Seresta para dormir es un tranquilizante.
De hecho, es un ansiolítico de la familia de las benzodiacepinas.
La función de un ansiolítico como Seresta es calmar los ataques de ansiedad y la tensión en el cuerpo y la mente.
En resumen, el objetivo es calmarle para que pueda conciliar el sueño más fácilmente.
En general, cuando se sufre ansiedad o se atraviesa un periodo de abstinencia de drogas o alcohol, la ansiedad, el estrés y los ataques de ansiedad impiden vivir con normalidad.
Esto, por supuesto, afecta a la calidad de su sueño, a su trabajo, a sus relaciones y a su funcionamiento diario.
Existen dos formas de Seresta para el sueño, 10 mg y 50 mg, y ambas están disponibles con receta médica.
Pero atención, este medicamento no es una solución para los estados depresivos.
Además, si padece apnea del sueño o insuficiencia hepática o respiratoria, Seresta no es para usted.
Como cualquier ansiolítico, Seresta puede tener efectos indeseables.
Por lo tanto, si su médico le ha recetado este ansiolítico para ayudarle a dormir mejor, debe dejar de tomarlo inmediatamente si nota alguno de los siguientes síntomas:
- Sensación de embriaguez
- Sensación de desmayo
- Dolores de cabeza
- Visión borrosa
- Somnolencia
- Acné
- Problemas de libido
- Aumento de la ansiedad y la agresividad
- Alucinaciones
Seresta para dormir: ¿cómo actúa este ansiolítico?
Las benzodiacepinas (incluido Seresta para dormir) son somníferos y sedantes que ayudan a aliviar la ansiedad.
Actúan con rapidez, pero pueden crear adicción al cabo de pocas semanas.
Por ello, estos fármacos no se recomiendan para el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada.
En caso de ataque de pánico agudo, las benzodiacepinas son los fármacos de primera elección debido a su rápido inicio de acción.
Un problema importante con todas las benzodiacepinas es el desarrollo de dependencia física con síntomas de abstinencia como agitación, insomnio y ansiedad después de interrumpir el tratamiento.
Por lo tanto, las benzodiacepinas no son adecuadas para el tratamiento a largo plazo de los trastornos de ansiedad.
Para minimizar estos efectos secundarios y mejorar el perfil efecto/efecto secundario de las benzodiacepinas, se han desarrollado y se siguen desarrollando nuevos principios activos.
Los ansiolíticos (como Seresta para dormir) son sustancias utilizadas para tratar la ansiedad y sus síntomas.
Estos pueden ser experiencias de miedo y enfermedad a corto o largo plazo, y pueden variar en intensidad.
En consecuencia, los grupos de sustancias y los modos de acción de los fármacos utilizados también son muy diversos.
Además, muchas enfermedades mentales requieren el uso de ansiolíticos, por lo que se utilizan habitualmente en psiquiatría (prescritos por un especialista en psiquiatría).
Por supuesto, esto incluye :
- Diversos trastornos de ansiedad y pánico
- Depresión
- Trastorno de estrés postraumático
- Neurosis
Los preparados con efecto ansiolítico también pueden ser útiles en el tratamiento de enfermedades físicas asociadas a la ansiedad.
Entre ellas se encuentran los cánceres o enfermedades degenerativas como la ELA, el Alzheimer o el Parkinson.
Dado que el tratamiento con ansiolíticos suele ser sólo sintomático, en la mayoría de los casos es necesario un tratamiento adicional de las causas.
Puede considerarse la posibilidad de recurrir a la logopedia o la terapia conductual, además de abordar las causas físicas profundas, cuando proceda.
¿Cómo actúan los ansiolíticos como Seresta para ayudarme a dormir?
Como su nombre indica, un ansiolítico neutraliza la ansiedad.
Para ello, interviene en diversos grados en varios procesos químicos del cerebro.
Además, pueden producir efectos sedantes (calmantes) o relajantes musculares, lo que puede ser conveniente o justificar su contraindicación.
Otras razones para reducir o evitar el uso de ansiolíticos son el embarazo o la dependencia previa, así como las interacciones farmacológicas.
Un peligro particular surge de la combinación de ciertos preparados con alcohol u otros principios activos similares, ya que pueden producirse efectos depresivos, respiratorios y circulatorios.
Los ansiolíticos, como Seresta para dormir, pueden afectar a la capacidad de conducir, manejar maquinaria o concentrarse.
¿Qué puede hacer para calmar su ansiedad?
Seresta para dormir: ¿hay algún medicamento para dormir de venta libre que pueda sustituirlo?
Su primer instinto no debería ser ir al médico y pedirle una receta de Seresta 10 mg para ayudarle a dormir.
Primero puedes probar nuestros consejos para calmar la ansiedad.
Sin embargo, si nota que los síntomas no desaparecen después de cinco o seis semanas, entonces puede pedir a su médico una receta y una terapia.
Hay distintas formas de trastornos de ansiedad.
Una forma son las fobias, miedos específicos a las arañas o a los túneles, por ejemplo.
También es frecuente la sociofobia.
