Aprender a decir no es un arte que debes dominar para evitar que los demás te pisen.
Muchos de nosotros dudamos en decir que no a los demás. Sin embargo, decir no es una habilidad emocionalmente inteligente que cualquiera puede dominar, ¡de verdad!
Son sólo tres letras, pero decir no puede parecer muy difícil, incluso complicado. Para muchos de nosotros, decir no no es sólo incómodo. Es un error.
Por eso, cuando alguien le pide que haga casi cualquier cosa, es posible que se apresure a decir: “¡Sí, por supuesto! Por supuesto. ¡Estoy feliz de hacerlo!
Pero en realidad, es posible que sientas lo contrario. Tal vez preferirías estar haciendo otras mil cosas. O tal vez te parezca bien decir que sí, pero no es lo mejor en tu agenda actual ni para tu salud mental.
La buena noticia es que decir que no es una habilidad que se puede perfeccionar. Cuanto más digas que no, más natural te parecerá.
Pero ten cuidado, decir que no no significa que tengas que ser agresivo, grosero o descortés. De hecho, puedes aprender a decir que no y seguir siendo educado y amable.
¿Por qué no te atreves a decir que no?
Para empezar, es importante darse cuenta de que si decir no es un reto para usted, no está solo.
Como criaturas sociales que quieren formar parte de la sociedad que nos rodea, por supuesto queremos preservar nuestras relaciones. Así que puede que digamos que sí porque no queremos que nos vean como difíciles.
O no queremos decepcionar a un buen amigo o herir los sentimientos de alguien.
Así que decimos que sí a todas las salidas que nos ofrecen, aceptamos ayudar a quien nos pide un hombro para llorar y corremos a todos los eventos que nos ofrecen.
Aunque no queramos. Aunque nos ponga en una situación social, mental, financiera o incluso personal difícil.
Por ejemplo, podemos aceptar ir a la fiesta de cumpleaños de un compañero de trabajo cuando no nos llevamos nada bien con él o ella y la velada nos creará una sensación muy intensa de ansiedad y estrés.
En definitiva, en lugar de aprender a decir que no, estamos poniendo en riesgo nuestra salud mental.
¿Otra razón por la que el sí sale de nosotros? Nuestro pasado.
Al crecer, es posible que no hayas aprendido a defenderte. Así que también es posible que diga que sí porque desea profundamente ayudar.
Pero olvidas que tu capacidad para acomodar a los demás no es un pozo infinito.
En otros casos, como en el trabajo, podemos temer que decir no revele nuestra capacidad para realizar una determinada tarea.
En otras palabras, creemos que declinar nos hace parecer incompetentes. Así que tenemos miedo de decir no y hacernos valer.
Aprender a decir no es la asertividad que te mantendrá cuerdo
Cuando te resulte difícil decir que no en situaciones personales o profesionales, es útil recordar la autopreservación para dejar pasar las cosas.
Decir no es una de las mejores formas de autopreservación que podemos adoptar:
- Crear un espacio en nuestra agenda para descansar y recargar.
- Participar en actividades que realmente encajen con nuestros objetivos actuales.
- Establecer límites con nuestros seres queridos y colegas.
En última instancia, decir no nos da más control sobre nuestras vidas. Nos da la oportunidad de construir una vida satisfactoria y significativa en nuestros propios términos.
Después de todo, sólo tenemos poder sobre nosotros mismos, así que ejerzamos ese poder.
Pero, ¿cuándo es apropiado decir que no?
A veces decimos que sí porque no sabemos lo que queremos. Otras veces, sólo necesitamos recomponernos lo suficiente como para expresarnos.
En cualquier caso, aquí tienes permiso para empezar a pensar en cuándo es mejor que digas que no.
Para iniciar el proceso de descubrimiento, hágase estas preguntas siempre que no esté seguro de cómo proceder:
- ¿Decir que sí me desvía de algo más importante?
- ¿Coincide este posible proyecto, oportunidad o actividad con mis valores, creencias y objetivos?
- ¿Cuáles son mis valores, creencias y objetivos actuales?
- ¿Decir que sí me cansará más?
- ¿Decir que sí será bueno para mi salud mental? ¿O empeorará mis síntomas?
- En el pasado, ¿cuándo he dicho que sí y he acabado arrepintiéndome?
- ¿Cuándo es más probable que acepte una petición que hubiera preferido rechazar?
- ¿Cómo puedo reducir estas dificultades?
¿Cómo decir que no para hacerse valer?
