Un día crees que todo va bien y que tu matrimonio va por buen camino. Tu marido es cariñoso, amable y coherente. No tiene la sensación de que su amor haya desaparecido. Al contrario, sientes que vuestra relación mejora día a día.
Entonces empiezas a notar algunos signos extraños. Cuando hablas, tu marido te ignora. Cada vez pasa menos tiempo contigo y tu opinión ya no parece importarle.
Lo sientes distante y frío. Sin embargo, crees que todavía te quiere. Por último, aún tiene la esperanza de que todo esto no sea más que una mala fase.
Finalmente, te das cuenta de que tu marido ya no te habla. No sabes cómo le va el día ni qué piensa hacer el próximo fin de semana. No sabes cómo comportarte con él, porque todo parece irritarle.
En resumen, estás llena de dudas. ¿Todavía te quiere tu marido?
¿Se ha acabado tu matrimonio?
Hoy voy a ayudarte a responder a estas preguntas por ti misma. Éstas son las cinco señales que demuestran que tus campanas de boda han sonado. Cuando las notes en tu matrimonio, ya será demasiado tarde.
1. Desconexión física
La primera señal de alarma de que las cosas van mal en un matrimonio o en una relación duradera es la desconexión física, como dormir en habitaciones separadas. De hecho, las parejas más felices se acuestan juntas, a la misma hora.
Por supuesto, no siempre es posible que las parejas se acuesten a la misma hora, pero casi siempre es posible dormir en la misma cama. Las parejas que duermen en camas separadas cada noche corren el riesgo de desconexión física, emocional y sexual.
2. Reseñas
Está bien no estar de acuerdo con todo lo que hace tu pareja; NO está bien criticarla en cada oportunidad. Aquí me dirijo directamente a las mujeres, porque he visto de primera mano que las mujeres infelizmente casadas pueden encontrar consuelo en hablar mal de su pareja, pero los hombres tampoco están exentos de este comportamiento.
La crítica es mucho más que un desacuerdo con tu pareja y su comportamiento. La crítica es un ataque a un nivel muy personal. Frases como “eres un vago” son sólo un ejemplo de las críticas que pueden surgir en una relación.
Estos ataques personales también tienen el efecto de responsabilizar a tu pareja de todo lo que va mal, en la vida o en la relación.
3. Desconexión emocional o evitación
Al igual que la desconexión física, la emocional también se produce en las relaciones. Puede que hayas oído hablar del “vínculo afectivo”, en el que alguien abandona una relación para satisfacer sus necesidades emocionales: sentirse aceptado, escuchado, comprendido, incluso amado.
Puede parecer inofensivo abrirse emocionalmente a alguien que no sea tu pareja, pero en realidad no lo es.
Tu pareja es tu pareja, tu media naranja. Y cuando empiezas a depender de otra persona para satisfacer tus necesidades emocionales, tú y tu pareja os priváis de una conexión emocional profunda.
Una visión compartida de la vida en común, pensamientos y sueños, y una comunicación honesta sobre los problemas de la relación no hacen más que fortalecerla.
4. Obstrucción
Este comportamiento es uno de los cuatro jinetes del apocalipsis de las relaciones. Es una táctica tan perjudicial para las relaciones que se ha comparado con el fin del mundo, que puede ser el fin de tu relación.
La evasión en una relación corta la línea de comunicación entre los dos individuos, sin posibilidad de reabrirla.
Cerrarse en banda y excluir a tu pareja en medio de una conversación o discusión la deja sin palabras e impotente. Puede parecer una técnica positiva durante una discusión.
Voy a alejarme hasta que me sienta lo suficientemente calmado para discutir esto.
O :
Voy a poner fin a esta discusión y hacer como si nunca hubiera ocurrido.
Nada más lejos de la realidad. A largo plazo, las evasivas no conducen ni a la resolución ni al compromiso y hacen que ambas personas se sientan emocional y psicológicamente excluidas de la disputa.
Y puede que incluso fuera de la relación.
5. Falta de romanticismo
Aunque la chispa inicial del romance puede desvanecerse en una relación duradera, la falta de romance o pasión por la otra persona puede ser el clavo en el ataúd de un matrimonio.
El matrimonio requiere trabajo y, cuando no es una prioridad, muchas otras cosas de la vida tienen prioridad sobre el cónyuge.
Pasar tiempo juntos es importante porque te ayuda a recordar por qué te enamoraste de tu pareja. Y le demuestra que sigue creciendo personalmente y desarrollando su relación.
Cuando no se presta atención, es como perderse los primeros pasos o la primera palabra de un niño. Planifica salidas semanales y deja el móvil en silencio para acercarte más a tu pareja.