¿Cómo saber si hay que romper?
¿Qué pasos debes dar para poner fin a una relación que no va a ninguna parte?
Algunas relaciones son sencillamente fantásticas, ligeras como una pluma y sólidas como una roca.
Otras relaciones son una pesadilla que se alarga y se alarga.
Está claro que éstas no tienen futuro.
Es lo que llamamos una relación tóxica.
La pareja puede tener problemas financieros, problemas de comunicación o simplemente no hay amor.
Por desgracia, también puede haber manipulación, mentiras, infidelidad o abusos.
Tu autoestima se debilita poco a poco y con el tiempo dudas de la persona en la que te has convertido.
Por último, hay otras relaciones intermedias.
Algunas cosas van bien y otras van mal.
Esto es lo que llamamos una relación que no lleva a ninguna parte.
Puede ser un sufrimiento silencioso que ha durado muchos años.
Puede ser una falta de ilusión, de proyectos conjuntos o de interés por el otro.
La relación se está muriendo lentamente, pero nadie toma la iniciativa de ponerle fin.
Entonces, ¿cómo poner fin a una relación que no va a ninguna parte?
En primer lugar, analicemos tu situación…
¿Estás realmente en una relación sin salida?
¿Cómo saber si debes romper?
Poner fin a una relación que no va a ninguna parte: demasiado bueno para dejarlo, demasiado malo para quedarse
Hagamos un análisis básico de tu relación.
Para ello, puedes utilizar la lista estándar de pros y contras.
Para saber si debes poner fin a una relación que no va a ninguna parte, puedes crear simplemente una ayuda visual en la que anotes las ventajas y desventajas de vuestra vida en pareja.
También puedes enumerar las cualidades y defectos de tu pareja.
Por desgracia, muchas mujeres son muy conscientes de los problemas y defectos de su relación.
Así que la lista de pros y contras no les aporta mucha claridad.
Por eso te ofrezco una alternativa.
Para saber si debes poner fin a una relación que no va a ninguna parte, responde a las siguientes preguntas.
Eso sí, no se trata de contar los “sí” y los “no” para saber si debes romper.
Un simple “no” puede ser motivo suficiente para poner fin a una relación que no va a ninguna parte.
1. Si todas las personas cercanas te dieran su bendición para romper, ¿te quedarías con tu pareja?
Los remordimientos y el miedo a la reacción de los que te rodean suelen ser las razones que te empujan a seguir en una relación.
2. ¿Se satisfacen tus necesidades en la relación sin que tengas que luchar por ellas?
Se supone que una relación amorosa te aporta paz y seguridad.
Ya tienes suficientes problemas y estrés en el trabajo y en tu vida personal.
Si, además, tu relación te genera ansiedad, nunca podrás recargar realmente las pilas.
3. ¿Quieres de verdad a tu pareja?
Me refiero a apreciarse como personas.
Si no te lo imaginas como amigo, ¿por qué considerarlo como pareja?
4. ¿Respetas a tu pareja y él te respeta a ti como persona?
¿Respeta tus límites personales, te da la libertad que necesitas, te deja ser tan único como eres?
5. ¿Se siente atraído sexualmente por su pareja?
Es cierto que dentro de cuarenta años esta pregunta ya no será relevante, pero hoy en día es muy importante.
Al fin y al cabo, el sexo es una parte esencial de la vida matrimonial.
6. ¿Se siente unido a su pareja cuando la mira a los ojos?
¿Sientes una conexión profunda?
¿Sientes que estáis hechos el uno para el otro?
7. ¿Su pareja se comporta de una manera con la que usted puede vivir?
Un comportamiento inaceptable ante el que haces la vista gorda también destruye tu relación contigo mismo, porque cada vez que tu pareja te engaña, por ejemplo, te convences a ti mismo: “No merezco nada mejor”.
8. ¿Puedes perdonar a tu pareja?
¿Pueden ellos perdonarte a ti?
Ninguno de nosotros es perfecto.
Si no podéis perdonaros mutuamente, con el tiempo se abren grietas.
Entonces cada uno se siente aislado en la relación.
9. ¿Os divertís juntos?
Si necesitas salir con tus amigas para echarte unas risas o con tus colegas para divertirte, entonces tu relación no va a ninguna parte.
Se supone que tu pareja es la persona que te hace reír y con la que creas recuerdos inolvidables.
10. ¿Tú y tu pareja tenéis sueños y planes comunes para el futuro?
Si no ves un futuro compartido, tampoco necesitas un presente compartido.
¿Qué tienen en común todas estas preguntas?
