¿Quedarse con su marido o dejarlo? ¿Ser feliz o infeliz? ¿Es posible salvar un matrimonio que fracasa?
¡Ya no soporto a mi marido! ¿Cuántas veces has dicho eso? El matrimonio es complicado. Requiere mucha paciencia, trabajo e inversión personal.
Si quieres que tu matrimonio resista el paso del tiempo y los embates de la rutina, tienes que estar dispuesto a transigir. Pero también debe hacerlo su pareja.
Tu relación no puede funcionar si el esfuerzo o la inversión personal va sólo en una dirección. Además, nadie es perfecto.
Todos tenemos nuestros defectos, pero con el tiempo, incluso el más pequeño puede convertirse en un gran problema en una relación. ¿Su marido no tira de la cadena después de orinar?
¿No limpia su plato después de comer? Cuando estas pequeñas cosas suceden de vez en cuando, no es un gran problema.
Pero cuando se producen continuamente, hay un problema. Detrás de estos pequeños e inocentes gestos se esconde el respeto. Y cuando tu marido ignora tu punto de vista, tus quejas o tus peticiones, significa que no te respeta.
Ya no soporto a mi marido porque hace lo que le da la gana. Esta frase podría convertirse en el emblema de muchas esposas agotadas por el comportamiento egoísta o distante de sus maridos.
Por supuesto, algunos problemas son más fáciles de resolver que otros. Pero, ¿dónde está el límite? ¿Qué se puede tolerar y mejorar? ¿Cuál debería ser el final de su matrimonio?
Los 10 problemas más comunes de la vida matrimonial y sus soluciones
La vida en pareja está sin duda llena de altibajos. Por desgracia, es muy difícil evitar los problemas de relación.
Especialmente cuando estás en confinamiento. En efecto, pegados las 24 horas del día, no puedes escapar de la presión ni de todos esos pequeños comportamientos que te irritan en el otro.
Todo se multiplica por diez porque estáis constantemente juntos. Así que no es de extrañar que digas “no soporto a mi marido” a tus amigos.
Aunque algunos obstáculos pueden superarse mediante la comunicación, otros comportamientos tóxicos están demasiado arraigados en los hábitos de la pareja como para poder cambiarlos.
Estos son los 10 problemas más comunes con los que se encuentran los matrimonios:
1. Comunicación
“Ya no soporto a mi marido porque nunca entiende lo que intento decirle. – Anne, 35 años
Los problemas de comunicación abarcan una amplia gama de comportamientos. Unas cuantas observaciones y ajustes por su parte pueden ayudar a cambiar los hábitos perjudiciales entre los dos. Hágase estas preguntas:
¿Cuál es su mayor problema de comunicación?
¿Qué aspecto tiene?
¿Qué le gustaría conseguir en su lugar?
¿Qué puede hacer de forma diferente para obtener un resultado distinto?
“Se aleja de mí en cuanto empezamos a discutir. De hecho, se enfada, ignora completamente lo que digo y se niega a retomar la conversación. Es frustrante. Ya no soporto a mi marido…” – Ana
Si te haces las preguntas anteriores, podrás ver con más claridad su comportamiento. ¿Cuál es su deseo? Que te resulte más fácil hablar de las cosas que te frustran.
En esta situación, puede ser más útil hacérselo saber. Puede que no sepa lo que está haciendo mal si no se lo dices y puede que no sepa el impacto que está teniendo en ti. Ambos pueden aprender cómo sus acciones han creado este círculo vicioso.
Una comunicación sana es esencial para cambiar esta situación. Una vez que ambos hayan aprendido habilidades de comunicación positiva, todos los demás problemas serán más fáciles de resolver. La comunicación es la clave.
Último recurso: El respeto y el amor son la base de una buena comunicación. Y el comportamiento de cada persona repercute en la otra. Así que hay que dejar de intentar demostrar que la otra persona está equivocada, sino buscar un compromiso.