Las personas afectadas temen determinadas situaciones interpersonales, como una conferencia ante un público numeroso o sentarse a la mesa y comer con otras personas.
También es frecuente el trastorno de ansiedad generalizada.
Las personas afectadas están constantemente preocupadas.
Por ejemplo, temen perder su trabajo, aunque no haya nada que lo indique.
O viven con el temor constante de que sus seres queridos sufran un accidente grave.
El trastorno de ansiedad generalizada suele ir asociado a la depresión.
Los ataques de pánico son otra forma de trastorno de ansiedad.
El ataque se produce de repente y va acompañado de reacciones físicas violentas, que van desde falta de aire, taquicardia y sudoración hasta temblores.
En estas situaciones, las personas a veces incluso creen que van a morir.
Síntomas de la ansiedad y los ataques de pánico
Las causas de los ataques de pánico son variadas.
Por ejemplo, se sabe que intervienen factores genéticos.
Desgraciadamente, las personas que eran ansiosas de niños tienen más probabilidades de sufrir trastornos de pánico.
Pero ciertas sustancias, como la nicotina o la cafeína, también pueden favorecer los ataques de pánico.
Estos síntomas físicos y psicológicos pueden aparecer durante un ataque de pánico:
- Taquicardia
- Falta de aliento
- Mareos
- Debilidad en las rodillas
- Sensación de ahogo
- Parpadeo de los ojos
- Sensación de entumecimiento y hormigueo
- Sensación de impotencia
- Náuseas
- Boca seca
- Sudoración
- Sofocos
- Opresión en el pecho y la garganta
- Miedo a perder el control
- Miedo a morir
- El entorno familiar parece extraño de repente
- Despersonalización: la propia persona se percibe como desconocida
Un ataque de pánico rara vez dura más de 30 minutos.
Muchos ataques desaparecen a los pocos minutos.
Pasos a seguir para calmar la ansiedad sin medicamentos como Seresta para ayudarle a dormir
1: Manténgase en movimiento
La actividad deportiva regular y los ejercicios de relajación pueden reducir las reacciones de ansiedad a largo plazo.
En algunos trastornos, también ayudan en casos agudos, en parte porque la relajación física y el agotamiento son fisiológicamente difíciles de conciliar con una reacción de ansiedad.
Sin embargo, durante un ataque de pánico, ¡el efecto puede invertirse!
En caso de hiperventilación inducida por el pánico, los médicos recomiendan respirar dentro de una bolsa para normalizar la relación oxígeno/dióxido de carbono en la sangre.
Si consigues calmarte de este modo, no necesitarás ansiolíticos.
2: Afronte su miedo
Si evita una situación o un objeto debido a miedos exagerados, la forma más rápida de deshacerse del miedo es enfrentarse a él.
De este modo, la persona afectada aprende que la situación u objeto es inofensivo.
Esto requiere un gran esfuerzo, pero reduce los miedos y refuerza la confianza en uno mismo, que suele estar debilitada.
Para ello, hay que elegir una de dos estrategias.
O bien “gestionas” el miedo mediante la distracción.
Es la forma más sencilla, pero se considera menos eficaz.
O puedes concentrarte plenamente en tus sentimientos y dejar que se desarrollen sin escapar mentalmente.
Puedes visitar situaciones temidas con dificultad creciente; los terapeutas hablan de desensibilización sistemática.
3: Cuestione sus miedos y preocupaciones
Los miedos y los pensamientos catastrofistas ponen al cuerpo en alerta.
Las personas afectadas deben explorar estas supuestas cogniciones con el mayor detalle posible: ¿a qué temen exactamente?
¿Hasta qué punto es realista que sus temores sean ciertos?
¿Qué podría ocurrir en caso contrario?
En la medida de lo posible, estas consideraciones deben comprobarse en la realidad o verificarse en conversaciones con otras personas.
Sopesar constantemente las probabilidades ayuda a controlar los miedos irracionales y exagerados.
El objetivo: transformar el pensamiento “me voy a desmayar” en una autoinstrucción tranquilizadora:
La última vez que tuve un ataque de pánico, tuve los mismos síntomas y no me caí, así que esta vez tampoco pasará nada.
Seguiré caminando y las sensaciones desaparecerán por sí solas.
4: Practicar la serenidad
Los miedos se ven alimentados por el hecho de que la persona afectada desarrolla un miedo al miedo además de su miedo a una situación concreta: “Cuando vaya de compras, quizá me dé el próximo ataque de pánico”.
Estas expectativas y pensamientos perpetúan el trastorno.
El miedo constante a la próxima vez aumenta la probabilidad de sufrir otro ataque de pánico, en parte porque las personas afectadas están tensas y prestan más atención a todos los síntomas.
Los métodos orientados a la aceptación enseñan a las personas a no luchar contra el miedo, sino a observar todos los síntomas sin juzgarlos.
La meditación y los ejercicios de atención plena pueden ayudarle a practicar esta serenidad interior.
Con estos consejos, no necesitas un somnífero (con o sin receta) como Seresta.
Pero si tu situación se vuelve preocupante, consulta a tu médico lo antes posible.