A largo plazo, ¿te sentirás mejor con o sin tu pareja?
Una relación que no lleva a ninguna parte tiene las siguientes características:
- No puedes ser tú mismo
- Te aíslas de tu pareja
- En el fondo, te sientes en un callejón sin salida
- Tu relación tiene más bajos que altos
- Te sientes atraído por otra persona
- El retraimiento emocional y la distancia son omnipresentes
- Hay un desequilibrio
- Se siente físicamente distante
- Las lágrimas y los conflictos son casi diarios
- No ves un futuro juntos
- Esperas un cambio
¿Cómo detener una relación que no va a ninguna parte?
El final de una relación siempre pasa por las siguientes etapas:
- Reflexión sobre la separación
- Preparación de la separación
- Fase de separación
- Fase de distanciamiento
Lo importante es no actuar emocionalmente.
Tómate tu tiempo para reflexionar y prepararte.
De hecho, si estás leyendo nuestro artículo, probablemente estés en la primera o segunda fase.
Date tiempo para la fase de preparación y ordena tus ideas, antes de buscar la conversación.
Esto no sólo es importante para ti, sino también para tu pareja.
Te ahorrará malentendidos y dolorosas idas y venidas en forma de relación intermitente.
Así que, si te preparas bien internamente para la separación y gestionas activamente tus pensamientos y sentimientos, ya te estarás ocupando de parte del proceso de separación.
Además de encontrar el momento y el lugar adecuados para la conversación, la preparación también incluye tu determinación interior: sepárate sólo si puedes mantenerte firme en tu decisión.
He aquí cómo poner fin a una relación que no va a ninguna parte en pocos pasos.
1. Elige el momento y el lugar adecuados
Decide un lugar en el que ambos os sintáis cómodos.
Si hace buen tiempo, un lugar resguardado en el parque es una buena idea.
Así tendrás la intimidad justa para que fluyan las lágrimas.
Al mismo tiempo, este lugar aporta cierta neutralidad.
Te ayuda a mantenerte firme en tu decisión.
¿Hay un “momento adecuado”?
Probablemente no.
Quizá, por consideración, debas tener cuidado de no terminar la relación antes de un acontecimiento importante o estresante.
2. Tener una conversación personal
Terminar una relación por mensaje o red social debería estar casi prohibido.
Por supuesto, si tu pareja es agresiva o inestable, puede ser una buena opción.
Pero si es posible, pide una conversación cara a cara.
Así mostrarás a tu pareja el mayor respeto posible.
Evitas malentendidos al poder responder a las preguntas.
También puedes reaccionar con empatía a las expresiones faciales y gestos de tu pareja.
3. Mostrar una intención firme de romper
Formula de antemano una intención clara de separarte.
Puede escribirla o incluso practicarla frente al espejo.
Para no caer en discusiones o incluso compensaciones sobre la “cuenta de la relación”, tiene sentido respetar tu intención de separarte.
Has tomado tu decisión y seguro que tienes buenas razones para ello.
4. Mantente firme
No hay nada peor que cuando la persona que quiere romper se deja convencer una y otra vez.
Aunque la relación haya terminado de hecho, la persona que inició la ruptura se deja convencer para darle otra oportunidad a ese amor.
Esto suele ocurrir por sentimiento de culpa.
Así que mantente firme en tu decisión.
Es perfectamente normal que la otra persona llore o se entristezca durante una discusión de ruptura.
Permita que su pareja experimente estos sentimientos.
5. Sea sincero
La sinceridad en las relaciones es importante.
Incluso cuando te separas, tienes que comunicar con la mayor sinceridad posible cómo has llegado a esa decisión.
Sólo así tu pareja tendrá la oportunidad de aceptar y superar la separación.
Pero cuidado con herir sentimientos innecesarios al terminar una relación, frases como “estoy deseando salir con otras personas” son totalmente inapropiadas.
6. Evita el contacto
Esto se aplica incluso si os separáis en términos amistosos.
Date tiempo para dar un paso atrás y respirar.
Una vez terminada la relación, es hora de encontrar la paz interior.
Los momentos de separación se caracterizan por constantes altibajos emocionales.
No conviene sacar el smartphone cada vez que quieras oír su voz o verle.
A veces, una desintoxicación de las redes sociales ayuda.
Si has reducido los contactos durante un tiempo, siempre puedes volver a conectar a nivel amistoso cuando todas las heridas hayan cicatrizado.
7. Cuídate
Al final de una relación, tienes la oportunidad de concentrarte únicamente en ti mismo.