No te vas a levantar un día y decir que vas a decir que no a todo lo que te ofrezcan. En realidad, aprender a decir que no es un proceso en el que hay que sentar unas bases sólidas para que te funcione a largo plazo.
1. ¿Cómo se dice que no?
Esta es la primera pregunta que debe hacerse. En primer lugar, tienes que darte permiso para decir que no.
Y si estás acostumbrado a decir siempre que sí, te llevará tiempo. Recuerda que nunca estás obligado a decir que sí, si la situación no te conviene.
Saber decir no significa hacer saber a los demás que no pueden aprovecharse de ti. También se asegura de que no se pierdan experiencias que serían buenas para usted.
En segundo lugar, debes establecer tus límites personales. ¿Qué puedes hacer razonablemente?
Por ejemplo, si te gusta la soledad, no debes permitir que tu compañero de trabajo venga a vivir contigo durante tres meses.
Los límites son personales y subjetivos, así que puede que el solicitante no entienda los suyos, pero no pasa nada.
Por supuesto, algunas personas utilizarán la manipulación para convencerte de que digas que sí, aunque ya hayas dicho que no.
Tratarán de hacerte sentir culpable. Por eso, saber decir que no significa también aprender a reconocer la manipulación y las malas intenciones de la gente.
Por último, para combatir la ansiedad de decir no, puedes practicar frente a un espejo.
Mírate a los ojos y vuelve a decir que no.
2. No tengas miedo de pedir un poco más de tiempo antes de responder
Está claro que una vez que has dicho que sí, es difícil echarse atrás. Pero, ¿sabes qué es lo que funciona siempre?
“Necesito tiempo para pensar”. En el 90% de los casos, esta respuesta hará que el solicitante busque en otra parte.
Luego, si te apetece decir que sí, puedes volver a ponerte en contacto con ellos. Si no, ¡sigue con el silencio!
3. Saber decir no también significa aprender a felicitar
Como he dicho, decir que no no significa que tengas que ser grosero. Puedes utilizar un cumplido o un reconocimiento para disminuir el impacto de tu firme no.
Por ejemplo: “Me alegro de que confíes en mí para cuidar de tus hijos. Significa mucho para mí. Pero no estoy libre este fin de semana.
4. Sé firme.
A veces sentirás que la otra persona intenta presionarte. Así que no dudes en ser claro con tu no.
“Realmente no tengo tiempo para ir a casa de tu madre contigo, porque está muy lejos y tengo muchas cosas planeadas este fin de semana.
5. No olvide dar las gracias al solicitante
Esto vuelve a la gratitud, por así decirlo. No quieres que el solicitante se enfade contigo.
Aunque esto no es tan malo después de todo, porque significa que no son realmente tu amigo. Pero si realmente quieres dejar la conversación con suavidad, di:
“Le agradezco de nuevo que haya confiado en mí. Espero sinceramente que encuentres a alguien que te ayude.
6. Para decir que no, no hace falta una buena razón
El sentimiento de culpa suele aparecer porque no tienes una razón válida (en tu opinión) para decir que no.
El simple hecho de no tener ganas de hacer algo es una razón válida. Por ejemplo, si te invitan a una noche de karaoke, puedes decir simplemente:
“No gracias, creo que me quedaré en casa esta noche. Realmente necesito descansar”.
7. Una vez que hayas dicho que no, no te retractes de tu palabra
Cuando tiendes a repetir tu respuesta en tu cabeza, aparecen la culpa y el malestar.
Para aprender a decir que no, tienes que centrarte en lo bien que te sientes una vez que has dicho que no.
Haz de tus emociones positivas una prioridad y todo irá bien.
8. Decir no para evitar el resentimiento
Decir que sí todo el tiempo terminará mal. Empezarás a odiar a la persona que te pide ayuda o te invita a salir.
Entonces te resentirás por ponerte siempre en una situación en la que sientes emociones negativas.
Pero decir no de vez en cuando te permitirá salvaguardar tus relaciones personales, aunque al principio te cueste acostumbrarte al fugaz sentimiento de culpa.
9. Aprender a decir no significa trabajar en tu imagen personal
Tu autoestima depende de tu capacidad de decir no. Cuando dices que sí a todo, estás diciendo inconscientemente que las necesidades y deseos de los demás son más importantes que los tuyos.
Así que, en el proceso de aprender a decir que no, desarrolla también una estrategia que te haga sentir mejor:
- Enumera tus puntos fuertes
- Alentar sus esfuerzos
- No te compares con los demás
- Establece objetivos realistas para ti mismo
- Explora tus intereses y pasiones
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