2. Conversaciones tóxicas
“Ya no soporto a mi marido porque siempre está gritando. – Julie, 28 años
Antes de hablar de un tema importante, asegúrate de que estás tranquilo y en un ambiente íntimo. Si intentan hablar de un tema cuando ambos están enfadados, la discusión se verá impulsada únicamente por la emoción.
“No podemos terminar una discusión sin gritarnos. Y nunca conseguimos resolver nuestro problema porque durante la conversación surgen decenas de otros. Ya no soporto a mi marido porque no tenemos nada en común (o eso me parece). – Julie
Habla de forma clara y directa. Es fácil irse por las ramas, pero hay que transmitir el mensaje con eficacia. Esto fomentará una interacción más natural entre las dos partes.
La conversación debe centrarse en un tema y no cambiar. Cuando hay varias situaciones o asuntos en conflicto, es fácil distraerse.
Anota cualquier otro tema que debas tratar. Por último, esfuérzate por encontrar una solución al tema en cuestión antes de dar por terminada la conversación.
Último recurso: ¡aprender a comunicarse eficazmente es esencial para la supervivencia de la pareja!
3. Pereza
“Ya no soporto a mi marido porque se pasa todo el tiempo tumbado en el sofá. – Léa, 24 años
Hay varias formas de pereza. Existe la pereza global, es decir, cuando tu marido no quiere hacer nada, absolutamente nada, y la pereza selectiva, cuando tu marido se niega a hacer determinadas tareas.
En el primer caso, lamentablemente no hay mucho que hacer. Un hombre que se niega a trabajar, a mantener a su familia o a ayudar no es ni siquiera digno de su tiempo.
Un marido que tiene pereza selectiva puede ser dirigido al camino correcto.
“Desde el día en que di a luz, me ha dado la espalda por completo. No quiere cuidar de nuestro hijo en absoluto. Ya no soporto a mi marido porque lo único que hace es ir a trabajar y sentarse en el sofá a ver el fútbol. Ya no tenemos vida íntima ni familiar. – Léa
Como ocurre con muchos problemas, esta pereza selectiva puede corregirse con una buena comunicación. Simplemente tienes que expresar tus sentimientos.
Dígale a su hombre lo que le molesta y trate de encontrar un entendimiento común entre sus deseos y los de él. El trabajo es importante. Pero la vida conyugal y la vida familiar también deben ser prioritarias.
Último recurso: ¡dejar de hacer todo por él! ¡No eres su madre ni su criada! La pereza selectiva puede resolverse con una buena comunicación y paciencia. La pereza global, por desgracia, es difícil de cambiar.
4. Falta de afecto e intimidad
“Ya no soporto a mi marido porque es incapaz de darme placer. – Manon, 31 años
El sexo es el pegamento que une a la pareja, así que cuando la intimidad es decepcionante o inexistente, todo empieza a desmoronarse. Si preguntas a una pareja sobre el sexo y el afecto, la mayoría reaccionará y sentirá de forma diferente.
El estrés, el sueño, el trabajo, la enfermedad y las obligaciones familiares afectan a la vida sexual de la pareja. Cuando una persona quiere tener relaciones íntimas con su pareja pero es rechazada a menudo, puede haber frustración y resentimiento.
“No sé cómo hacerle entender que necesito intimidad para sentirme bien. No voy a dejarlo porque no esté interesado en el s*x de nuevo. Pero, en este momento, ya no soporto a mi marido porque está completamente distante”. – Manon
La intimidad requiere una buena comunicación. Una chispa sola no servirá de nada si no sois capaces de compartir vuestras preocupaciones y frustraciones entre vosotros.
¿Están usted o su pareja agobiados por algo que interfiere con el afecto y el s*x? ¿Qué le ayuda a tener un estado de ánimo positivo y afectuoso con su marido?
Sea cual sea su situación, esté preparado para escuchar y ajustar sus expectativas.
Último recurso: hay que generar confianza. Los problemas de intimidad están muy a menudo relacionados con otros problemas. Simplemente tienes que demostrarle a tu marido que le apoyas y que puede hablar contigo de lo que quiera. Entonces deja que el tiempo haga su trabajo.
