¿Cuáles son las etapas del duelo que hay que seguir para encontrar la paz interior?
La psicología del duelo distingue varias fases para afrontarlo, que, sin embargo, no necesariamente se desarrollan de la misma manera en todos los duelos.
La investigación psicológica actual sigue defendiendo el llamado “modelo de fases”, pero ha reconocido que el duelo es también una tarea que hay que dominar. Así, además de las fases del duelo, en los últimos años se habla cada vez más de las tareas de duelo.
Las personas en duelo pasan por diferentes etapas emocionales del proceso de duelo, que los psicólogos llaman fases del duelo.
En general, el proceso de duelo consiste en afrontar la pena, de modo que el dolor temporal del doliente no se reprima y se convierta en un problema psicológico crónico que conduzca a la depresión, por ejemplo.
¿Qué es el duelo?
El dolor es una emoción fuerte y a veces abrumadora para las personas, ya sea que su tristeza se deba a la pérdida de un ser querido o a un diagnóstico terminal que ellos o un ser querido hayan recibido.
El duelo también puede estar relacionado con el fin de una relación.
Los afectados pueden sentirse entumecidos y alejados de la vida cotidiana, incapaces de seguir con sus actividades habituales y abrumados por su sensación de pérdida.
El dolor es la reacción natural a la pérdida. Es una experiencia tanto universal como personal. Las experiencias individuales de duelo varían y están influidas por la naturaleza de la pérdida.
Algunos ejemplos de pérdidas son la muerte de un ser querido, el fin de una relación importante, la pérdida de un trabajo, la pérdida por robo o la pérdida de independencia por discapacidad.
Los expertos aconsejan a los dolientes que se den cuenta de que no pueden controlar el proceso y que se preparen para las diferentes etapas del duelo. Entender por qué están sufriendo puede ayudar, al igual que hablar con otras personas e intentar resolver los problemas que causan un dolor emocional importante, como el sentimiento de culpa por la muerte de un ser querido.
El duelo puede durar meses o años.
El dolor suele remitir con el tiempo, a medida que la persona en duelo se adapta a la vida sin su ser querido, a la noticia de un diagnóstico terminal o a la constatación de que un ser querido puede morir.
Si no está seguro de si su proceso de duelo es normal, consulte a su profesional de la salud. La ayuda externa es a veces beneficiosa para las personas que intentan recuperarse y adaptarse a una muerte o al diagnóstico de una enfermedad terminal.
¿Cuáles son las etapas del duelo?
Una separación o una muerte es una crisis emocional grave, un acontecimiento que cambia la vida.
Cuando perdemos a un ser querido o algo cercano a nuestro corazón, va acompañado de un gran dolor y una sensación de vacío. El duelo es uno de los sentimientos más intensos y a menudo puede sentirse físicamente.
Por lo tanto, recuperarse del duelo puede ser un verdadero reto.
Las fases emocionales tras una pérdida son similares al proceso de separación tras una ruptura sentimental. Sin embargo, difieren en términos de intensidad.
Las 7 etapas del duelo son
Etapa del duelo 1: Shock
Todo parece vacío.
La primera etapa del duelo es una etapa de shock, no entiendes lo que está pasando. Para algunas personas esta es la más corta de las 7 etapas del duelo.
Pero algunas personas también pueden rebelarse completamente contra la idea de la ruptura o la pérdida.
Fase de duelo 2: Negación
No puedo creer que esto haya sucedido.
La segunda etapa de la pena describe el inicio del proceso de duelo. Inmediatamente después de la muerte de un familiar o un amigo, o tras una ruptura, los afligidos están en estado de shock.
Se sienten impotentes y no quieren admitir la pérdida de su ser querido. A menudo incluso se niega la pérdida en esta fase del duelo. No se puede determinar el tiempo de luto.
Puede llevar horas y días, pero a veces semanas.
Es importante acompañar y apoyar al doliente durante esta fase, a menos que desee expresamente estar solo.
