¿Sufre el síndrome del limpiaparabrisas?
No, no me refiero a tu irritabilidad cuando llueve.
El síndrome del limpiaparabrisas es un dolor agudo externo de rodilla.
Más concretamente, es un dolor en la parte externa de la rodilla.
Afecta sobre todo a las personas que corren mucho o hacen mucho deporte.
Sin embargo, como vivimos en una sociedad que predica constantemente la apariencia perfecta, cada vez son más las mujeres que sufren el síndrome del limpiaparabrisas.
De hecho, en todas las redes sociales vemos a mujeres con cuerpos perfectos promocionando diversas actividades deportivas y dietas, a veces excesivas.
Pero muy pocas hablan de cómo proteger su cuerpo de las consecuencias de un ejercicio demasiado agresivo o de dietas draconianas.
El síndrome del limpiaparabrisas también se conoce como tendinitis de la fascia lata o síndrome de la banda iliotibial.
¿Cómo reconocer este problema?
Aunque el dolor puede producirse en la parte interna de la rodilla, aparece principalmente en la parte externa, es decir, en la banda fibrosa.
Va desde la cadera hasta la tibia, en la parte externa del muslo.
Esta banda conecta los músculos de esta parte del cuerpo.
El tensor de la fascia lata es uno de estos músculos.
Y es muy importante.
¿Por qué es tan importante?
Protege la rodilla cuando se somete a un esfuerzo como correr, caminar a paso ligero o hacer ejercicio intenso.
Esta banda también sujeta el cóndilo femoral, que representa todas las extremidades inferiores de la rodilla.
Cuando se realizan movimientos repetidos de flexión, extensión o circulares, la rodilla está sometida a presión.
La fricción puede provocar gradualmente dolor externo en la rodilla.
Es esta fricción la que da al dolor externo de rodilla el nombre de síndrome del limpiaparabrisas.
La fricción recuerda al movimiento de los limpiaparabrisas de un coche.
Entonces, ¿cuál es el tratamiento adecuado?
¿Cuáles son las causas reales del síndrome del limpiaparabrisas?
En las personas que corren mucho o utilizan mucho las piernas al levantar pesas, se produce una repetición de los movimientos de la rodilla.
Esto supone aún más presión sobre una parte del cuerpo ya de por sí frágil.
El dolor externo de rodilla es la primera señal de alarma.
Y si también notas dolor en el interior de la rodilla, significa que la inflamación ha echado raíces.
En resumen, cualquier persona que entrene demasiado o con demasiada frecuencia es propensa a desarrollar el síndrome del limpiaparabrisas.
Como he dicho antes, esto crea una fricción demasiado agresiva para la rodilla.
Es un mecanismo intenso que requiere un tratamiento serio.
Pero el síndrome del limpiaparabrisas no sólo está relacionado con un problema técnico del organismo.
No es sólo la fricción lo que provoca dolor en la parte externa de la rodilla o dolor en la parte interna de la rodilla.
De hecho, tu anatomía, el tipo de entrenamiento y equipamiento que utilizas y tus hábitos de vida pueden provocar este síndrome.
La inflamación de la rodilla puede deberse a :
- equipamiento deportivo deficiente, como calzado inadecuado
- problemas morfológicos como el pie plano
- problemas posturales como la escoliosis
- calentamiento deficientefracturas o esguinces
Cualquier lesión debe ir seguida de un tratamiento serio y prolongado.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome del limpiaparabrisas?
¿Cómo diferenciar un simple dolor en la cara externa o interna de la rodilla del síndrome del limpiaparabrisas?
Los síntomas de esta enfermedad pueden ser difíciles de detectar.
Si haces mucho deporte, estás acostumbrado a sentir dolor en los músculos o las articulaciones.
También estás acostumbrado a esforzarte para superar un nuevo reto que te has propuesto.
Puede ser correr un kilómetro más al día, levantar diez kilos más de lo habitual o hacer deporte seis días a la semana.
En resumen, como mujer deportista a la que le gusta cuidarse, quieres ir más allá de tus límites y, sin darte cuenta, estás llevando tu cuerpo al límite.
Lo que distingue al síndrome del limpiaparabrisas es que el dolor externo está localizado.
Se localiza justo encima de la articulación, entre el peroné y el fémur.
Cuando se trata simplemente de una lesión, el dolor se extiende por toda la rodilla.
Pero en el caso del síndrome del limpiaparabrisas, el dolor está en la parte externa de la rodilla.
Al principio, sientes un bloqueo, como si no pudieras mover la rodilla como quisieras.
Luego empiezas a sentir una sensación de quemazón.
Este ardor es intenso y punzante cuando utilizas la rodilla intensamente.
Pero cuando descansas, te sientas o te tumbas, el ardor se calma.
Puede empezar como una simple molestia, pero rápidamente puede agravarse.
