus operandi de las personas deprimidas. Y no, no lo hacen a propósito.
Utilizan cualquier razón que se les ocurra para evitar enfrentarse a una situación determinada, porque se sienten doblegados bajo el peso de su ansiedad.
En su mente, los amigos o familiares que les invitan o intentan mantener el contacto con ellos sólo lo hacen por obligación.
Las personas deprimidas piensan que nadie las quiere y que son una carga para quienes las rodean. Y no importa lo que hagas o digas, eso no cambiará.
Necesitan hacer un trabajo personal para entender que las cosas no son tan negativas como creen.
9. “Compenso mi infelicidad con adicciones”.
Muy a menudo, las personas deprimidas beben demasiado o abusan de sustancias ilícitas. ¿Por qué lo hacen? Mucha gente cree que es porque les gusta ser el centro de atención y salir de fiesta.
Pero la realidad es mucho más oscura. En realidad, ocultan su infelicidad. Intentan no mostrar los signos de la depresión llevando la máscara de una persona feliz.
Las personas deprimidas creen que unas copas pueden ayudarles a relajarse y aprender a disfrutar de la noche o del ambiente.
Sin embargo, se sienten tan vacíos por dentro que eso no hace más que aumentar su ansiedad. Después, una vez pasada la euforia, se sienten aún más solos y aislados. Se convierte en un círculo vicioso.
10 “He llegado a un punto en el que ni siquiera puedo satisfacer mis necesidades básicas”.
Las personas que sufren depresión suelen descuidar tareas cotidianas como lavarse o cocinar. Dejan de comer porque ya no tienen energía ni ganas de cuidarse.
Es más, la higiene personal tampoco es ya una prioridad. A las personas deprimidas les cuesta mucho concentrarse en sus necesidades básicas, porque no tienen autoestima, lo que les lleva a olvidar y descuidar el autocuidado.
De hecho, a menudo se oye a personas cercanas a estas personas quejarse de su pereza. Pero eso no tiene nada que ver.
Se trata de un trastorno mental que destruye su autoestima y la imagen que ven en el espejo. Como creen que no valen nada, no le ven sentido a esforzarse por sentirse mejor. Está fuera de su control.