Fase de duelo 3: Ira
¿Cómo se atrevió?
Los arrebatos emocionales del doliente determinan la tercera fase del duelo. Esto puede incluir ira, dolor, pero también sentimientos de culpa.
La cercanía a la persona que se ha ido influye en la duración del duelo. El periodo puede durar semanas o meses, en algunos casos incluso años.
Estos sentimientos deben ser permitidos y no reprimidos. Forman parte del proceso de duelo y ayudan a afrontarlo.
Fase de duelo 4: La montaña rusa emocional
¿Por qué yo?
A menudo, en este momento, los afligidos visitan lugares que les recuerdan experiencias pasadas. Se entablan diálogos y las personas empiezan a afrontar su dolor y pueden ir despidiéndose poco a poco.
La duración de esta fase también puede ser de semanas o años.
Es importante dar tiempo a los afligidos durante este periodo de duelo y apoyarlos con paciencia.
Fase de duelo 5: Aceptación
Sucedió y no hay nada que pueda hacer para cambiarlo.
Durante esta etapa de duelo, usted acepta lo que ha sucedido. Ya no intentas cambiar nada. A menudo la gente hace una lista de los buenos o malos momentos.
Fase de duelo 6: Dejar ir
Me niego a aferrarme al pasado
Durante esta etapa, se abandona la idea de la lucha. Te centras en aceptar los hechos y empiezas a hacer el trabajo de autodescubrimiento.
Entiendes que no puedes cambiar el pasado y que debes mirar al futuro.
Fase de duelo 7: Descubrir el nuevo yo
¿Quién soy yo?
En la fase final del proceso de duelo, las personas encuentran su paz interior. El dolor de la pérdida se desvanece y los dolientes comienzan a aceptar la muerte o la ruptura.
Además, comienzan a hacer nuevos planes para sus vidas. Sin embargo, el recuerdo de la persona que se ha ido sigue siendo una parte importante de su vida.
La mayoría de las personas pasan por estas 7 etapas del duelo, en el mismo orden. La intensidad y la duración de las etapas difieren de una persona a otra.
¿Por qué existen las etapas del duelo?
Los patrones de pensamiento y comportamiento característicos de cada caso representan diferentes estrategias inconscientes para afrontar la pérdida. En términos sencillos: nos comportamos inconscientemente de una manera determinada para protegernos de una pérdida abrumadora de dolor.
Así, las fases son una respuesta a nuestra herida emocional.
Conocer este proceso de duelo te ayudará a aceptar mejor tus sentimientos aquí y ahora. Puedes orientarte a las fases y clasificar mejor tus emociones y pensamientos.
No estás solo.
Cuanto más aceptes lo que sientes, más probable será que cambie. Esto también se llama la paradoja del cambio en psicología. Por ejemplo, algunas personas se resisten a su dolor durante mucho tiempo y no quieren sentirlo.
Esto les lleva a arrastrar las fases y a tener un evento más largo que los demás.
La siguiente pregunta está siempre en primer plano:
¿Cómo afrontar la pena y el dolor que la acompaña?
Esta pregunta se responde de forma diferente en las distintas fases, por ejemplo con “shock” o “ira”. El shock es la reacción física a la situación emocional excepcional.
Paradójicamente, esto nos ayuda a “trabajar”.
¿Las etapas del duelo son siempre las mismas?
En muchos casos, durante un duelo, no “sólo” perdemos a nuestra pareja, nuestro trabajo o un ser querido. El duelo también puede repercutir en el grupo de amigos compartido, las aficiones compartidas o la situación de convivencia.
Por ejemplo, si uno de ellos tiene que dejar el piso compartido.
Toda la vida ha cambiado radicalmente tras el fin de la relación. Paradójicamente, a menudo sentimos los efectos de la separación, ya que pequeños rituales -como tomar un café juntos por la mañana- ya no son necesarios.