Por ejemplo, puede verse obligado a permanecer tumbado.
Si la inflamación es grave, el dolor externo y el ardor pueden extenderse hasta la cadera.
En este caso, se recomienda un tratamiento rápido.
¿Cuál es el mejor tratamiento para el síndrome del limpiaparabrisas?
Si sospecha que padece el síndrome del limpiaparabrisas, acuda inmediatamente al médico.
Él o ella debe hacer un diagnóstico.
No le recomiendo que ignore el dolor externo de rodilla ni que inicie un tratamiento sin consejo médico.
Es importante comprobar que no sufres otro trastorno.
Además, si realmente padeces el síndrome del limpiaparabrisas, el tratamiento debe adaptarse y completarse antes de que puedas volver a practicar deporte.
El tratamiento consta de tres fases.
En primer lugar, nos concentramos en el dolor agudo de la parte externa de la rodilla.
El objetivo es calmar el dolor y aliviar el ardor que lo acompaña.
A continuación, el tratamiento consiste en una reeducación.
Se trata de un tratamiento en profundidad que no sólo elimina el síndrome del limpiaparabrisas, sino que también evita que reaparezca.
Es importante prevenir este tipo de lesiones en el futuro, de lo contrario la rodilla se debilitará y te prohibirán ir al gimnasio.
Por tu propio bien.
Por último, el tratamiento termina con la visita a un especialista.
En función del diagnóstico de su médico, éste le remitirá a un fisioterapeuta o a un podólogo.
Si tienes problemas físicos que son la causa del síndrome del limpiaparabrisas, tendrás que trabajar en ellos.
Por ejemplo, si tiene pies planos o escoliosis, es más probable que sufra esta lesión.
Así que el tratamiento pasa automáticamente por una atención especializada.
No descuides el tratamiento del dolor externo o incluso interno de rodilla.
Aunque creas que puedes apretar los dientes e ir un poco más ligero, no servirá de nada.
Al contrario, empeorarás la situación.
Una rodilla que cruje, un dolor en la parte anterior de la rodilla o en cualquier otra parte no deben ignorarse.
Primera etapa del tratamiento del síndrome del limpiaparabrisas: reposo
Lo primero que hay que hacer es aliviar el dolor externo.
Para ello, hay que dejar descansar la rodilla.
Debe interrumpir toda actividad deportiva para no forzar la rodilla y dañarla.
En general, el reposo debe durar entre tres y cuatro semanas, pero depende de la intensidad de la inflamación.
Durante la fase de reposo, debes seguir algunos consejos:
- aplicar hielo en la rodilla dolorida
- estirar y masajear la rodilla
- aplicar una crema antiinflamatoria
Segunda fase del tratamiento del síndrome del limpiaparabrisas: rehabilitación
Una vez que el dolor haya remitido, podrás realizar un tratamiento más activo.
Pero ten cuidado, ¡no debes forzar la rodilla!
La segunda fase del tratamiento del síndrome del limpiaparabrisas es la rehabilitación.
Ésta se realiza, por supuesto, con la ayuda de un profesional.
El fisioterapeuta o podólogo te enseñará a colocarte correctamente para evitar el dolor en la parte externa de la rodilla.
También le enseñará a mantenerse erguido y a proteger las articulaciones.
El especialista también te enseñará los ejercicios que puedes hacer para relajar los músculos y las articulaciones.
También te enseñará los estiramientos que debes hacer para aliviar el dolor de rodilla.
En resumen, aprenderás a hacer deporte de la forma correcta.
Tercera fase del tratamiento del síndrome del limpiaparabrisas: la recuperación
Una rodilla que cruje no es buena.
Una rodilla con dolor externo previo no es buena.
Una vez que hayas tratado el dolor y hecho la rehabilitación, puedes volver a hacer deporte poco a poco.
Por ejemplo, puedes empezar nadando.
Los estiramientos también deben formar parte de tu rutina.
Por último, debes seguir los consejos del especialista sobre cómo practicar deporte con seguridad.
La intensidad del entrenamiento debe aumentar gradualmente.
Sobre todo, ¡no te lances a practicar tu deporte favorito a todo pulmón!
¿Cómo prevenir el síndrome del limpiaparabrisas?
El deporte y el entrenamiento intenso pueden causar muchas lesiones.
El síndrome del limpiaparabrisas es sólo una de ellas.
Por supuesto, el tratamiento es una opción, pero también hay que aprender a protegerse.
Para evitar el dolor en la parte externa de la rodilla, hay que entrenar sin sobrecargar el cuerpo.
El deporte debe ser divertido, al fin y al cabo quieres hacer algo bueno por tu cuerpo y no dañarlo con un entrenamiento excesivo.
Sin embargo, muchas personas no conocen sus propios límites o se sobreestiman.
Esto puede provocar lesiones deportivas que en realidad son evitables.
