Lo primero es lo primero: ¿qué es la infidelidad emocional?
En pocas palabras, la infidelidad emocional se produce cuando una de las personas de la pareja empieza a dar prioridad a alguien que no es su pareja.
Así que no estamos hablando de la traición física a la que estamos acostumbrados, sino de infidelidad mental.
Ésta puede situarse entre un flirteo aparentemente inocente y una auténtica búsqueda de cercanía emocional con otra persona.
Lo preocupante es que el engaño emocional suele conducir al físico.
Es una búsqueda de consuelo, apoyo y placer por parte de esa otra persona, que normalmente implicará mentir y engañar a tu pareja.
Sea como sea, es peligroso y perjudicial para una relación que uno (o ambos) empiece a guardar secretos o a traicionar al otro, ya sean actos emocionales o físicos.
La infidelidad emocional, ¿es realmente infidelidad?
Para algunas personas, sí, es tan violento e inapropiado como una relación sexual; mientras que para otras, una aventura emocional puede considerarse inofensiva.
Pero en la mayoría de los casos, el sufrimiento es peor porque es más difícil perdonar la construcción de un vínculo emocional intenso con otra persona, que un acto físico que a menudo no llega a mucho.
Aquí tienes 5 razones por las que la infidelidad emocional es mucho peor para una mujer que la infidelidad física.
1. Se trata de sentimientos
Aunque no haya relación sexual ni intimidad física, este tipo de traición es más difícil para la persona traicionada. Se sentirá herida y no deseada, tanto emocional como físicamente.
Cuando hay sentimientos reales de por medio, cambian muchas cosas.
Por muy dolorosas que puedan ser las relaciones extramatrimoniales físicas, no requieren sentimientos profundos de amor.
En cambio, el engaño emocional es mucho más personal.
Implica que tu pareja ama a otra persona porque esa otra persona era más interesante que tú.
Esto duele mucho más que la idea de que tu chico es simplemente un gigoló que no puede controlar sus impulsos sexuales.
2. Dura más porque es más discreto
La infidelidad emocional suele ser más difícil de detectar.
Una infidelidad física suele implicar mensajes de texto a horas intempestivas, desapariciones inesperadas, una repentina sobrecarga de trabajo que le hace quedarse hasta tarde en el trabajo, etcétera.
Además, se volverá paranoico con tu acceso a su teléfono.
En retrospectiva, probablemente podrías haber reconocido algunas de las señales de alarma, como su evidente inseguridad, su negativa a publicar fotos contigo, la distancia que ponía cada vez más entre vosotros dos.
Pero cuando se enamora emocionalmente de otra persona, es mucho más difícil darse cuenta.
La línea entre la verdadera traición y la amistad sincera será más difusa que nunca y, para no parecer histéricamente paranoica, estarás menos atenta a los pequeños cambios de comportamiento.
Es una experiencia difícil de atravesar porque sentirás que te han tomado por tonto, debido a tu legendaria amabilidad.
3. La otra persona puede negar más fácilmente cualquier cosa
En realidad, no es él, eres tú… Eso dicen.
Mientras que el engaño físico es fácil de probar, el emocional es mucho más difícil.
Para la otra persona es mucho más fácil negarlo y jugar la carta de la inocencia.
“¿Qué te pasa? ¿En qué estás pensando?”
Puede que incluso se ría de ti cuando le preguntes por qué rara vez te pide una cita con su mejor amigo.
Ya sabes, esa con la que mantiene una relación “totalmente platónica” y con la que da largos paseos “amistosos” hacia el atardecer.
Realmente empezarás a preguntarte si alguien a quien ve como una hermana le diría que su barba es “seriamente sexy” y realmente sentirás que estás desperdiciando precioso combustible cerebral analizando cada uno de sus movimientos en las redes sociales…
4. La humillación es mayor
Te sentirás como un extraño en tu relación.
Es mucho más fácil criticar a alguien que se acuesta sin pudor: es un completo imbécil que sólo piensa en su s*x.
Aunque estés dolida, en el fondo sabes que estarás 100% mejor sin él.
También podría ser algo puntual, una noche en la que decidiste no salir con él y sus amigos y no volvió hasta altas horas de la madrugada.
Bueno, obviamente es una putada, pero no escuece tanto como si tu novio desarrolla sentimientos de apego por alguien que no eres tú.
Eso sí que duele.
Casi te hace sentir como un personaje secundario en tu propia historia.
Es como si estuvieras en llamas, hasta que él decide contarte que su amigo de Internet es en realidad más que un amigo y que, supuestamente, sólo se está dando cuenta ahora.
Te quedarás dolida, conmocionada, preguntándote si alguna vez te quiso de verdad en algún momento de vuestra relación.
5. La recuperación llevará más tiempo
Mucho más tiempo.
Puede que tardes un tiempo en darte cuenta de que, aunque tu ex nunca se acostó con la otra persona mientras estuvisteis juntos, tampoco fue del todo sincero sobre su relación contigo.
Tu pareja no siente de repente algo por alguien nuevo.
Es un proceso que lleva tiempo y su elección de preferir tomar un café con esa nueva amiga tan mona en lugar de resolver problemas más importantes contigo demuestra realmente lo poco implicado que estaba.
¿Cómo se repara el daño? ¿Se puede arreglar?
Como cualquier aventura, una aventura emocional provoca una ruptura de la confianza entre las dos personas de la pareja.
Afortunadamente, la confianza no tiene por qué ser un concepto absoluto. Una vez rota o dañada, puede repararse si ambos miembros de la relación se comprometen sinceramente a hacerlo.
Esto requerirá una buena dosis de trabajo y hacer las preguntas adecuadas.
Una relación amorosa sana se basa en la amistad, la capacidad de divertirse mutuamente, el compromiso y la validación de los intereses del otro.
Compartir miedos, preocupaciones y planes con la pareja es una forma importante de construir la intimidad emocional.
Algunas personas ni siquiera son conscientes de que su comportamiento es hiriente o inapropiado para su pareja, sobre todo si no ha habido infidelidad física o sexual.
Es importante hablar de los límites y de lo que se considera infidelidad desde el principio.
Establecer límites claros, como no dar prioridad a los amigos ni compartir detalles íntimos con ellos o mentir, puede ayudar a detectar antes un comportamiento inadecuado.