En pocas palabras: el duelo altera la vida.
Dependiendo de lo entrelazada que esté la vida diaria con la pareja, los amigos o el trabajo, las fases serán de diferente duración e intensidad. Esto se desprende del ejemplo de la convivencia: si hay que disolver un piso compartido tras una separación, las fases tenderán a ser más largas.
El piso compartido suele suponer una mayor dificultad para ganar rápidamente distancia espacial y, por tanto, también emocional.
¿Son las etapas del duelo diferentes para hombres y mujeres?
Los estudios han examinado la vulnerabilidad de los hombres y las mujeres a las enfermedades mentales tras la pérdida (aquí: la muerte) de una pareja. El resultado: los hombres y las mujeres pasan por las mismas fases de separación, pero las viven de forma diferente.
Nota: Los resultados del estudio sólo pueden mostrar cómo es en general y en vista de la situación de los datos. Por supuesto, las situaciones individuales pueden ser muy diferentes: también hay mujeres que “se cuidan a sí mismas” y hombres que forman parte de una sólida red social.
El cuerpo y el alma reaccionan ante la pérdida de un compañero. El motivo del duelo sólo juega un papel secundario. Tanto si la pérdida se debe a una separación, una mudanza, un divorcio, un accidente o una enfermedad grave, las fases del duelo son las mismas (aunque la intensidad y la duración son individuales).
Muestra un riesgo relativamente mayor de que los hombres sufran enfermedades mentales como la depresión tras una pérdida. Incluso la tasa de mortalidad aumenta a costa de los hombres.
Los principales motivos son: el aumento del consumo de alcohol, el suicidio o las enfermedades cardíacas.
Esto se debe, entre otras cosas, a los diferentes grados o debilidades de las fases de duelo entre hombres y mujeres. Las mujeres y los hombres experimentan el duelo de forma diferente, como demuestran las investigaciones.
Las etapas del duelo para las mujeres
Las mujeres suelen tener un mayor “colchón social”. En otras palabras, están mejor integrados en las redes sociales. Esto funciona como un bálsamo para el alma y se ha demostrado que reduce el estrés emocional.
Como resultado, las mujeres hablan de sus emociones a los demás con más frecuencia. Al intercambiar ideas con otras personas, en comparación con los hombres, pueden obtener nuevas perspectivas y oportunidades para hacer frente a la situación de separación más rápidamente.
Ellas pasan por las fases de separación más rápido que los hombres.
Etapas del duelo para los hombres
Los hombres son menos propensos a visitar a sus amigos y familiares para poder olvidar literalmente sus preocupaciones. Muchos hombres aceptan primero la pena por sí mismos.
A veces, los amigos y la familia pueden tardar unas semanas en descubrir la pérdida o la ruptura.
A menudo, la contención de las emociones conduce a sentimientos de soledad.
Antes de la separación, la mujer solía ser una persona de referencia importante para el hombre. Este enlace ya no existe. Esto puede hacer que los hombres se sientan menos conectados o comprendidos, ya que de repente hablan menos de su mundo emocional tras la pérdida o la ruptura.
Los hombres, en este caso, luchan con el reto de superar su soledad.
Una comprensión más actualizada de la masculinidad puede impedir que los hombres busquen y acepten ayuda, lo que empeora la situación.
Desgraciadamente, frases como “¡un hombre no llora!” siguen conformando el mundo del comportamiento y la experiencia de muchos hombres.
Estas creencias tradicionales son indicativas de una masculinidad tóxica: pueden exacerbar los momentos de crisis cuando los hombres se ven a sí mismos como “guerreros solitarios” que deben valerse por sí mismos.
La ciencia va más allá: las investigaciones actuales sugieren que esta concepción tradicional de la masculinidad es indirectamente perjudicial para la salud. Llorar es bueno para el alma.
Te relaja y refuerza la conexión con tu interlocutor.
En general, los hombres pasan por las fases de separación más lentamente.
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