De hecho, es el momento ideal para que dediques tiempo a tus pasiones, tus amigos y tu bienestar.
Así, todo lo que no pudiste hacer cuando estabas en pareja se convierte en tu fuente de alegría.
Muy a menudo, la gente cae en la depresión o pasa por episodios de agonía tras una separación.
Pero si no te lanzas inmediatamente a otra relación y dedicas tiempo a trabajar en tu salud mental, saldrás fortalecido de la experiencia.
Terminar una relación que no va a ninguna parte: la importancia de las palabras adecuadas
Como tú iniciaste la ruptura, has tenido más tiempo para prepararla que tu pareja, que acaba de enterarse de tu deseo de romper.
Así que tú también tienes la responsabilidad de no pisotear el corazón de tu ex.
Probablemente sea una situación mucho más estresante para él que para ti: al fin y al cabo, no está preparado.
Ahora te toca a ti utilizar las palabras adecuadas y dirigir la conversación.
Utiliza frases claras y concisas para poner fin a una relación que no va a ninguna parte.
No prolongues la conversación innecesariamente.
Además, escucha lo que la otra persona tiene que decir y dile que estás “ahí” para encontrar puntos en común.
Posibles fórmulas para ayudarte a terminar tu relación:
- Utiliza mensajes con “yo” en lugar de reproches o acusaciones.
Por ejemplo, usa la frase: “No puedo conciliar mi necesidad de cercanía física con tu necesidad de espacio”.
- El agradecimiento suele pasarse por alto en las conversaciones de separación.
No olvides decirle a la otra persona lo que agradeces de vuestra relación: “Cuando pienso en el tiempo que pasamos juntos, estoy muy agradecida por esas bonitas vacaciones.”
Si todavía le quieres, también puedes expresarle esto: “El final de una relación no significa que dos personas dejen de quererse, simplemente dejan de hacerse daño”.
Si la otra persona está triste, puedes decirle unas palabras de consuelo: “Nuestro dolor demuestra lo mucho que significábamos el uno para el otro en esta relación. Si no, no estaríamos tan tristes ahora”.
- Pregunta a la otra persona cómo se siente y dale espacio.
Una ruptura siempre implica a dos personas: “Si somos sinceros el uno con el otro, ¿tú también crees que esto es lo correcto?”.
Si no puedes imaginar un futuro con tu pareja, dilo claramente: “Cuando pienso en el futuro, no nos veo juntos. Me veo sin ti”.
- Si estás resignado, evita culpar o acusar.
Comparte tus sentimientos y tu desesperación: “Hemos llegado a un punto muerto y hemos perdido nuestra forma de comportarnos. He perdido la esperanza de que podamos cambiar algo”.
Parar una relación que no va a ninguna parte: errores que debes evitar
Una relación debe encontrar un fin común: esto incluye la conversación personal.
Cada miembro de una relación debe tener la oportunidad de expresar sus deseos, esperanzas y sentimientos.
Decidir poner fin a una relación que no va a ninguna parte no significa que haya que destruir la autoestima de la otra persona o denigrarla.
Hay un viejo adagio que dice que sólo se conoce realmente a la otra persona cuando se separa.
La forma en que una persona termina una relación dice mucho de su carácter.
Aquí encontrarás ejemplos de cómo no debes terminar una relación:
- Terminar la relación por mensajería instantánea: “Hola cariño, tenemos que hablar. Ya no quiero estar contigo”.
- Cambiar de opinión poco después de romper: “No quería decir eso. Eres el amor de mi vida”.
- Culpar a la otra persona: “Deberías haberme demostrado más que me quieres”.
- Echarle la culpa de todo a uno mismo: “Lo siento mucho. Te mereces algo mucho mejor. Siempre he hecho daño a la gente que quiero. Soy tan mala persona”.
- Romper en Nochevieja: “No puedo empezar el Año Nuevo contigo. Tengo que terminar la relación ahora. Prefiero no ver el Año Nuevo contigo”.
- Romper el día de su cumpleaños: “¡Feliz cumpleaños y feliz año nuevo sin mí!”.
- Dejar que la relación caduque: “¿Cuándo volveremos a vernos? De momento no lo sé, es todo tan estresante”.
- Díselo primero a tus amigos: “Mañana rompo con él. Pero, por favor, no se lo digas a nadie por ahora”.
- Utilizar frases hechas como explicación de la ruptura: “No depende de ti, sino de mí” o “Podemos seguir siendo amigos”.
- Ser demasiado sincero: “Me siento presionado en la relación. Ya no puedo más. Estoy deseando besar por fin a otra persona”.