5. Celos y posesividad
“Ya no soporto a mi marido porque no puedo dar un paso sin que se pegue a mí. – Beatrice, 23 años
Un poco de celos en una pareja es bueno. Pero los celos y la posesividad pueden ser peligrosos. De hecho, al contrario de lo que nos quieren hacer creer las películas de Hollywood, está lejos de ser romántico.
Cuando tu marido no te deja sola porque no confía en ti, no es romántico. Si sigue todos tus movimientos y revisa tu teléfono, no es una relación sana la que tienes.
Y si además hace constantes acusaciones de infidelidad, esto no va a acabar bien.
“Cuando salgo con mis amigos, me envía decenas de mensajes para tranquilizarle sobre lo que estoy haciendo. Cuando me encuentro con un amigo o con un ex, no me deja ni siquiera saludar porque cree que he organizado esas “citas”. En resumen, ya no soporto a mi marido porque no confía en mí y ha convertido nuestra vida en un infierno. – Beatriz
Voy a ser honesto sobre esto. No creo que sea bueno quedarse con un hombre que es celoso. De hecho, los celos son el primer paso para controlar a la otra persona.
A esto le sigue la manipulación, las mentiras, las discusiones, el abuso y luego, lamentablemente, la violencia física. Si crees que tu marido es demasiado celoso, ¡déjalo enseguida!
Último recurso: ¡que quede claro! No hay ninguna justificación para este comportamiento. La violencia doméstica siempre empieza así. Así que si no puedes soportarlo más, hay una razón válida. Entonces vete y no mires atrás.
6. Egoísmo
“¡Ya no soporto a mi marido porque sólo piensa en su c*l!” – Perrine, 29 años
El egoísmo y el matrimonio no van de la mano. Si eliges atar tu vida a la de otra persona, tienes que estar preparado para anteponer sus necesidades a las tuyas.
Así que cuando tu marido no se preocupa mucho por lo que quieres o necesitas, es frustrante.
“Tenía muchas ganas de ir a una exposición que llevaba meses esperando, pero él se negó a acompañarme porque le parecía aburrida. ¿De verdad? No se da cuenta de lo mucho que hago por él y no me interesa. ¡Ya no soporto a mi marido y su egocentrismo! – Perrine
En estos casos, es importante recordar a tu pareja que una pareja son dos personas que se apoyan, comprenden y comparten.
No hay lugar para el ego y si no quiere tener en cuenta tus sugerencias o deseos, ¿realmente quiere estar contigo? ¿O sólo está contigo por gusto?
Último recurso: Cuando estás en una relación, no hay lugar para el “yo”. No puedes ser el único que se comprometa. ¡O él cambia o tú te vas!
7. Demasiado trabajo
“¡Ya no soporto a mi marido porque nunca está cerca! ¿Qué sentido tiene estar casada con él? – Pauline, 44 años
Algunos maridos trabajan mucho porque su trabajo es exigente. Por cierto, esto también es cierto para las mujeres, pero no es el punto aquí.
Otros maridos quieren evitar el estrés en casa, así que se centran en su trabajo. De hecho, cuando surgen problemas en casa, algunos hombres prefieren huir antes que enfrentarse a ellos.
“Trabaja de doce a catorce horas al día. ¿Cuál es el problema? No tenemos problemas económicos y yo también trabajo. Así que la razón de sus horas de trabajo no es la necesidad de dinero. Ya no soporto a mi marido porque siento que intenta evitarme constantemente. – Paulina
Una conversación honesta sobre esto puede ayudarte a obtener la claridad que necesitas. Si el dinero no es un problema, pídele a tu marido que trabaje menos horas o que cambie su horario de forma que os venga bien a los dos.
Si tu marido hace horas extras para no estar en casa, habla con él de sus frustraciones. Escuchar y encontrar una forma de resolver el problema en equipo.
Último recurso: Después de hablar con él de por qué trabaja demasiado, pregúntate: ¿estás preparado para aceptar su explicación? ¿Qué cambios necesita hacer? A continuación, establezca un clima de confianza en el que la comunicación pueda tener lugar sin juicios ni críticas.