Como he mencionado anteriormente, el síndrome del limpiaparabrisas, al igual que otras lesiones deportivas, está causado por tu propia actitud:
- Eres demasiado ambicioso
De hecho, el ejercicio regular es saludable, pero hay que tener en cuenta la cantidad adecuada.
- No se tienen en cuenta las condiciones individuales de entrenamiento
La regla de oro: la intensidad de tu entrenamiento debe adaptarse siempre a tu nivel de forma física.
Mejor aún: marca tu propio ritmo y escucha a tu cuerpo cuando te pida un descanso.
- No tiene objetivos
Cuando se trata de deporte, ser demasiado ambicioso es tan contraproducente como no tener ningún objetivo de entrenamiento.
Porque si entrenas “a ciegas”, no sólo tendrás problemas para mejorar tu forma física a largo plazo, sino que sin objetivos también es más difícil cumplirlos a largo plazo.
- Tienes formación unilateral
Ni el entrenamiento de resistencia por sí solo ni el fortalecimiento muscular por sí solo son óptimos.
Si realmente quieres ponerte en forma, tienes que entrenar la resistencia, además de la fuerza, la flexibilidad y la coordinación.
- Haces deporte a pesar de las lesiones
En caso de contusiones, esguinces y torceduras, hay que hacer una pausa y aplicar medidas inmediatas.
- No te calientas
Si quieres evitar las lesiones deportivas, y en particular el síndrome del limpiaparabrisas, debes empezar con un programa de calentamiento adecuado antes del entrenamiento propiamente dicho.
- Tiene el equipo equivocado
Por supuesto, el equipamiento adecuado también desempeña un papel fundamental a la hora de evitar lesiones deportivas y el síndrome del limpiaparabrisas.
En primer lugar, el calzado adecuado: dependiendo de si se trata de correr, jugar al fútbol o escalar, puede ser necesario un calzado deportivo especial.
- No te has sometido a un chequeo médico antes de empezar a entrenar
Si tienes más de 35 años o llevas mucho tiempo sin hacer deporte, deberías someterte a un examen médico antes de empezar a entrenar.
Y más aún si padeces ciertas enfermedades o afecciones (por ejemplo, asma, dolor de espalda).
¿Cómo es un entrenamiento que ejercita el cuerpo sin sobrecargarlo?
Esto es lo que puedes hacer para evitar el síndrome del limpiaparabrisas.
1. Para evitar el dolor en la parte externa de la rodilla, crea un plan realista.
Objetivos realistas, una cantidad razonable de entrenamiento y la dosis adecuada de intensidad de entrenamiento: estas son piedras angulares importantes para evitar la sobrecarga durante la práctica deportiva.
Esto debe basarse siempre en tu condición individual de entrenamiento.
Ya seas principiante, experimentado o profesional, el consejo de un entrenador es de gran ayuda para establecer el programa de entrenamiento adecuado.
2. Tómatelo con calma para evitar el síndrome del limpiaparabrisas
Este consejo es especialmente válido para los principiantes o después de un largo periodo sin entrenar.
Porque si empiezas de cero a cien, te lesionarás demasiado rápido.
Por último, pero no menos importante, también es desmotivador cuando el objetivo de rendimiento sobredimensionado -ya sea la carrera de 10 kilómetros o las 20 flexiones- no se consigue ad hoc.
3. Si quieres evitar un tratamiento intenso para una lesión, escucha a los profesionales
Cualquier persona que empiece a practicar un nuevo deporte o que utilice un equipo especial para entrenarse por primera vez debe recibir instrucciones de un entrenador cualificado desde el principio.
¿Cómo se realizan correctamente los movimientos?
¿Qué postura debo adoptar y cómo puedo aumentar gradualmente el nivel de dificultad?
Estos aspectos básicos son importantes, ya que no sólo ayudan a conseguir un éxito óptimo en el entrenamiento, sino que también contribuyen a mantener el riesgo de lesiones lo más bajo posible.
4. Vigila tus propios límites
El deporte en grupo es una verdadera motivación, y a muchos deportistas recreativos les resulta más fácil recomponerse a diario.
Y la comparación con tus compañeros de deporte puede sin duda inspirarte para alcanzar un rendimiento óptimo.
Sin embargo, si te centras demasiado en el rendimiento de los demás y pierdes de vista tus propios límites, corres el riesgo de sobrecargarte y, en el peor de los casos, lesionarte.
Así que escucha a tu cuerpo y ve a tu propio ritmo.
5. El dolor es una señal de alarma.
Como ya he dicho, si te duele el tobillo o la rodilla, “apretar los dientes” no es ni mucho menos la estrategia adecuada.
Porque el dolor es una señal de alarma del cuerpo y debe percibirse como tal, ¡concretamente!
Tómate un descanso inmediatamente y, si es necesario, actúa de inmediato.