8. El dinero
“No soporto a mi marido porque se gasta todo nuestro dinero y no consigo que entienda que no es justo para nuestra familia. – Louise, 41 años
El dinero es un problema recurrente en muchas familias, pero cuando tu marido es el que se lo gasta todo en su propio placer, se vuelve inmanejable.
Puede tener una adicción al juego, a las drogas o al alcohol. O simplemente le gusta darse un capricho. Sea cual sea la situación, hay un problema.
No respeta el presupuesto familiar, sólo piensa en sí mismo e incluso puede crear deudas que nunca podrás pagar.
“No sé cómo hacerle entender que comprar 5 o 6 juegos nuevos para su PS5 no es aceptable. El mes pasado no pudimos pagar algunas de nuestras facturas por este motivo, pero a él no le importa. No soporto a mi marido, se comporta como un niño mimado. Estoy harto”. – Louise
La adicción de cualquier tipo es peligrosa. Si su marido no es consciente de su problema, puede ser difícil acabar con el hábito.
Tienes que hablar con él y hacerle entender que si no cambia, te perderá. Si tienes que hacerlo, busca un terapeuta.
Último recurso: Diré una cosa: si tu hombre hace de su adicción una prioridad, no te quiere. Puedes hablar con él y llevarlo a un especialista, pero si ves que no cambia nada, hazme caso: estás perdiendo el tiempo. Es mejor reconstruir tu vida con alguien maduro y responsable.
9. Miembros de la familia
“No soporto a mi marido porque hace más caso a su madre que a mí. – Amélie, 38 años
Usted y su marido son una unidad. Tiene que defenderte cuando la gente te trata mal. Aunque no tengas la familia política de tus sueños, su intervención puede limitar el mal comportamiento.
“Nunca me defiende cuando su familia me ataca por nada. Me siento sola e incomprendida cuando mi marido debería ser mi escudo. Ya no soporto a mi marido porque sabe que sus pensamientos me hacen daño pero no reacciona”. – Amélie
Algunos maridos no se sienten lo suficientemente cómodos como para enfrentarse a su familia, lo que crea tensiones en su matrimonio. Anime a su marido a hablar con su familia sobre una situación que le molesta, aunque no se sienta cómodo haciéndolo.
Si usted y su marido se comunican bien y permanecen juntos, encontrarán una solución.
Último recurso: En este caso, no tienes muchas opciones. Usted ama a su marido y sabe que no debe dejar que su familia destruya su relación. Así que tus opciones son limitadas: o dejas de acompañar a tu marido a su casa o aclaras las cosas con ellos directamente.
10. Amigos
“Ya no soporto a mi marido porque todavía no ha entendido que se comprometió en serio y que sus amigos no pueden estar por encima de su mujer. – Axelle, 35 años
Por supuesto, cuando eres joven, tus amigos son muy importantes para ti. Pero una vez que te has casado, tu otra mitad debe estar por encima de tus amigos.
¡Es obvio! Así que un marido que sigue confiando en sus amigos o que pasa más tiempo de calidad con ellos que con su mujer es inmaduro.
“Nunca me pregunta si tengo planes para esta noche. Una vez tuve una agradable cena romántica y cociné su plato favorito. Llegó a casa del trabajo, se cambió de ropa y se dirigió a la puerta. Le pregunté a dónde iba y me dijo que iba a tomar una cerveza con sus compañeros. Así que le dije que había organizado una cena sorpresa para él. ¿Su respuesta? “¡Prometí salir con ellos! Realmente ya no soporto a mi marido. – Axelle
Puede que sea el momento de ponerse de acuerdo. Si tu marido se niega a entender que tiene que madurar y construir una vida contigo, tendrás que sentarte con él y dejarle claro que esa no es la actitud de un hombre casado.
Último recurso: ¿Qué influencia tienen sus amigos sobre él? Si no consigues que cambie de opinión sobre sus prioridades, ¡tienes que dejarlo!
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